Las Matematcas
Enviado por laraxxx • 10 de Marzo de 2013 • 811 Palabras (4 Páginas) • 311 Visitas
Qué es la Matemática? No puedo plasmar en una definición una respuesta satisfactoria a esta pregunta. Pero lo que sí puedo hacer es expresar algunas vivencias que he experimentado con la Matemática. Tales vivencias no definen qué es la Matemática pero para mí implican rasgos por los cuales, en mayor o menor grado, la distingo entre las demás ciencias. Desde luego, lo que expresaré a continuación es en gran medida subjetivo. Se trata de mis puntos de vista, mis creencias, mis sentimientos, con respecto a la Matemática.
Los primeros coqueteos
En ese cuarto año de bachillerato recibí mis primeras clases de Geometría. Así es, fui uno de los afortunados que recibió clase de Geometría Euclidiana en el colegio. Al comienzo, noté que la Geometría, tal como el profesor la presentaba, era un tanto diferente a las asignaturas de matemática que había estudiado antes: la Aritmética y el Álgebra. Poco a poco, nos enseñó teoremas muy sencillos de Geometría con sus respectivas demostraciones. Algunos de esos teoremas me parecían evidentes y sus demostraciones triviales como, por ejemplo, el teorema que dice que dos ángulos adyacentes son suplementarios.
Otros teoremas no me parecían tan evidentes pero durante las demostraciones podía ver por qué eran ciertos. Es el caso, por ejemplo, del teorema que dice que las diagonales de un paralelogramo se bisecan.
Un encuentro cercano y. . . flechazo definitivo
Recuerdo con mucha claridad el día en que me enamoré perdidamente de la Matemática. Ocurrió precisamente durante una de las clases de Geometría. Fue una clase diferente en la cual ocurrió algo también diferente. En esa clase, el profesor Plutarco enunció un "tal" Teorema de Pitágoras. El profesor Plutarco, muy ordenado y artista, dibujó una bella gráfica en el tablero usando unas enormes reglas y escuadras, luego escribió "Demostración", trazó una línea vertical para dividir en dos la parte del tablero donde iba a escribir la demostración y procedió a anotar, en la mitad izquierda, cada paso precedido de su correspondiente numeral, y al frente, en la mitad derecha, la respectiva justificación del paso. Fui siguiendo cada paso y su justificación, comprobando que todo era cierto, pero no
Simplemente cierto sino, tal como ya era costumbre en prácticamente todas las demostraciones de la Geometría,... ¡contundentemente cierto! De repente, después de varios pasos, el profesor Plutarco escribió
c2 = a2 + b2
Y, a continuación, "Q. E. D." no me había dado cuenta de que después de cada uno de esos pasos estábamos más y más cerca del objetivo y, cuando finalmente este se alcanzó, mi primera reacción fue pensar: "Un momento, ¿ya está demostrado?"
Ese método se había estado empleando en todos los teoremas de Geometría que el profesor Plutarco nos había enseñado
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