Niveles de organización de la materia

NIVELES DE ORGANIZACIÓN

El objetivo principal de esta lectura es la de hacer hincapié en los niveles de organización y de su integración:

Macromoléculas: miosina y actina como principales componentes del músculo; Estructuras supramoleculares: sarcómeros o subunidades de contracción; Organelos: núcleos; Células: musculares y células satélites y Órganos: músculos.

        EL tejido muscular está formado por muchas células alargadas llamadas fibras musculares, unidas entre sí por medio de tejido conectivo. Cada una de las fibras tiene una membrana, muchos núcleos distribuidos por debajo de ella  y numerosas miofibrillas de proteínas que ocupan casi todo el espacio del citoplasma.        Las miofibillas forman los llamados sarcómeros que son las unidades de contracción que responden a impulsos de las neuronas motoras que salen de la espina dorsal. Cada sarcómero está formado de dos proteínas principales la actina y la miosina cuya interacción provoca la contracción; durante ésta, el sarcómero se acorta cuando los filamentos de actina se deslizan sobre el filamento de miosina.

        La miosina se presenta en dos variedades la lenta y la rápida, que indica la velocidad con la que se contrae la fibra. La velocidad de contracción está determinada por la velocidad con que se rompe la molécula de ATP que proporciona la energía para la contracción. Las fibras lentas son más efectivas en metabolismo aerobio, mientras que las rápidas dependen del metabolismo anaerobio y, por lo tanto las primeras son más eficaces en deportes de resistencia como ciclismo, natación o carreras de larga distancia; mientras que las segundas son mejores para levantamiento de pesas o carreras de velocidad. La mayoría de los humanos tenemos la misma cantidad de los dos tipos; sin embargo, existen diferencias genéticas que determinan qué tipo de deportes podríamos realizar con éxito.

        Las células musculares no pueden dividirse para dar lugar a músculos más desarrollados; conforme nos hacemos viejos perdemos fibras musculares, pero somos incapaces de formar nuevas. ¿Entonces, cómo es que algunas personas pueden desarrollar músculos muy desarrollados? La respuesta es simple: mediante la formación de nuevas miofibrillas. Y, es aquí donde entran en acción los genes; el ejercicio actúa sobre los tendones y sobre otras estructuras relacionadas con el músculo y éstos desencadenan mecanismos de señalización cuyos efectos llegan hasta los genes que inician la síntesis de las proteínas del sarcómero.

Actividad

1. Después de revisar la lectura y ver los vídeos acerca de la contracción muscular, realiza un mapa conceptual en el que establezcas los elementos de cada uno de los niveles de organización que intervienen en el proceso de contracción muscular.  

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