Origen De La Vida Oparin
Enviado por XimeMRM • 20 de Septiembre de 2011 • 2.570 Palabras (11 Páginas) • 5.936 Visitas
Capítulo I:
Dicen los narradores que no contarán la historia de Hunahpú e Ixbalanqué y omitirán la historia de sus padres y que sólo contarán algo sobre su padre. El padre de ellos se llamaba Hun-Hunahpú y tenía un hermano llamado Vucub-Hunahpú. Estos dos se pasaban los días jugando a la pelota y a los dados y esto molestaba a los señores de Xibalba que querían jugar con ellos y vencerlos.
Se describen los oficios de estos y otros señores que consistían en hacer sufrir a los seres humanos con muertes horribles. En estos momentos querían poseer los instrumentos de juego de estos y sus adornos.
Capítulo II:
Los señores de Xibalba envían a unos buhos mensajeros donde los hermanos para pedirles que vayan a jugar con los señores de Xibalba. Ellos se despiden de su familia y comienzan la jornada hacia Xibalba. Dejan una pelota colgada en su casa como prenda.
Comenzaron a bajar por el camino de Xibalba por unas escaleras muy empinadas hasta llegar a un río y habían muchos jícaros pero no se lastimaron. Después llegaron a la orilla de un río de sangre y lo atravesaron sin beber de sus aguas. Llegaron a otro río solamente de agua y tampoco fueron vencidos. Pero en un cruce de cuatro caminos fueron vencidos. Los llevaron a la sala del consejo de los señores de Xibalda y ellos pensaban que hablaban con los señores pero eran señores de palo que ellos habían puesto para engañarlos. Los señores de reían de ellos y les ofrecieron sentarse en un banco que era de piedra ardiente y se quemaban, pero se levantaron.
Después, los enviaron a la Casa Oscura que era uno de los lugares que se utilizaban en Xibalba para castigar. Les dieron y unos ocotes y unos cigarros para cada pero a la mañana siguiente al ellos decir que se los habían terminado los sacrificaron. A Hun-Hunahpú le cortaron la cabeza y la colocaron en un árbol que nunca había dado fruto y de pronto comenzó a darlos.
Los señores ordenaron que nadie se acercara al árbol ni tomara de sus frutos.
Una muchacha se interesa por la historia del árbol de los frutos.
Capítulo III:
Esta mujer era una doncella hija de un Señor llamado Chuchumaquic. Ella estaba fascinada por la historia del árbol y sus frutos y le dijo a su padre que quería ir a conocer ese árbol.
Cuando llegó al árbol quería de todos modos uno de ellos y de pronto la calavera, que estaba entre las ramas le dijo que si ella quería uno de los frutos que estirara su mano derecha para alcanzarlo. Ella lo hizo y él escupió en su mano. El le dijo que en esa saliva le daba su descendencia.
A los seis meses su padre notó que estaba embarazada y al ir a pedir consejos a los señores de Xibalba sobre el futuro de su hija ellos le aconsejaron sacrificarla a lo que el padre accedió.
Así que envió a los buhos para que la mataran y volvieran con su corazón. Esta los convenció de no hacerlo y los llevó hasta el árbol antes conocido como Arbol rojo de grana que ahora se llamaría árbol de sangre. Del árbol brotó un jugo que al caer en la jícara se coaguló y parecía un corazón. Los buhos llevaron esto a los señores que se impresionaron por el olor a fruta de la sangre pero creyeron que ella había muerto. De esta manera ella engañó a los señores de Xibalba. Los buhos volvieron con ella para servirle.
Capítulo IV:
La mujer, llamada Ixquic llega donde la madre de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú pero esta no la quiere recibir en su casa por considerarla deshonesta por cargar en su vientre hijos o hijo de Hun-Hunahpú o Vucub-Hunahpú. Ella le dice que pronto la convencerá de que sus hijos muertos en Xibalba viven en ella. Los hijos de Hun-Hunahpú se enojan por la presencia de ella y se dedican todo el día a esculpir y a tocar la flauta.
Luego, la señora le pone una prueba para aceptarla. La envía por una gran cantidad de maíz a donde ella sabe que sólo hay una planta de maíz. Ixquic clama a sus dioses y consigue que le den mucho maíz y al llevarlo a su suegra ella se convence de que ella carga a sus nietos o nieto y la acepta.
Capítulo V:
Los narradores dicen que a continuación van a contar el nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué. Los niños nacen en el monte y cuando están en la casa no pueden dormirse y no dejan de gritar. Para tranquilizarlos los ponen encima de un hormiguero y se duermen tranquilamente. Luego los pusieron sobre unas espinas. Los hermanos mayores de ellos: Hunbatz y Hunchouén querían que se murieran porque les tenían envidia aunque sabían que ellos eran los sucesores de sus padres que habían muerto en Xibalba y que eran especiales pero la envidia los cegaba.
Ni la abuela ni ellos lo aceptaban y no les daban de comer, sólo de las sobras.
Aunque los trataban mal Hunahpú e Ixbalanqué no se enojaban con ellos y se pasaban todo el día tirando con cerbatana. Siempre llevaba pájaros para comer pero la abuela no les daba.
Un día volvieron a la casa sin pájaros y le pidieron a sus hermanos mayores que los acompañaran a buscarlos porque no podían bajarlos de los árboles. Los hermanos accedieron y Hunahpú e Ixbalanqué planearon la manera de vencer a sus hermanos por tratarlos mal.
Cuando llegaron al árbol los hermanos mayores se maravillaron por la gran cantidad de pájaros y se subieron al árbol para atraparlos. De pronto el árbol comenzó a hacerse más grande y no podían bajar. Hunahpú e Ixbalanqué les recomendaron que se quitaran los calzones, "atadlos debajo del vientre, dejando largas las puntas y tirando de ellas por detrás de ese modo podréis andar fácilmente". Pero inmediatamente hicieron esto se convirtieron en monos y comenzaron a columpiarse por los árboles.
De esta manera los hermanos menores vencieron a los mayores.
Hunahpú e Ixbalanqué regresaron a la casa e informaron a la abuela de lo acontecido y le dijeron que volvería a ver a sus nietos pero que iba a ser una prueba difícil para ella y que no debía reírse.
Comenzaron entonces a tocar la flauta y aparecieron los hermanos mayores pero la abuela comenzó a reírse y volvieron a irse. Los hermanos menores le dicen a la abuela que sólo tendrá algunas otras oportunidades para ver a sus nietos y que dejen de ser animales pero no debe estallar en risa. La abuela no puede contener la risa en ninguna de las ocasiones y los hermanos mayores quedan convertidos en animales porque "se ensordecieron y maltrataron a sus hermanos".
Capítulo VI:
Los dos hermanos salen a sembrar la milpa pero no tienen que hacer nada porque los instrumentos
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