Las Claves De La Argumentacion
Enviado por wilsoncarranza • 21 de Agosto de 2013 • 26.180 Palabras (105 Páginas) • 523 Visitas
Las Claves
de la Argumentación
Anthony
Weston
Las Claves de la Argumentación
Anthony Weston
Titulo original: A Rulebook for Arguments
Traducción de
JORGE F. MALEM SERÁ
l.a edición: enero 1994 l.a reimpresión: noviembre 1994
2.a reimpresión: julio 1996
3.a reimpresión: septiembre 1997
4.a reimpresión: septiembre 1998
5.a reimpresión: julio 1999
6.a reimpresión: enero 2001
© 1987 by Avatar Books of Cambridge
Derechos exclusivos de edición en español
reservados para todo el mundo
y propiedad de la traducción:
© 1994 y 2001: Editorial Ariel, S. A.
Córcega, 270 08008 Barcelona
ISBN: 843441113X
Deposito legal: B. 160 2001
Impreso en España
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.
SUMARIO
Prefacio
Nota a la segunda edición Introducción
I. La composición de un argumento corto Algunas regias generales
II. Argumentos mediante ejemplos
III. Argumentos por analogía
IV. Argumentos de autoridad
V. Argumentos acerca de las causas
VI. VI. Argumentos deductivos
VII. La composición de un ensayo basado en argumentos
A. Explorar la cuestión
VIII. La composición de un ensayo basado en argumentos
B. Los puntos principales de un ensayo
IX. La composición de un ensayo basado en argumentos
C. Escribir el ensayo
X. Falacias
Apéndice. Definición
Para estudios adicionales
Índice
PREFACIO
Este libro es una breve introducción al arte de escribir y evaluar argumentos. Trata sólo lo esencial. Descubrí que, a menudo, estudiantes y escritores no necesitan extensas explicaciones introductorias, sino tan sólo una lista de recordatorios y de reglas. Por tanto, a diferencia de la mayoría de los libros de texto acerca de como armar un argumento, es decir, de «16gica informal», este libro se estructura alrededor de reglas específicas, ilustradas y explicadas de una manera correcta, pero, sobre todo, breve. No es un libro de texto, es un libro que estudia las reglas de la argumentación.
Descubrí que también los profesores quieren a veces recomendar un libro de reglas semejante, un ma¬nual que los estudiantes puedan consultar y comprender por sí mismos, y que, por lo tanto, no interfiera en las horas de clase. En este caso, una vez más es importante aquí ser breve —la cuestión es ayudar a los estudiantes a escribir un articulo o a evaluar un argu¬mento— pero las reglas deben ser expuestas con la suficiente explicación para que el profesor pueda dirigirse a los estudiantes, simplemente, haciendo refe¬rencia a la «regla 13» o a la «regla 23», en vez de escribir una explicación completa en los márgenes de los trabajos de cada estudiante. Breve pero autosuficiente, esta es la fina línea que he tratado de seguir.
Este libro de reglas también puede ser utilizado en un curso dedicado expresamente a la argumentación. Necesitara ser completado con ejercicios y con más ejemplos, pero existen muchos textos ya disponibles que están constituidos en su mayor parte o en su totalidad por tales ejercicios y ejemplos. Estos textos, sin embargo, también necesitan ser complementados, justamente, con lo que ofrece este libro de reglas: reglas simples para construir buenos argumentos. Muchos estudiantes salen de los cursos de «16gica informal» sabiendo tan sólo como rebatir (o al menos intentar rebatir) las falacias seleccionadas. A menudo son incapaces de explicar que es lo que esta realmente mal, o de presentar un argumento propio. La lógica infor¬mal tiene más por ofrecer, este libro es un intento de sugerir como hacerlo.
Se agradecen los comentarios y las criticas.
ANTHONY WESTON
Agosto de 1986
NOTA
La petición más común entre los lectores de la primera edición de este libro fue la de que se adhiera un capítulo sobre las definiciones. Tal capítulo se incluye ahora como Apéndice. Espero que algunas pequeñas correcciones mejoraran la claridad de conjunto y la utilidad del texto, Quiero dar las gracias a los muchos lectores de este libro que dedicaron su tiempo para responder a la primera edición con sugerencias y aprobación.
A.W.
Marzo de 1992
INTRODUCCIÓN
¿Por que argumentar?
Algunas personas piensan que argumentar es, simplemente, exponer sus prejuicios bajo una nueva forma. Por ello, muchas personas también piensan que los argumentos son desagradables e inútiles. Una definición de «argumento» tomada de un diccionario es «disputa». En este sentido, a veces decimos que dos personas «tienen un argumento»: una discusión verbal. Esto es algo muy común. Pero no representa lo que realmente son los argumentos.
En este libro, «dar un argumento» significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En este sentido, los argumentos no son inútiles, son, en efecto, esenciales.
El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse acerca de que opiniones son mejores que otras. No todos los puntos de vista son iguales. Algunas conclusiones pueden apoyarse en buenas razones, otras tienen un sustento mucho más débil. Pero a menudo, desconocemos cual es cual. Tenemos que dar argumentos en favor de las diferentes conclusiones y luego valorarlos para considerar cuan fuertes son realmente.
En este sentido, un argumento es un medio para indagar. Algunos filósofos y activistas han argüido, por ejemplo, que la «industria de la cría» de animales para producir carne causa inmensos sufrimientos a los animales, y es, por lo tanto, injustificada e inmoral. ¿Tienen razón? Usted no puede decidirlo consultando sus prejuicios, ya que están involucradas muchas cuestiones. ¿Tenemos obligaciones morales hacia otras especies, por ejemplo, o sólo el sufrimiento humano es realmente malo? ¿En que medida podemos vivir bien los seres humanos sin comer carne? Algu¬nos vegetarianos han vivido hasta edades
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