Lo que esconde un consultorio

Lo que esconde un consultorio

Por: Laura V. Marulanda

Consultorio estandarizado fue una práctica que desde el inicio me pareció fascinante, porque crea la oportunidad de experimentar situaciones que a simple vista podrían parecer bizarras, pero que son una realidad que golpea a tu puerta cuando menos lo esperas.

Para mí ha sido una experiencia en la que he podido crecer tanto personal como académicamente, me permitió divisar el panorama que en un futuro será mi profesión y también darme cuenta de la situación que se vive del otro lado del escritorio, ya que tuve la oportunidad de conocer qué es lo que siente un paciente al momento de enfrentarse a una situación en la que recibe una noticia difícil, pude percibir lo complicado de no sentirse comprendido o incluso ser discriminado y lo complejo que puede llegar a ser abrirse y confiar en un médico.

En este proyecto a mí me correspondió actuar  como una joven de 14 años, la cual en su consulta se entera que está embarazada de poco más  de un mes, hacer parte de los actores del consultorio estandarizado me permito conocer y afianzar varias de mis capacidades y ciertas habilidades, la principal, saber y aprender a representar una situación con la que nunca antes tuve contacto, manejar los nervios y desenvolverme con naturalidad, intentando demostrar una serie de emociones y sensaciones que yo personalmente en una  situación similar no tendría y mucho menos reaccionaria de la misma manera, también tuve que anteponerme a panoramas diferentes a los que habíamos planteado antes de empezar a actuar, por ejemplo que el médico no supiera cómo reaccionar o direccionar la consulta o por el contrario fuera capaz de dominarla en su totalidad, esta parte para mí fue por mucho lo más difícil y un verdadero reto hasta la última presentación, ya que tuve que saber encaminar según mi criterio una situación que va cambiando de manera constante y que debía ser manejada según los parámetros que habíamos establecido, es decir que al final tanto mis compañeros como yo teníamos que lograr que pasara lo que queríamos, sin importar el caso y las acciones del médico.

Hoy puedo afirmar con completa conciencia que en cuanto a ser el médico o el paciente son ambas circunstancias complejas y debemos ser capaces de comprenderlas y afrontarlas de la mejor manera, porque como médicos debemos recordar siempre que nuestros pacientes son personas, seres que sienten y a los que muchas cosas les duelen, no son solo una enfermedad o un número y la manera en que les decimos las cosas y la forma en que son percibidas habla mucho de la clase de médicos que somos y queremos ser; en cuanto al paciente nos vemos inmersos en circunstancias para las que muchas veces no estamos preparados pero que de igual forma hay que enfrentar y confiar en que el médico brinda su servicio en pro del mejoramiento.

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