Maiposa Del Abedul

La parálisis de la crítica. Una sociedad sin oposición

Las nuevas formas de control

Herbert Marcuse

Me parece que la crítica que ahí se establece es bastante interesante, pues retoma lo que son las características de la sociedad industrial contemporánea, sofocada por el terror y la invasión constantes, un retroceso en sus fuerzas exponenciales por el temor a las potencias invasoras, que perpetúan el ejercicio constante del poder a través de medios de control, que buscan ejercen presión y destrucción, si los elementos a los que se atacan, no son más necesarios en el sistema.

En este punto, es necesario precisar, que este elemento, aunque terrorífico e irracional, lo que intenta es hacer acto de dominación perpetua sobre ciertos núcleos, para el mantenimiento del poder, y la preservación de su estructura a base de la extensión del peligro a otras masas. También podría tener que ver, con el hecho de que el Estado se considere a sí mismo un dios, que protege y desdeña los daños que la sociedad puede tener en sí, los intenta manipular a través de la extensión de su poderío, pero lo único que hace es acrecentar sus medios de parálisis, para que la gente no haga conciencia y deje todo en manos del Estado, consideren a éste el precursor de sus derechos y obligaciones, y se deslinden de una parte de su progreso como sociedad, como el mismo título lo dice, representan al final de cuentas, un conjunto de personas que no crean a través de su análisis, un criterio propio argumentativo.

Pasa también en un nivel menos drástico, en el acto de votar en una sociedad aparentemente democrática como lo es México, en donde la acción política se ve sumamente raquítica y concentrada en el solo hecho de votar y se cree que con ésto se ejerció toda clase de participaciones activas en este ámbito, por lo cual no es cierto, puesto que al limitarse sus obligaciones se limitan sus derechos, pero la gente no crea muchas veces un espíritu consciente respecto a ello.

También habla de la extensión, por medio de los medios masivos de comunicación, para transferir o trasponer las necesidades particulares a los demás hombres integrantes de la sociedad. Lo que crea un sistema totalitario, en el que se reparte una misma ideología, para una mayor manipulación y mejor acceso a la conciencia humana, se crean nuevas necesidades que incluso se consideran falsas, pues no son vitalicias para la vida, y son preconcebidas con propósitos tales de destrucción, que no conciernen en un principio a la propia sociedad, pero con el paso del tiempo se vuelve una necesidad aparentemente real.

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