MICHAEL FARADAY: UN GENIO DE LA FÍSICA EXPERIMENTAL
Enviado por Jesus Botero Rojas • 12 de Noviembre de 2017 • Informe • 36.488 Palabras (146 Páginas) • 298 Visitas
MICHAEL FARADAY: UN GENIO DE LA FÍSICA EXPERIMENTAL
Autores: GERARDO CARMONA / PATRICIA GOLDSTEIN / E. LEY-KOO / S. M. T. DE LA SELVA / EDUARDO PIÑA / I.CAMPOS / J. L. JIMÉNEZ/ LUIS DE LA PEÑA / JOSE L. CÓRDOVA/ MATÍAS MORENO / LEOPOLDO GARCÍA-COLÍN S.
[pic 1]I. MICHAEL FARADAY (1791-1867)
[pic 2]II. LÍNEAS FÍSICAS DE FUERZA: UNO DE LOS BEBÉS DE FARADAY, AHIJADO DE MAXWELL*
[pic 3]III. MICHAEL FARADAY Y LA LICUEFACCIÓN DE LOS GASES
[pic 4]IV. LA LEY DE INDUCCIÓN Y LA RELATIVIDAD
[pic 5]V. FARADAY Y LA NOCIÓN DE VACÍO
[pic 6]VI. LA CONTRIBUCIÓN DE FARADAY A LA TEORÍA DE DISOCIACIÓN ELECTROLÍTICA
[pic 7]VII. FARADAY LAS TEORÍAS DE NORMA: LA UNIFICACIÓN DE LAS FUERZAS
[pic 8]VIII. MICHAEL FARADAY, DIAMAGNETISMO Y EL EFECTO HALL CUÁNTICO
I. MICHAEL FARADAY (1791-1867)
[pic 9]
GERARDO CARMONA |
PATRICIA GOLDSTEIN |
RESUMEN |
A 200 años del nacimiento de Faraday es necesario reconsiderar su imagen, ya borrada por el tiempo, y retocarla, reconocer a la distancia que nos dan estos 200 años no sólo sus contribuciones a la ciencia sino también su emoción por el descubrimiento de los misterios de la naturaleza y el deseo de compartirla mediante sus bien organizadas conferencias. |
Nuestro interés al escribir estas notas es hacer un resumen de su obra a través de su vida, pues en muchos casos a Faraday sólo se le identifica por sus contribuciones a la electricidad y al magnetismo o a la electroquímica y se dejan a un lado otros trabajos que reflejan la unidad de su pensamiento. Por ello seguiremos el desarrollo de su vida y sus descubrimientos, y ya en los siguientes escritos se discutirán con mayor profundidad temas específicos para evaluar su contribución y para estudiar su trascendencia en la física actual. |
MICHAEL FARADAY nació en Newington, al sur de Londres, el 22 de septiembre de 1791, dos años después de la Revolución francesa, en el seno de una familia pobre, siendo el tercero de cuatro hijos. El padre era herrador de caballos y la madre de origen campesino. Ambos pertenecían a la Iglesia de los sandemanianos, fundada por Robert Sandeman (1718-1771), secta protestante fundamentalista cuya base doctrinal era la creencia literal en las Sagradas Escrituras, y cuyas normas básicas de conducta eran el amor y un alto sentido de la comunidad, ambos presentes en Faraday toda su vida, a pesar de la injusticia social que sufrió y de las injusticias profesionales que resultaron de su admirado maestro Humphry Davy.
Su nacimiento tuvo lugar después de que sus padres se mudaron a Newington, muy cerca de Londres, con la intención de mejorar su situación económica, lo que no ocurrió, pues el mismo Michael menciona que disponía de un trozo de pan a la semana. Posteriormente se mudaron a Londres, donde el joven Faraday buscaría el camino que lo llevaría a la ciencia. Cuando tenía 19 años, y trabajaba de aprendiz de encuadernador y empezaba a asistir a conferencias científicas, murió su padre, y su hermano Robert, también herrador de caballos, fue quien quedó a cargo de la familia. Su madre murió en 1838, un año después de que subió al trono la reina Victoria (1837-1901), cuando Faraday ya había hecho sus mayores contribuciones a la ciencia y era ya un notable científico.
