NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES.Discapacidad auditiva

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UNIVERSIDAD JEAN PIAGET

MAESTRÍA EN NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

MATERIA:

“NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

EN LA  DISCAPACIDAD  AUDITIVA”

ASESOR:

MTRA. ANA MA. MEZA GUTIÉRREZ

ENSAYO:

“DISCAPACIDAD AUDITIVA”.

PRESENTA:

CARMONA FONSECA DAFNÉ MARLENE

DISCAPACIDAD AUDITIVA

La discapacidad auditiva se considera como un término general para nombrar los distintos tipos de dificultades, limitaciones  o pérdida total de la capacidad para escuchar, es decir personas que no pueden oír, aquellas que presentan dificultad para escuchar (debilidad auditiva), en uno o ambos oídos, o  quienes aun usando un aparato auditivo tiene dificultad para escuchar. 

En el censo de población y vivienda del 2010 realizado por el INEGI se encontró que en el país existen 5´739,270 personas con algún tipo de limitación o discapacidad, de las cuales 694,464 presentan problemas para escuchar, los motivos de discapacidad en las personas varían y el INEGI los clasifica en cuatro grupos de causas principales: nacimiento, enfermedad, accidente y edad avanzada, de cada 100 personas con discapacidad:

• 39 la tiene porque sufrieron alguna enfermedad.
• 23 están afectados por edad avanzada.
• 16 la adquirieron por herencia, durante el embarazo o al momento de nacer.
• 15 quedaron con lesión a consecuencia de algún accidente.
• 8 debido a otras causas.

La discapacidad auditiva  puede ser congénita (desde el nacimiento) o adquirida, sus causas son diversas, por ejemplo la congénita puede ser causada por herencia, enfermedades durante el embarazo, problemas de parto, etc. Y las adquiridas pueden ser a causa de factores como enfermedades de la niñez, infecciones de oído frecuentes o crónicas, traumas o golpes fuertes en la cabeza, entre otros.

La discapacidad auditiva causa un retraso considerable en la adquisición del lenguaje y las habilidades cognoscitivas o del pensamiento, generando un rezago considerable en el rendimiento escolar y la integración a la sociedad,  los adultos que padecen estos problemas, pueden llegar a presentar sentimientos de aislamiento y desolación, así como problemas para encontrar o mantener un empleo.

Durante el último tercio del siglo XIX a las personas  con discapacidad auditiva se les consideraba como enfermos y retraídos sociales por la imposibilidad de escuchar y, por tanto, de comunicarse, lo cual daba como resultado que la pérdida del oído implicará un aislamiento social.  El sordo no podía ocupar cargos importantes como ser juez, abogado, medico, etc., ya que su desempeño parecía ser imposible o sumamente difícil por causa de su sordera,  debido a que no podía hablar, ni escribir, sin embargo, podía casarse y formar una familia.

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