Las características de los proyectos en Construcción de Ciudadanía
Enviado por caritoleon • 28 de Agosto de 2011 • Ensayo • 1.732 Palabras (7 Páginas) • 984 Visitas
Las características de los proyectos en Construcción de Ciudadanía
Aportes para el fortalecimiento del trabajo en el tema “Proyectos”
Mariana Melgarejo
Proyectar las acciones en Construcción de Ciudadanía
Si bien la construcción de un proyecto implica construir secuencias, un error frecuente
reduce la secuencia del proyecto a la secuencia didáctica para trabajar un tema puntual.
El desarrollo de un proyecto trasciende la secuencia didáctica porque muchas de sus
instancias exceden las situaciones específicas de enseñanza-aprendizaje
En el caso puntal de CdC- dado que se intenta construir ciudadanía a partir de las
prácticas- el proyecto es un momento que concreta el desarrollo de la materia, pero de
ninguna manera debe transformarse en el eje de la misma. El proyecto enmarca y
organiza las acciones del grupo de trabajo, pero estas cobran sentido en un marco más
amplio, que es la construcción de ciudadanía a partir de su ejercicio efectivo.
Esta relación del lugar que ocupa el proyecto en el propósito de construcción de
ciudadanía debería quedar clara para directivos y docentes que gestionen esta materia,
ya que la formulación y ejecución del proyecto de ninguna manera debería trasformarse
en el fin de la materia. Construcción de Ciudadanía no es una materia sobre formulación
y desarrollo de proyectos, aunque se utilicen estos como herramienta principal.
Por eso, la construcción del proyecto en CdC deberá tener en cuenta una serie de
aspectos poco frecuentes en la definición más tradicional de “proyecto escolar”. Entre
otras cuestiones, los proyectos en esta materia deberían contemplar
Organización: porque implica sumar a todos en las diferentes etapas de planificación,
gestión y concreción, estableciendo espacios y marcos específicos para la búsqueda de
consensos.
Participación: el proyecto propuesto tiene que permitir la participación de todos los
que quieran sumarse. En otras palabras, en Construcción de Ciudadanía deberían
desaparecer (en tanto no deberían marcar diferencia en las posibilidades de hacer en el
marco del proyecto) las caracterizaciones de los “buenos” y los “malos” alumnos. En
este sentido, juzgar a alguien porque no participa debería poder llevar a todo el grupo a
reflexionar porqué no ha participado, si no es, en todo caso porque el proyecto inhibe la
participación de quienes pueden sumarse en otros términos, en otros tiempos, por no
contar con la posibilidad de aportar materiales, tiempo extraescolar, etc.
Toma de decisiones: porque quienes participan, docentes y estudiantes, tienen que
sentirse habilitados y competentes para participar efectiva y realmente en las distintas
etapas del proyecto. Tomar decisiones involucra participar comprometidamente y lograr
establecer acuerdos para, por ejemplo: definir el problema, los objetivos, las
tareas/acciones, las responsabilidades que cada uno asumirá, las
articulaciones/relaciones, recursos, etc.
Intervención: para poder aprender desde el ejercicio concreto de prácticas de
ciudadanía tiene que ser visible la forma en que a partir de estas prácticas es posible
intervenir en alguna situación concreta. Si las prácticas son efectivas, la intervención no
debería ser simulada o quedarse en un plano teórica-hipotético. Por otro lado, se espera
que estas intervenciones generen prácticas ciudadanas dentro y fuera de la escuela, por
lo cual la capacidad de hacer (en este caso, de intervenir) debe experimentarse como
consecuencia de las prácticas desarrolladas. Un proyecto es dinámico en tanto es
modificable por los sujetos, ya que todos los actores que participan en él deben tener la
posibilidad legítima de producir cambios en los procesos en los que intervienen. Es más
frecuente reconocer casos donde se confunde “abrir la participación” con “dejarlos
hablar”; entonces se escucha a los jóvenes en relación a sus demandas e intereses, pero
las decisiones y los cambios siempre siguen en manos de los adultos con poder en la
escuela.
Actualmente, a nivel de política educativa existen espacios institucionales que proponen
mayor participación de los alumnos en la toma de decisiones escolares (acuerdos de
convivencia, centros de estudiantes, etc.). No obstante, es necesario recordar que en la
mayoría de las situaciones de clase los estudiantes aún no están “habilitados” para
modificar prácticamente nada, quedando la participación efectiva sujeta al estilo y el
posicionamiento político-pedagógico del docente que les toque en suerte. Aunque de
hecho los estudiantes logran modificar cosas en las situaciones de clases, no es a través
de una inclusión legítima, ni siquiera explícita o reconocida de esta intervención
(muchas de las modificaciones que los estudiantes logran realizar en los procesos
escolares en los que intervienen se producen a través de situaciones reconocidas como
“actos de indisciplina”, desinterés, despreocupación, irresponsabilidad, etc.).
Evaluación: un proyecto de estas características debe ser evaluado en relación con el
propósito general, que es el aprendizaje y la construcción de ciudadanía. Por otro lado,
la evaluación sirve para ponderar el proceso desarrollado, es necesaria en tanto lo
requiere el proyecto y el aprendizaje en la materia.
En este sentido, la evaluación en Construcción de Ciudadanía podría caracterizarse en
dos niveles, complementarios pero distintos: en un primer nivel (se podría decir más
directamente vinculado a la “acción concreta” que se esté desarrollando), debería
permitir redefinir las acciones del proyecto, ponderar los logros y analizar lo que no está
saliendo según lo propuesto (por ejemplo, servirá para profundizar y/o redefinir la
marcha del proyecto en curso, las acciones, la distribución de tareas y
responsabilidades, los resultados previstos, etc.)
Vinculado a esto la pregunta general orientadora podría ser:
¿Qué es necesario que profundicemos/continuemos/cambiemos/ de lo que se hizo en el
proyecto hasta el momento para mejorar la tarea conjunta, de acuerdo a lo que nos
propusimos?
En un segundo nivel más vinculado a los propósitos de la materia y, si se quiere, más
“abstracto” (en tanto requerirá mayor intervención del docente
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