Mecanismo De Accion De La Loperamida

En búsqueda del cumplimiento del objetivo es necesario analizar el mecanismo de acción de los opioides.

Los opioides pueden modificar la actividad del aparato gastrointestinal, tanto por activación directa de receptores localizados en él como por activación indirecta de receptores µ localizados en el área postrema. Las acciones directas afectan a todos los segmentos del aparato gastrointestinal y regulan el tono, la motilidad y las secreciones. Los agonistas opiáceos ejercen su efecto antidiarreico mediante una serie de acciones tanto periféricas como centrales. Su acción gastrointestinal se ejerce mediante su acción sobre los receptores MOR y DOR de la pared del tubo digestivo alterando la motilidad y secreción: dan lugar a una contracción directa de las fibras musculares de la capa circular que se traduce en un breve incremento de la presión luminal, antagonizan el tono inhibidor motor mediado por ciertos neuropéptidos, inhiben la liberación de acetilcolina en las uniones neuromusculares de la capa longitudinal, y por último favorecen la absorción de agua e iones, reducen la actividad secretora e inhiben la liberación de prostaglandinas. El efecto inhibidor de la motilidad digestiva se lleva a cabo incrementando el tono y reduciendo la motilidad del antro gástrico y del píloro, provocando un retraso en el vaciamiento del estómago; aumentan el tono y las contracciones no propulsivas en intestino delgado y colon, disminuyendo la actividad peristáltica y por lo tanto dificultando el avance de la masa fecal; incrementan el tono del esfínter anal, mejorando la continencia.

Relacionando lo anterior con un detenido análisis de lo ocurrido durante la práctica, podemos ver que lo observado concuerda con lo teórico referente al mecanismo de acción, porque en el primer ratón que fue el testigo y al cual no se le aplicó Loperamida fue apreciable un gran avance del revelador ya que su actividad peristáltica no estaba modificada. En lo referente al ratón número dos pudo verse una leve alteración en su peristálsis ya que el revelador recorrió una cantidad considerable de centímetros, esto puede atribuirse a que la dosis empleada de Loperamida fue mínima. Por último haciendo la discusión del ratón 3 es en la que fue más notoria la mermación peristáltica, en primer lugar fue el al que se le aplicó una mayor dosificación de Loperamida (el doble de la cantidad máxima para el humano) y al analizar el recorrido del revelador por su intestino se pudo notar que sólo había un leve recorrido menor al 1% por lo que se confirma la acción del fármaco.

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