Parque Natural Chicaque

CHICAQUE: ECOTURISMO Y BIODIVERSIDAD EN CUNDINAMARCA

Parque Natural Chicaque, un lugar a tan solo media hora de la ciudad de Bogotá, es una de las reservas ecológicas e hídricas mas importantes del centro del país ubicada entre el municipio de Soacha y la región de San Antonio del Tequendama. Estos predios fueron habitados por los Muiscas quien en tiempos ancestrales han dejado una huella imborrable con sus figuras rupestres en algunas piedras alrededor del parque.

Su historia se remonta hacia la época de la colonia pues según la leyenda San Antonio vivía en Chicaque, nombre que en lengua indígena significa nuestra lucha. Cuando la aldea de Zea como en antiguamente se llamaba el municipio de San Antonio del Tequendama quiso tener su patrono, los habitantes fueron en busca del santo. Lo llevaron a la iglesia y, en un descuido, San Antonio se devolvió al bosque de niebla. En honor a esta leyenda se construyó la gruta donde reposa la imagen del religioso1.

El Recorrido

El primer paso hacia la reserva comienza desde el kilometro 8 variante Soacha – La Mesa, bajo una fría mañana de miércoles rodeada de neblina espesa de bosque nativo. Al paso de los 3 kilómetros que se debe recorrer en trocha desde la carretera hasta la entrada principal del parque los aventureros se encuentran con los perros guardianes que son acogidos por los dueños de las fincas de los alrededores, que acompañan y juegan un rato con ellos y que mas adelante no se vuelven a ver sino al regreso del mismo. El ganado, la venta de masato, el camping de recreación entre otros, son otras de las alternativas que se encuentra al final del recorrido que nos conduce a la entrada del parque.

Unas majestuosas montañas son la llave que abre la entrada al parque, la cual se ve rodeada de una gran vegetación y el ruido exótico que emana la reserva natural gracias a su flora y fauna. El descenso es quizás uno de los factores mas divertidos del recorrido. Durante el mismo se requiere de alimentos ricos en calorías y para apaciguar el abrumador frio acompañado de neblina y una ligera llovizna. A su paso encontramos por doquier un camino destapado lleno de piedras que paso a paso nos indica a través de señales la llegada al epicentro de la reserva: El Refugio.

La distancia se hace aun mayor durante el recorrido en medio del bosque de niebla donde habita gran variedad de aves, espesa vegetación y arboles gigantescos de casi aproximadamente 30 metros de alto y que a pesar del paso de los años estos enormes y gruesos cedros aun se conservan. Desde los 2700 a 2100 metros sobre el nivel del mar es el descenso que separa la entrada del parque a El Refugio, una casa de madera que evoca la fachada al estilo suizo y desde allí se puede deleitar un delicioso desayuno o almuerzo y si lo prefieren pasar una placida y silenciosa noche en medio de una melodía sinfónica de la naturaleza.

Desde El Refugio se desprende varios caminos a lo largo y ancho del parque, uno de ellos es al famoso Pico del Águila, ubicado en la cumbre del parque, sitio predilecto por su excelente panorama hacia el horizonte del Tequendama; otro de los sitios predilectos es el sendero que conduce a la cascada, allí la naturaleza captura los sentidos con la variedad de tonos verdes, el olor a hierba y el canto de las aves. 40 minutos de travesía desde El Refugio en los que se observa los encantos particulares como el vuelo de los colibríes y los helechos gigantes hasta que finalmente una imponente caída de agua se abre paso por una monumental montaña de piedra.

El regreso, osea el ascenso de nuevo a la selva de concreto, es bastante agotador y se requiere de bastante consumo de liquido, por eso es recomendable pedirles a los turistas que lleven puesta ropa ligera y bastante liquido. La subida hacia la entrada del parque es casi 3 veces equivalente al ascenso hacia el cerro de Monserrate, pues es bastante empinada y requiere mucho esfuerzo físico y bastante aguante cardiaco.

Parque Natural Chicaque. Informes en www.chicaque.com Teléfono

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