Obtención de productos de la sangre en el laboratorio de Grifols

Los hemoderivados han convertido a los Laboratorios Grifols en una compañía de reconocido valor sanitario a escala internacional. En su planta barcelonesa, Grifols procesa buena parte del plasma que obtiene para elaborar hemoderivados con fines terapéuticos. Y entre ellos se halla la inmunoglobulina intravenosa, que los laboratorios catalanes comercializan con el nombre de Flebogamma. Un producto que actúa en el organismo como barrera inmunológica y se usa en el tratamiento de enfermedades infecciosas e inmunodeficiencias.

EL ORO DE LA SANGRE

Los hemoderivados se consiguen a través de las proteínas que componen el plasma de la sangre. Y su importancia desde el punto de vista terapéutico resulta vital. Pero además, el verdadero valor estratégico, según Nuria Pascual, Directora Financiera adjunta y Directora de Relaciones con Inversores de Grifols, "reside en la complejidad de su obtención y elaboración".

Al margen de la inmunoglobulina intravenosa, el laboratorio catalán procesa distintos hemoderivados como la albúmina, el factor VIII de coagulación, alfa-antitripsina y otras inmunoglobulinas hiperinmunes.

En el caso de la albúmina, esta sustancia derivada de la sangre se usa para el restablecimiento y mantenimiento del volumen circulatorio en situaciones de shock traumático o hemorragias. Por su parte, el factor VII de coagulación está indicado para el tratamiento y profilaxis de hemorragias en pacientes con hemofilia A y en la deficiencia adquirida de factor VII, mientras que el inhibidor alfa 1-antitripsina sirve de terapia de reemplazo para las personas que tienen deficiencia de la proteína alfa-1, un trastorno genético hereditario que puede ocasionar enfermedades pulmonares.

Para conseguir las cantidades suficientes de hemoderivados es necesario un volumen considerable de plasma humano como materia prima, ya que en este fluido no todas las proteínas se encuentran en la misma cantidad. De ahí que sea considerado como una especie de oro sanguíneo.

El proceso de obtención más utilizado es a través de la técnica de plasmaféresis, que permite separar el plasma del resto de los componentes de la sangre como glóbulos rojos, plaquetas y otras células que se vuelven a inyectar al donante de forma inmediata en el mismo momento de la extracción.

La plasmaféresis, desarrollada por José Antonio Grifols Lucas en el año 1951, es el único sistema capaz de obtener cantidades importantes de plasma que después, mediante el fraccionamiento industrial, permitirán cubrir las necesidades de las diferentes proteínas terapéuticas. Para fraccionar el plasma, hay que someterlo a diversos cambios de temperatura y presión, entre otros procedimientos, provocando la separación de las proteínas. Una vez dividas, se aplican rigurosos procesos de inactivación de agentes infecciosos y se purifican hasta su dosificación en condiciones de esterilidad, para que se mantengan

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