PSICOLOGÍA Y COMPORTAMIENTO DEL CABALLO ASI COMO TRATAMIENTO DEL MISMO DE CARA A SU PRODUCCIÓN INDUSTRIAL PARA CONSUMO DE CARNE

Para comenzar este trabajo, primero realizaré una breve descripción de las características fundamentales de la carne de caballo, principales constituyentes y beneficio para el consumo humano:

Catelli (2004), señala que la carne de equinos es considerada un recurso alimenticio óptimo debido a su aporte de hierro y su gran digestibilidad; es una carne tierna, cuya textura no se ve muy influenciada con la edad de faena de los animales, sexo, alimentación o tipo genético, además su sabor dulce es producto del alto contenido de glucógeno. Comparada con la carne proveniente de otros animales de abasto, la carne de equino tiene la gran ventaja de tener menor precio en algunos mercados.

Respecto a la dureza, la carne equina se caracteriza especialmente por su ternura. El sabor es similar al de ternera, aunque por su mayor contenido en glucógeno, puede necesitar un punto más de sal. En cuanto al color de la carne, varía del rosado claro en los lechales, al rojo muy oscuro de los animales adultos, por su alto contenido en mioglobina y hierro. Por ello está recomendada, para personas que necesitan mejorar la ingesta de este mineral.

El color de la grasa varía, según la cantidad de hierba o forraje que haya consumido el animal. Así, un potro recién bajado de la montaña y criado por una madre con abundante leche, habrá comido poca hierba, y presentará una canal con grasa de color crema. El mismo potro de una madre con poca leche, habrá tenido que ayudarse comiendo hierba; la canal será entonces más magra, la grasa más amarillenta, y la carne rosada oscura. En el ganado adulto, la grasa es de color amarillo intenso.

Por su contenido graso, puede considerarse como una carne magra. En comparación con la de vacuno, tiene menor contenido en grasa y una mayor proporción de ácidos grasos insaturados.

En cuanto a minerales, tiene un bajo nivel de sodio, y supone la mayor fuente de hierro de origen cárnico, después de despojos y vísceras.

Vistas sus propiedades, el objeto fundamental de este trabajo es delimitar una serie de buenas prácticas durante su transporte y pre-sacrificio (reposo y aturdimiento), todo ello basado en la observación de la psicología del caballo, enfocado a conseguir una calidad óptima de la carne de cara a su consumo.

La búsqueda de información elaborada por estudios españoles ha sido más bien infructuosa, teniendo que extraerla de estudios hechos por otros países, siendo un estudio realizado por la universidad autónoma de Chihuahua, en México, el pilar fundamental sobre el que me he documentado para esta primera entrega del trabajo, aparte de otras fuentes que detallo en la bibliografía.

Transporte de los caballos:

-Centrándonos en la legislación de la UE para el transporte de equinos durante su traslado a mataderos, ya que es la que nos concierne de manera directa, y también porque esta es una primera entrega-borrador pudiendo en la entrega final ampliar la legislación en el resto del mundo; hemos de resaltar las diferentes normas existentes de cara a no alterar su comportamiento, las cuales son:

Los équidos mayores de 8 meses deben llevar cabezada durante el transporte excepto los caballos no amansados; los animales adultos deben ser transportados de forma separada, así como también aquellos animales agresivos; los équidos no deben de ser transportados en camiones con doble piso, excepto si los animales son cargados en el primer piso y sin animales en el segundo nivel; los animales no domesticados no deben

ser transportados en grupos de más de cuatro individuos ya que podria dar lugar a comportamientos agresivos que pudieran causar lesiones; los équidos pueden ser transportados por un periodo máximo de 24 horas, pero cada 8 horas debe ofrecérseles agua y alimento. Estas son, entre otras, una serie de normas propuestas por el Consejo de la Unión Europea en 2004.

Según un estudio publicado por Stull en 2001, se ha demostrado que los caballos con experiencia previa en transporte están menos estresados cuando sus cabezas no están amarradas durante el transporte; si el caballo está amarrado, no puede adoptar las posturas más cómodas y seguras cuando el vehículo se encuentra en movimiento.

Este mismo estudio nos dice que las frecuencias cardiacas en los caballos que van mirando hacia atrás versus hacia adelante (en la dirección del viaje) son menores. Los caballos que van mirando hacia atrás tienden a descansar más sobre la grupa, en cambio cuando van mirando hacia adelante tienden a moverse más frecuentemente y mantener el cuello más levantado de lo normal.

Posiblemente los caballos prefieren ir mirando hacia atrás por el hecho de poder mantener mejor el balance durante el viaje, presentando así menos golpes y pérdidas de

Equilibrio.

Es por esto, que probablemente la postura más comúnmente observada durante el transporte de equinos es la de quedarse en pie con los miembros anteriores y posteriores separados y los anteriores estirados hacia delante.

Las operaciones de traslado de los animales hasta los mataderos constituye un importante eslabón que puede influir sobre el bienestar animal y la calidad de la carne. Se ha observado que, para transportes de una hora se han dado aumentos significativos en las concentraciones en sangre de lactato, glucosa y cortisol (indicador de estrés estudiado en clase). Estos indicadores, evaluados en animales provistos de una cánula

intravenosa para evitar el estrés de la punción, reflejan que aún transportando

caballos en cortas distancias, éstos sufren estrés provocado no sólo por el transporte en sí, sino también por los manejos previos y posteriores a éste.

Por tanto podemos elaborar una primera y breve conclusión de que los caballos, durante su etapa de transporte, en el caso de que esta supere la hora, comienzan a sufrir altos niveles de estrés, debido a la imposibilidad de reposar y mantener una postura cómoda, y por tanto, una primera medida sería la de realizar paradas periódicas a fin de evitar este problema. Dicha conclusión puede observarse en la siguiente tabla representativa de los mismos en función del tiempo.

Pre-sacrificio (Reposo y aturdimiento):

Lo cierto es que, al ser el consumo de carne de caballo mucho menor que el de otras especies, no suelen tener instalaciones de sacrificio específicamente diseñadas para cubrir sus necesidades y adecuarse a sus comportamientos (evitar en lo posible cansancio o estrés) ya que supondría unos costes muy elevados.

Por tanto, las prácticas que se proponen para un correcto manejo de los caballos de cara al sacrificio

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