En cuanto a los inicios de su educación, el mismo Faraday menciona: [1]*[pic 10] "Mi educación fue del tipo más corriente; consistió en poco más que los rudimentos de lectura, escritura y aritmética en una escuela diurna común. Las horas fuera de la escuela las pasaba en mi casa y en las calles." En 1804, a los 13 años, concluidos esos estudios, el librero George Riebau lo contrató como mensajero; era además repartidor de periódicos para alquiler. Ese mismo año ascendió a aprendiz de encuadernador, actividad en la que mostró gran capacidad y habilidad, de manera que cinco años más tarde contaba ya con dos ayudantes. El fácil acceso a los libros lo hizo un lector habitual; se despertó su pasión por la ciencia, según afirma, con la lectura del artículo "Electricity" de la Enciclopedia Británica, escrito por James Tytler, cuando la estaba encuadernando. Para Tytler todos los efectos eléctricos podían explicarse suponiendo la existencia de un fluido cuyas vibraciones podían explicar no sólo los fenómenos eléctricos sino los ópticos y los térmicos. Este artículo revisaba y enfrentaba las teorías más ortodoxas: la de B. Franklin (1706-1790) según la cual los cuerpos en estado normal poseen un fluido eléctrico y su electricidad, positiva o negativa, significa un aumento o disminución de esa cantidad de fluido, y la de Robert Symmer, quien anunció en 1759 ante la Royal Society la teoría de la existencia de dos clases de electricidad o de dos fluidos, la electricidad positiva y la negativa que todo cuerpo en estado normal posee en cantidades iguales. La controversia indujo en Faraday el deseo de verificar alguno de los fenómenos ahí descritos y, para ello, construyó un pequeño generador electrostático con ayuda de botellas usadas y madera.
En el Londres de principios del siglo XIX el acceso a la educación y en particular a la ciencia no era fácil, a pesar de que Benjamin Thompson (conde de Rumford), el 7 de marzo de 1799, fundó la Royal Institution of Great Britain, cuyo propósito era "...difundir el conocimiento y facilitar la introducción general de invenciones y mejoras mecánicas útiles, y enseñar, mediante cursos de conferencias filosóficas y experimentos, la aplicación de la ciencia a las finalidades comunes de la vida". Con todo y esto no había escuelas nocturnas ni cursos por correspondencia ni bibliotecas públicas. Faraday sin embargo tuvo la suerte, en febrero de 1810, de encontrar a un grupo de jóvenes con una pasión común por la ciencia, quienes se reunían en la que llamaron The City Philosophical Society los miércoles por la noche, en casa de John Tatum, quien después de sus conferencias abría su biblioteca a los miembros de la sociedad. Fue en dicha sociedad donde recibió una educación básica en ciencias con cursos sobre electricidad, galvanismo, hidrostática, óptica, geología, mecánica experimental y teórica, química, astronomía y meteorología. En muchos casos esos cursos eran sólo una recolección de observaciones que Tatum ilustraba experimentalmente. Fue ahí donde Faraday puso en operación una pila voltaica. Todas estas experiencias intensificaron su interés por la ciencia y lo llevaron a conocer el libro de Jane Marcet Conversations on Chemistry, muy diferente a los libros de química de la época, pues era más técnico y estaba dirigido a aquellos interesados en los cursos de Humphry Davy de la Royal Institution. El texto no era una recolección de observaciones ni de recetas, sino un gran plan o proyecto que promovía el mismo Davy, quien consideraba que la química era la llave para descubrir los misterios de la Naturaleza. Dentro de este gran plan podían considerarse como un todo los fenómenos relativos a las reacciones químicas, las relaciones eléctricas, los fenómenos térmicos y ópticos. Esta visión integral, al tratar simultáneamente gran cantidad de fenómenos, impactó nuevamente a Faraday, quien dirigió sus pensamientos hacia la química.
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