Lluvia.
Enviado por gladysre • 16 de Agosto de 2013 • Tesis • 414 Palabras (2 Páginas) • 367 Visitas
Epitafio
De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
En "Epitafio" se manifiesta con suma claridad el fenómeno de la autoironización del yo poético. En la generación anterior el yo aparecía revestido de una solemnidad y de un prestigio casi mítico. Se trataba de un hablante lírico que se veía a sí mismo como un sujeto trascendental y como depositario del anhelo metafísico propio de la creación poética. Este tipo de héroe lírico experimenta, en Parra, una reducción básica. Se trata de alguien absolutamente lejano a la trascendencia metafísica, es un sujeto "ni muy listo, ni muy tonto", un ser concreto con orígenes muy claros: "hijo de un profesor primario y de una modista de trastienda"; es decir, ya no se trata de un ente indefinido históricamente cuya única determinación es su capacidad de sufrimiento y de anhelo de lo absoluto (como es el caso del hablante lírico de Residencia en la tierra), sino de un sujeto histórico capaz de ironizar su situación vital.
Esta reducción del creador desde los ámbitos de lo solemne y lo sagrado (y por lo tanto desde lo intemporal) a lo cotidiano y trivial (y por lo tanto a la historia) es una labor desmitificadora que se refleja, naturalmente, en la concepción de la poesía. En primer lugar la poesía se instala en lo concreto, en lo banal y en lo cotidiano. No pretende ser la revelación de una realidad suprema, ni la búsqueda del fundamento de la existencia. Su intención básica es desocultar la realidad inmediata; en rigor, tiene una función desenmascaradora, es decir, arremete contra las máscaras falsamente idealistas que ocultan el verdadero y triste rostro del hombre y la no menos sórdida sociedad que lo cobija. Su función es poner en evidencia la condición humana tal como se presenta en las situaciones históricas. Por ello embiste contra lo absoluto y contra su expresión más común: lo sagrado, que es un obstáculo para la evidenciación del ser histórico. Podemos sostener que la función de la poesía de Parra es la desacralización del mundo y del hombre.
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