Pan para vivos-ejercicio de redaccion

[pic 1]

Pan vivo, alimento para el alma.

Sabores de dulzura

caritas de recuerdos

olor a flores e incienso

bulliciosos rezos

llenos de esperanza y resignación.

Candilejas del alma en pena

realidad y misticismo,

ruptura de  mi corazón

angelitos centinelas.

[pic 2]

Entre niebla, la luz te ilumina

olores de riqueza,[pic 3]

mirada de inocencia.

encuentro

con la verdad pueblo de barro

negro.

Manto de pureza en el hablar

silencio en el juicio,

principio del amor en la letra

con la imagen .

[pic 4]

El juego de la vida

Sol que pide sacrificio,[pic 5]

luna que otorga consuelo,

así como el ser moderno,

sacrificando amor por el deseo.

Soy espectador de la pelea del ayer

veo plumas de pureza que bailan con el viento,

como el pensamiento del hombre del presente,

donde en un compas necesidad y practicidad se mueven,

Luchar con las limitaciones imaginarias,

 para enaltecer el origen de mi raza,

como antaño bailando con los dioses y demonios,

así manifiesto la naturaleza humana.

[pic 6]

Muerte

Serena y enamorada la catrina besa al incauto,

señorita mía , aleja de pronto tus caprichos

de mi existencia

solo así disfruto tu presencia.

Altiva, divertida y ansiosa la enamorada huesuda,

busca placer dentro de la inocuidad,

!pobrecilla¡ cada vez se olvidan mas de ti,

estos ingratos infantes citadinos,

los muy ladinos,

buscan recompensa  sin fundamentos

en envoltorios de celofán.

[pic 7]

Con los ojos cansados en una noche, llena de sombras, cantos, bullicio y un rítmico silencio que rompe la secuencia, comienza asomarse un rayo matutino, entre edificios el sol rojo va acallando el murmuro el bailar de los danzantes amantes de la tradición.

El olor dulce de los alimentos arrecian el hambre, que se distrae a la primera campanada, llamada a misa, el rio de colores recorre el asfalto: entre rebozos, zarapes, cobijas  y chamarras la plazuela comienza a levantar las casas improvisadas de sabanas y plásticos.

Al final de la calzada humana aun llegan cuerpos magullados por la penitencia, con mirada aliviada observan su destino, su trayecto se hace más pesado, tan próximos y tan lejanos al perdón, a la manda cumplida. Sólo el humano es el ser capaz de romper sus límites por la disposición del amor a lo que los llevara al acercamiento a la gracia divina, llamada fe.

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