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Leccion Evaluativa 2 Fundamentos De Administracion


Enviado por   •  28 de Agosto de 2014  •  2.093 Palabras (9 Páginas)  •  273 Visitas

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CRISIS Y EVOLUCIÓN ACTUAL DE LA

EPISTEMOLOGÍA

Características y dificultades de la reflexión epistemológica

Aunque la reflexión epistemológica es una de las más clásicas en el quehacer filosófico desde la antigüedad griega, hasta nuestros días, emprender una reflexión de este tipo no es hoy una tarea fácil, especialmente por tres razones: por la crisis que se ha dado en la epistemología, definida como algo específicamente moderno; por su cada vez más enmarañada relación y solapamiento con campos como la Teoría del Conocimiento y la Filosofía de la Ciencia, entre otros, que abordan los mismos ámbitos de estudio, es decir, el conocimiento en general, y la ciencia en particular; y por la creciente naturalización de la epistemología.

En general, la epistemología, la Teoría del Conocimiento, y Filosofía de la ciencia son reflexiones filosóficas de segundo orden, que tienen por objeto de estudio el conocimiento y/o la ciencia, consideradas como reflexiones de primer orden. Los distintos tipos de conocimientos y la ciencia como conocimiento especial estudian la realidad, y en ese sentido son reflexiones o teorías de primer orden. Los tres tipos de estudios mencionados, al reflexionar sobre las teorías de primer orden, se convierten en reflexiones o teorías de segundo orden.

Lo específico de los enfoques epistemológicos es la reflexión sobre los aspectos normativos del conocimiento y/o de la ciencia, o sobre aquello que constituye la racionalidad de cualquier conocimiento y en especial de la ciencia. Eso específico es un conjunto de aspectos que en el auge de la modernidad se denominaron como: fundamentos, principios, bases, y ahora se denominan como: criterios, valores, problemas, etc. Y esos aspectos tienen que ver con categorías tan generales, trasversales y correlacionadas como la justificación, la plausibilidad, la certeza, la adecuación empírica, la verdad, la objetividad, la coherencia, etc.

En concreto, la epistemología decide sobre lo que vale como conocimiento y de manera más específica, como ciencia, desde el punto de vista de su racionalidad. Por eso, la epistemología implica de manera esencial un carácter normativo, en relación con la determinación de criterios de racionalidad. Hacemos una reflexión epistemológica cuando queremos precisar por qué consideramos un tipo de conocimiento como racional, más allá de las circunstancias particulares, y desde allí por qué vale como conocimiento. Y por lo general, ese criterio de racionalidad tiene que ver con otras categorías más específicas, como las de coherencia, adecuación empírica, certeza, verdad, etc.

Las categorías mencionadas que sirven de criterios normativos juegan un papel importante tanto en la ciencia como en la mayoría de los conocimientos. Un conocimiento no científico exige una buena justificación o tener certeza o verdad en cierto sentido, como sucede constantemente hasta con los conocimientos más cotidianos. Esas categorías se plantean de forma diferente en la ciencia y en cada tipo de conocimiento, pero su sustento depende de una reflexión epistemológica.

Sin embargo, no siempre que se establecen verdades, certezas, justificaciones se sustentan desde un ámbito epistemológico. Para que ellas operen en un nivel epistemológico se requiere que su establecimiento se haga en función de algún conocimiento. Pero estudios actuales sobre el conocimiento, como el de Gettier[1], han roto la ecuación tradicional sobre el conocimiento entendido como la sumatoria entre las siguientes condiciones: creencia + justificación + verdad = conocimiento. Para validar el conocimiento se pensaba que cada una de estas condiciones por separado debía ser necesaria, y la unión de las tres debía ser suficiente. Sin embargo, estos estudios muestran que pueden darse las anteriores condiciones, pero su integración puede no ser suficiente para un conocimiento válido. O también al contrario, que puede darse un conocimiento válido, pero no a partir de las anteriores condiciones. Es decir, que esas condiciones no son necesarias y suficientes para el conocimiento. Incluso, categorías como la certeza, no son exclusivas del conocimiento. Tradicionalmente la certeza se ha considerado una propiedad del conocimiento, o un grado de conocimiento referida a lo que no puede ser falso, pero según Wittgenstein, se pueden dar certezas fuera del ámbito del conocimiento (y por tanto de la epistemología) e incluso de manera previa al lenguaje. [2]

La diferencia entre la Epistemología y la Teoría del Conocimiento se encuentra en la perspectiva o en el modo de análisis diferente de los mismos aspectos. La observación, la adecuación empírica, la percepción son temas comunes tanto a la teoría del conocimiento, como a la epistemología, pero la epistemología analiza esos aspectos desde un punto de vista normativo, o en la medida que ellos impliquen verdad, justificación, etc. Mientras una teoría del conocimiento no se reduce al análisis de esos aspectos de manera exclusivamente normativa, e incluso, no tienen un enfoque filosófico. Existen muchos estudios valiosos sobre el conocimiento, de carácter especialmente descriptivos, adscritos dentro del campo de la teoría del conocimiento, que no tienen una orientación normativa o no son de índole filosófica.

Las reflexiones epistemológicas son de carácter claramente filosófico, pero ello no quiere decir que las desarrollen sólo los filósofos de profesión, e incluso, no se enmarcan hoy exclusivamente dentro del campo disciplinar de la filosofía. Es cada vez más frecuente que algunas variantes de la reflexión filosófica de carácter epistemológico la desarrollen hoy también, de manera cada vez más naturalizada, otros profesionales como los biólogos, los físicos, los psicólogos, etc., dentro del contexto de los debates propios de sus disciplinas. Aunque la epistemología es una reflexión filosófica, en muchos debates epistemológicos el filósofo ya no es la autoridad para enfrentar el debate, pues algunas de esas reflexiones se encuentran inmersas en problemas particulares y dependen de conocimientos muy específicos de las disciplinas. Ejemplos claros son el debate epistemológico latente en la física cuántica y los debates epistemológicos propuestos por la psicología. [3]

Las consideraciones anteriores plantean por qué la epistemología, a pesar de sus relaciones íntimas con otros campos similares, no puede reducirse a la teoría del conocimiento, o a la filosofía de la ciencia. Y aun más, ni siguiera

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