Obsolescencia programada. referencia a la práctica de programa

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA:

La obsolescencia programada hace referencia a la práctica de programa la fecha de caducidad de un producto. Para esto, el tiempo de vida de un producto es calculado de antemano con el fin de realizar las modificaciones necesarias en la estructura del bien durante sus proceso de fabricación con el fin de que este dure solo un el tiempo establecido para que luego dejar de funcionar por algún motivo. Esta práctica se realiza con el fin de que estos productos tengan que ser renovada constantemente por los consumidores, de tal forma que las empresas productores puedan continuar su producción sin preocuparse por una escasa de Demanda.

Este término tuvo su primera aparición de manera públicamente registrada en la época de la gran depresión, momento en el cual la escases de empleo y los excesos de inventario retenido en los almacenes, siendo imposible para las empresas liberar sus venta. Dada esta condición social, fuertemente observable en estados unidos, se observó que el modelo de producción en masa de la época, influenciada en grandes medidas por el modelo Fordista de producción en masa, provocaba la acumulación de los productos que los consumidores no podían adquirir debido a la durabilidad del mismo. Para resolver este hecho se planteó que los productos tuvieran fechas de caducidad legamente establecidas, luego de la cual estos bienes deberían ser retirados por ley bajo una multa en el caso de que se alguna persona se reusase a hacerlo.  Al establecer esta ley, los consumidores serian obligados a renovar constantemente sus bienes, evitando el estancamiento de la producción.

Si bien esta ley no fue aprobada, no quiere decir que tal práctica nunca fuera aplicada, las grandes empresas de bombillas, aplicaron esta medida en su época, y si bien luego de un tiempo la ley comenzó a poner barreras ante estas prácticas, los grandes productores continuaron aplicando medidas con las cuales establecer las obsolescencias programada a sus productos.  Un enfoque que vino a renovar esta práctica, fue la creación de productos novedosos y llamativos, los cuales, deberán ser renovados constantemente, con mínimos cambios pero ofreciéndose como productos nuevos y mejores, con lo cual, el consumidor no era obligado a renovar su producción, pero a pesar de ello, el interés por lo nuevo (o bien la falta de opciones para reparar productos viejos) provocaban que el consumidor adquiera los mismos bienes de manera constante. Estas medidas son aplicadas en la actualidad y son, en gran parte, el motor de los procesos de comprar y venta en los países desarrollados.

Las críticas más fuertes ante esta práctica, y ante el modelo económico que gira en torno a él, hacen mención del contante aumento de los residuos no degradables así como del constante agotamiento de los recursos naturales, lo cual se considera una práctica insostenible a futuro. Soluciones a esta práctica radican en los modelos económicos de decrecimiento, estos plantean que es necesario dejar de enfocar la economía hacia la idea de crecimiento (mayor producción) y dirigir la vista hacia un modelo de reducción de los niveles de producción mediante una mejor administración de los procesos productivos, con el fin de crear bienes más duraderos, lograr un empleo más eficiente de los recursos naturales, disminuir los residuos inorgánicos y reducir el impacto ambiental. Para esto se busca cambiar el pensamiento moderno de consumo obsesivo de bienes innecesarios por un pensamiento más racional, de protección ambiental, de crecimiento sostenible, al fin y al cabo, si bien las necesidades humanas pueden parecer ilimitadas, los recursos naturales no lo son en lo absoluto.

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