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Mente Humana °Un Misterio°


Enviado por   •  8 de Abril de 2014  •  5.204 Palabras (21 Páginas)  •  283 Visitas

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|El Estudio de la Mente|

En Dinámica Mental necesitamos saber algo sobre el cómo y el por qué funciona la mente.

La mente, incuestionablemente, es un instrumento que noso­tros debemos aprender a manejar conscientemente. Pero sería ab­surdo que tal instrumento fuese eficiente si antes no conocemos el cómo y el por qué de la mente.

Cuando uno conoce el cómo y el por qué de la mente, cuan­do conoce los diversos funcionamientos de la misma, puede con­trolarla y ésta se convierte en un instrumento útil y perfecto, en un maravilloso vehículo, mediante el cual, podemos nosotros la­borar en beneficio de la humanidad.

Se necesita, en verdad, de un sistema realista si es que verda­deramente queremos conocer el potencial de la mente humana.

Por estos tiempos, abundan muchos temas para el control de la mente. Hay quienes piensan que ciertos ejercicios artificio­sos pueden ser magníficos para el control del entendimiento. Hay escuelas, existe mucha teoría sobre la mente, muchos sistemas, mas, ¿cómo sería posible hacer de la mente algo útil? Reflexio­nemos que si nosotros no conocemos el cómo y el por qué de la mente, no podremos conseguir que ésta sea perfecta.

Necesitamos conocer los diversos funcionalismos de la men­te si es que queremos que la misma sea perfecta. ¿Cómo funcio­na? ¿Por qué funciona? Ese cómo y por qué son definitivos.

Si, por ejemplo, lanzamos una piedra a un lago, veremos que se forman ondas, éstas son la reacción del lago, del agua, contra la piedra. Similarmente, si alguien nos dice una palabra irónica, esta palabra llega a la mente y la mente reacciona contra tal pa­labra; entonces vienen los conflictos.

Todo el mundo está en problemas, todo el mundo vive en conflictos. Yo he observado cuidadosamente las mesas de deba­tes de muchas organizaciones, escuelas, etc., no se respetan los unos a los otros. ¿Por qué? Porque no se respetan a sí mismos.

Obsérvese un Senado, una Cámara de Representantes, o simplemente una mesa de escuela: si alguien dice algo, otro se siente aludido, se enoja y dice algo peor, riñen entre sí y termi­nan en un gran caos los miembros de la mesa directiva. Esto de que la mente de cada uno de ellos reacciona contra los impactos del mundo exterior, resulta gravísimo.

Se hace necesario auto-cono­cernos un poco más dentro de lo intelectual. Por ejemplo, ¿por qué reaccionamos ante la palabra de un semejante? En estas condiciones, nosotros siempre somos víctimas... Si alguien quie­re que estemos contentos, basta que nos dé unas palmaditas en el hombro y nos diga algunas palabras amables. Si alguien quiere vernos disgustados, bastaría que nos dijera algunas palabras desagradables.

Entonces, ¿dónde está nuestra verdadera libertad intelec­tual? ¿Cuál es? Dependemos concretamente de los demás, somos esclavos, nuestros procesos psicológicos dependen exclusivamen­te de otras personas, no mandamos en nuestros procesos psicológicos y esto es terribles.

Otros son los que mandan en nosotros y en nuestros proce­sos íntimos. Un amigo, de pronto viene y nos invita a una fiesta, vamos a la casa del amigo, nos brinda una copa, nos da pena no aceptarla, nos la tomamos, viene otra copa y también nos la to­mamos; luego otra y otra hasta que terminamos embriagados. El amigo fue dueño y señor de nuestros procesos psicológicos.

Una mente así, ¿puede acaso servir para algo? Si alguien manda en nosotros, si todo el mundo tiene derecho a mandar en nosotros, entonces, ¿dónde está nuestra libertad intelectual? ¿Cuál es?

De pronto, nos hallamos ante una persona del sexo opues­to, nos identificamos mucho con esa persona y a la larga, termi­namos metidos en fornicaciones o adulterios. Quiere decir que aquella persona del sexo opuesto pudo más y venció nuestro proceso psicológico, nos controló, nos sometió a su propia vo­luntad. ¿Esto es libertad?

El ser humano, en rea­lidad de verdad, se ha educado para negar su auténtica identidad, valores e imagen. ¿Cuál será la auténtica identidad, valores e ima­gen íntima de cada uno de nosotros? ¿Será acaso el ego o la perso­nalidad? ¡No! Mediante el psicoanálisis introspectivo podemos pasar más allá del ego y descubrir al Ser.

Incuestionablemente, el Ser en sí mismo es nuestra auténti­ca identidad, valores e imagen. El Ser en sí mismo es el K-H, el Kosmos Hombre o el Hombre Kosmos. Desgraciadamente, como ya lo he dicho, el animal, falsamente llamado hombre, se ha auto­educado para negar sus valores íntimos, ha caído en el materia­lismo de esta época degenerada, se ha entregado a todos los vicios de la tierra y marcha por el camino del error.

Aceptar la cultura negativa inspirada subjetivamente en nues­tro interior, siguiendo el camino de la menor resistencia, es un absurdo. Desgraciadamente, las gentes por esta época, gozan si­guiendo el camino de la menor resistencia y aceptan la falsa cultura materialista de estos tiempos, la dejan o permiten que sea instalada en su psiquis y así es como llegan a la negación de los ver­daderos valores del Ser.

|Realidad o Ilusión|

Sólo libertándonos de la mente podemos vivenciar de verdad eso que hay de real, aquello que se encuentra en estado potencial tras cualquier fenómeno.

El mundo es tan solo una forma ilusoria, que algún día se disolverá.

Mi persona, tu cuerpo, mis amigos, las cosas, mi familia, etc., son en el fondo, eso que los indostanes llaman "maya", la ilusión; formas mentales vanas que tarde o temprano se reducirán a polva­reda cósmica.

Mis afectos, los seres más queridos que nos rodean, etc., son simples formas mentales que no tienen existencia real.

El dualismo intelectual tal como el placer y el dolor, las ala­banzas y el vituperio, el triunfo y la derrota, la riqueza y la mise­ria, constituyen el doloroso mecanismo de la mente.

No puede existir la auto-idea y la verdadera felicidad dentro de nosotros, mientras seamos esclavos de la mente.

Nadie puede desarrollar la auto-idea mientras sea esclavo de la mente. Eso que es lo Real no es cuestión de suposiciones li­brescas o de ideas ajenas, sino de la experiencia directa.

Quien se libera del intelecto puede experimentar y sentir un elemento que transforma radicalmente.

Cuando nos libertamos de la mente, ésta se convierte en un vehículo dúctil, elástico y útil, mediante el cual nos expresamos.

La Lógica superior nos invita a pensar que emanciparse de la mente equivale, de hecho, a despertar conciencia, a

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