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Neuroetica


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2013  •  1.281 Palabras (6 Páginas)  •  533 Visitas

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Kathinka Evers, Neuroética: cuando la materia se despierta, trad. Víctor

Goldstein, Katz, Buenos Aires, 2010, 208 pp. (Katz Conocimiento,

3071).

Debido sobre todo al progreso de las ciencias biológicas y biomédicas, la bioética

surgió como una disciplina a caballo entre la filosofía, la ética, la biología

y la medicina, hace poco más de cuarenta años. En este contexto, la neuroética

tuvo que esperar tres decenios más para adquirir el carácter de subdisciplina

que ahora se le reconoce. Entre los factores que, sin duda, contribuyeron a ese

desarrollo está, en primer lugar, el extraordinario progreso de las neurociencias,

que ha aportado conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro en

todos los niveles, desde el molecular, bioquímico y celular hasta el integrativo,

sistémico y cognoscitivo, suficientemente detallados como para dejar de considerar

como no científico, prematuro o imposible el estudio de los mecanismos

de la conciencia. Aunado a este avance, el advenimiento de técnicas no invasivas

para estudiar el cerebro en humanos despiertos y conscientes —en especial,

la resonancia magnética funcional de imagen— ha permitido identificar,

aunque aún de manera preliminar, las áreas cerebrales que se activan cuando

se analizan problemas, se miente deliberadamente, se toman decisiones o se

realiza alguna actividad mental a petición del experimentador, como imaginar

una actividad física o un recorrido en una casa.

En su libro Neuroética: cuando la materia se despierta, Kathinka Evers, doctora

en filosofía que se ha dedicado a estudiar precisamente cómo los avances de

las neurociencias han influido en los conceptos de moralidad, libre albedrío y

conciencia, analiza diversos aspectos del tema, de la mano de neurocientíficos

tan destacados como Jean Pierre Changeux, a quien la autora cita profusamente

y reconoce como guía y proponente de muchas de las ideas principales

del libro.

Los sugestivos títulos de los cuatro capítulos que componen el libro son

“Cuando la materia se despierta: el espíritu abierto y sus enemigos”, “El cerebro

responsable: el libre albedrío y la responsabilidad personal a la luz de las

neurociencias”, “La base neural de la moralidad: la pertinencia normativa de

las neurociencias” y “La responsabilidad naturalista: hacia una filosofía para la

neuroética”. Cada capítulo está dividido en cuatro secciones y termina con un

breve resumen, que resulta muy útil, pues el texto a menudo es un tanto farragoso.

En el primer capítulo se revisa el advenimiento de la neuroética, siempre

en el marco de la ética; se hace énfasis en la división que sugirió originalmente

Martha J. Farah entre la neuroética fundamental, que se refiere al libre albedrío,

a la naturaleza moral del hombre y a la conciencia del yo, y la neuroética

aplicada, que analiza los problemas prácticos como la ética en el uso de drogas

que modifican la conducta y en la aplicación de las técnicas neurofisiológicas

o de resonancia con fines diagnósticos de alteraciones mentales. Se revisa la

historia de la neuroética y se presenta la conciencia como un producto de la

evolución biológica.

Diánoia, volumen LVIII, número 70 (mayo 2012): pp. 224–226.

RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 225

Los planteamientos generales de los siguientes tres capítulos revisan la parte

inconsciente de la función neuronal, descrita sobre bases neurofisiológicas y no

freudianas, según los hallazgos de Benjamin Libet y otros neurocientíficos, así

como el libre albedrío y la moralidad, para terminar con un capítulo sobre la

responsabilidad de la ciencia y en particular de las neurociencias, que incluye

una discusión (que se presenta desde el primer capítulo) sobre la naturaleza

humana a la luz de la genética y la epigenética. El libro podría resumirse

como un intento de contestar las preguntas clave que de hecho dan origen a

la neuroética fundamental, como: ¿Están la actividad mental, la conciencia, la

voluntad y la conducta determinadas solamente por las funciones cerebrales,

que dependen de la organización de los circuitos neuronales y de las conexiones

(sinapsis) interneuronales? ¿Es el reduccionismo radical la explicación o

es una explicación que podría llamarse más bien materialismo ingenuo? ¿La

arquitectura del cerebro determina nuestras conductas sociales? ¿Cuál es la influencia

de la genética? ¿Qué papel desempeñan las emociones? ¿Hasta qué

punto las neurociencias son compatibles con el dualismo, en el sentido de

relación mente-espíritu-materia? ¿Se puede definir la naturaleza humana en

función de las neurociencias? ¿Cuál es el papel de las influencias sociales

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