Lo Latente Y Sus Signos

Lo Latente y sus Signos

Establecer ciertos ejes desde donde poder mirar el suceder en un grupo , decíamos, facilita la realización de un primer diagnóstico de lo que un grupo desarrolla en ese aquí y ahora. Nos permite relatar lo observable de su dinámica y algunas de sus causas manifiestas (por ejemplo relacionando lo observado y su descripción con el momento e historia grupal, tarea que deben realizar , estructuras jerárquicas que atraviesan al grupo etc.) . Si lo que buscamos es ampliar la comprensión de la multicausalidad de estos aspectos fenoménicos, lo que haremos es interrogar, a partir de lo observable, algunos de los sentidos posibles que, desde lo latente, allí se juegan.

En función de esto, y teniendo en cuenta que explícito es lo “que expresa con claridad una cosa”, implícito refiere a lo “que se entiende incluido en otra cosa sin expresarlo”, manifiesto alude a “declarar o expresar…poner al descubierto” y, por último, latente: nombra a lo ”que existe, pero oculto y escondido”. , nos parece importante señalar que un acontecer grupal sucede, siempre, en el interjuego de estas dimensiones. Que un existente grupal incluye tanto su cara explícita, manifiesta, como lo que opera desde lo implícito o latente.

Tratar de comprender lo que está sucediendo en una dinámica implica recordar que, cuando un conjunto de personas interactúan, algo se dice, algo se calla, algo late, algo se representa.

Decir que algo se representa significa recordar que el poder de la mirada de los otros nos puede hacer modificar nuestra conducta (representar) en función de aquello que se espera de nosotros. En la escuela, el trabajo, los encuentros sociales etc. nuestra conducta es blanco del poder de esa mirada y, entonces, muchas veces procuramos

dar signos que se ajusten a lo que, creemos, es esperable o conveniente fingiendo interés, afecto, acuerdo etc.

Cuando mencionamos que, muchas veces, algo se calla, esto puede suceder porque no se tiene la confianza para enunciar lo que sucede, porque se procura evitar el conflicto (ocultando entonces aquello que pueda generar ese conflicto), por los juegos de poder-represión operantes o, finalmente, porque esos signos a decodificar no aparecen conscientes dentro de la interacción grupal o para las personas que integran ese grupo.

Las dimensiones de lo que se calla o actúa de manera consciente son, seguramente, fácilmente representables para quien esté leyendo estas líneas. Recordando situaciones vinculares con otro/s siempre se puede encontrar momentos en que uno representó un papel o prefirió silenciar algo que sentía o pensaba.

Es importante, sin embargo, no confundir estas acciones conscientes con aquello que late en los grupos. Lo latente alude al inconsciente freudiano pero ampliado al escenario

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