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Las Religiones Organizadas


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2013  •  Ensayo  •  2.292 Palabras (10 Páginas)  •  350 Visitas

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Las Religiones Organizadas, otro Peligro para la Humanidad

DISCIERNE, REFLEXIONA, DIFERENCIA Y CONFRONTA!

Hemos de recordar, que la Religión es un estado de Consciencia que nos permite identificarnos y sentirnos parte de una Energía Divina Superior, una fuente de la cual formamos parte, y que no requiere de intermediarios.

Las religiones Organizadas son todas las agremiaciones que a través de la historia de la humanidad, han creado, caos, diferencias, guerras, conflictos , usando el nombre Dios para ello, Son las que crearon el mito que necesitas intermediarios para acercarte a Dios, Y Religiones Organizadas son Todas.

La religión es la más alta aspiración de la consciencia humana, es la búsqueda individual de la verdad.

La verdad interna no pertenece al conocimiento común. Cada cual ha de entrar en sí mismo; cada vez es un nuevo descubri¬miento. No importa cuánta gente haya alcanzado su Realización, su Despertar. En cuanto lo alcanzas, es absolutamente nuevo, porque no puede tomarse prestado.

La búsqueda consiste básicamente en llegar a conocer tu inte¬rior. Tienes una parte externa, y ninguna parte externa existe sin una interna. La propia existencia de lo externo es la prueba de la existencia del mundo interior.

El mundo interior está formado por tres capas: los pensamien¬tos son la más superficial, los sentimientos son más profundos, y luego está el ser, que es tu divinidad. Conocer la propia divinidad, la propia eternidad, es la búsqueda fundamental de la religión.

Todos los sentidos te llevan hacia el exterior: los ojos se abren para mirar lo exterior, los oídos oyen lo que sucede en el exterior, tus manos tocan lo que hay en el exterior. Los sentidos son las puertas para salir. Y recuerda siempre que la puerta que te sirve para salir, también te sirve para entrar; la misma puerta por la que sales de tu casa, es por la que entras cuando regresas. Sólo cam¬bia el sentido. Para salir necesitas tener los ojos abiertos; para entrar necesitas cerrarlos; has de mantener todos tus sentidos callados.

El primer encuentro es con la mente; pero esa no es tu realidad. Aunque esté en tu cerebro, no eres tú; es el reflejo del exterior. Todos tus pensamientos son un reflejo del exterior.

Por ejemplo, un ciego no puede imaginarse los colores porque no los ha visto; por lo tanto ese reflejo no es posible. El ciego ni siquiera sabe qué es la oscuridad y debido ha que nunca ha visto ni luz ni oscuridad, no hay posibilidad de reflejo alguno. El ciego no conoce ni la luz, ni la oscuridad; para él esos dos términos carecen de sentido. Y si analizas tus pensamientos descubrirás que surgen en tu interior debido a la realidad exterior, de manera que son básicamente externos. Reflejos en el lago inte¬rior de tu consciencia.

Pero debido a estos pensamientos... una multitud inmensa que se va acumulando en ti creando una muralla china... Tienes que ir más allá de tus pensamientos. Y la religión conoce un solo método; con diferentes nombres, pero un solo método: la obser¬vación, el ser testigo. Simplemente observa tus pensamientos, sin juzgarlos, sin condenarlos, sin darles importancia... con un ex¬tremo desapego. Simplemente observa tus pensamientos fluyendo sobre la pantalla de tu mente.

Y a medida que el observador se fortalece, tus pensamientos van disminuyendo. Si el observador supone el diez por ciento de tu energía, entonces el noventa por ciento se desperdicia en pensamientos. Si tu observador absorbe el noventa por ciento, en¬tonces sólo el diez por ciento se invierte en pensamientos. En el momento en que tú eres cien por cien un observador, la mente queda vacía.

Todo este proceso es lo que se conoce como meditación. Al atravesar los pensamientos llegas a la segunda capa, la de los sentimientos, la de tu corazón, que es más sutil. Pero ahora tu observador es ya capaz de observar tus estados de ánimo, tus sen¬timientos, tus sensaciones; aunque sean de lo más sutil. Y el mis¬mo método funciona como con los pensamientos; pronto no ha¬brá sentimientos, sensaciones, estados de ánimo... Habrás ido más allá de la mente y del corazón. Ahora queda un silencio profundo; nada se mueve. Éste es tu ser. Esto eres tú.

El sabor de tu ser es la verdad.

La belleza de tu ser es la belleza de la Existencia.

El silencio de tu ser es el lenguaje que la Existencia entiende. Y recogido en tu ser, has llegado a casa, tu peregrinaje se ha terminado, tu lucha ha cesado. Cómodamente te asientas en silencio en tu ser. Un gran esplendor oculto se te revela porque no estás separado de la realidad; eres uno con ella. Los árboles, la luna, las estrellas y las montañas, todo es parte de una unidad orgánica. Tú eres también parte de esa unidad orgánica, eres parte de Dios.

La religión es el supremo logro del hombre. Más allá de la religión no hay nada, pero tampoco hay necesidad de nada más. Tu ser es tan extático, rebosa tanta felicidad, tanto silencio, tanta paz, tanta comprensión, tanto éxtasis, que por primera vez la vida se vuelve realmente una canción, una danza, una celebración. Pero la religión organizada es algo totalmente diferente, así que siento que debo aclararte que la religión auténtica es siempre indivi¬dual. Cuando la verdad se organiza, muere; se convierte en una doctrina, en una teología, en una filosofía, pero deja de ser una experiencia, porque una multitud no puede tener experiencias. Las experiencias suceden sólo a los individuos.

Es casi como el amor. Con el amor no puedes crear organiza¬ciones para no tener así que preocuparte, para que la organiza¬ción se encargue de todo, para que el sacerdote, pastor, o ministro ame en tu lugar. Y eso es lo que le ha sucedido a la religión. Cada vez que un hom¬bre descubre la verdad, inmediatamente una parte de la Humani¬dad -la más astuta: los sacerdotes- lo rodea. Empiezan a reco-pilar sus palabras, empiezan a interpretarlas y empiezan a procla¬mar que si la gente quiere saber la verdad, ha de hacerla a través suyo; ellos son los intermediarios de Dios. Pueden llamarse a sí mismos profetas, pueden hacerse llamar mensajeros, pueden es¬coger el nombre que sea, pero la realidad es que se han colocado a sí mismos como agentes de Dios. No conocen a Dios, pero en nombre de Dios explotan a la Humanidad.

La religión organizada es otra forma de política. Así como he condenado a la política como la más baja de las actividades humanas, lo mismo hago con las religiones organizadas. Tú puedes verlo: los sacerdotes, ministros, y los políticos han estado siempre en cons¬piración contra la Humanidad. Se han apoyado unos a los otros. Han dividido las cosas entre ellos para que lo mundano sea de los políticos -ahí gobiernan ellos- y tu vida interior pertenezca al

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