Oxigenoterapia

Comprensible

El psicólogo Eduardo Henao, y excatedrático de cuatro centros de educación superior, explica que es normal que en la vida universitaria se presenten peleas porque los estudiantes, al menos la mayoría de los primeros semestres, atraviesan la crisis de la adolescencia "acompañada de una revolución endocrina y las hormonas juegan un papel determinante". Agrega que dependiendo de la posición que asuman las partes se desencadenan los enfrentamientos o se evitan, ya sea la dominante, la de sumisión o la de huida. Juan Felipe, por ejemplo, no quiso someterse.

La ideología o diferencia de pensamiento también puede originar altercados, como expresó un estudiante de la Universidad de Caldas, y que tiene sentido para el experto pues "los jóvenes se identifican con un grupo y unas ideas, pero si no tienen la capacidad para argumentarlas, su impulsividad los lleva a querer imponerse físicamente".

Los tragos son otro desencadenante, pues disminuyen el control de las tendencias agresivas, y si se tiene en cuenta que desde temprana edad se inicia el consumo, como los estudios demuestran en Caldas, es mayor la probabilidad de que haya conflictos. Además, "las exigencias universitarias generan tensión, lo que estimula la cultura de Baco o del licor, porque ellos necesitan desestresarse".

De ahí que las universidades, concluye el psicólogo, deban promover cátedras de relaciones humanas y de comunicación exitosa. Para los estudiantes consultados, una "simple" cuestión de saber tolerar y dialogar.

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