Planteamiento metodológico según boris lima
Enviado por kaab96 • 31 de Mayo de 2017 • Informe • 11.170 Palabras (45 Páginas) • 725 Visitas
Planteamiento Metodológico según Boris Lima
La Metodología Tradicional
El Trabajo Social ha limitado su elaboración teórica a diseñar formas de procedimientos para intervenir en la realidad con fines de tratar las enfermedades que se suceden en el Ilamado organismo social. A este plano se han dirigido exclusivamente los esfuerzos de los trabajadores sociales más creadores, dejando el contenido y la orientación en el uso de los métodos, al margen de su consideración.
Si acaso se tuviera duda de este limitado hacer conceptual, invitamos a revisar textos, aun en la definición del Trabajo Social. A este respecto diremos que, salvo contadas excepciones, no se define la totalidad de la disciplina, sino que se pasa de la descripción de un modo de actuar a otro, señalando como se opera a través de los diversos procesos metodológicos.
Debido al lugar practicista que el positivismo asigno al Trabajo Social, la cuestión metodológica ha sido el centro de su atención, de allí que se haga necesaria una incursión en su interior. Los fenómenos de estudio de la profesión son del área de la concreción y de la cotidianidad, pero esta se ha canalizado desde sus comienzos en estricto orden cronológico del individuo, al grupo y a la comunidad. De forma que al evaluar el hacer profesional, lo que se encuentra son pautas de acción para que el hombre explotado en cada una de esas dimensiones, pueda tolerar y resistir su precario vivir y ajustarse así al orden social establecido.
La observación y el estudio del hombre en cada uno de estos niveles dio origen a los métodos tradicionales del Trabajo social. La acción sistematizada genero el trabajo social de casos, Trabajo Social de Grupos y Organización de la Comunidad, respectivamente; todos modelados según normas derivadas de la medicina, psicología y sociología, disciplinas preponderantes en el campo social de la época.
Estas guías de acción con una visión positivista y funcionalista, unilateralizan el Trabajo Social, lo toman como un objeto metodológico fijo, dentro de una sociedad estática. Este enfoque divide la realidad en individuos, pequeños grupos y macro-grupos, sobre los cuales se van acumulando datos en forma aislada, proponiendo el análisis del desarrollo social por parcelas de entes sociales que jamás llegan a trascender al marco global de las relaciones sociales de producción.
Todas estas consideraciones nos importan, porque en nuestra disciplina impera a plenitud el predominio de los llamados métodos tradicionales. Como veremos más adelante, estos métodos se han revelado carentes de sincronización y de adecuación para actuar en la realidad dependiente y subdesarrollada de nuestros países latinoamericanos.
En el sofisticado objetivo de provocar el " desarrollo pleno de las potencialidades " de los individuos y comunidades, los métodos se han mostrado incapaces de arribar a conclusiones favorables, puesto que su estructura lógica y sus fines no podrán nunca sortear los grandes obstáculos que la estructura económico-social impone.
La aplicación, de teorías particularistas, desarrolladas a partir de parcialidades que no trascienden de la apariencia, mediante simples esquemas operatorios, no permiten ser eficientes en las funciones primordiales del Trabajo Social.
Los éxitos tendientes a aminorar las disfuncionalidades de la sociedad y provocar los ajustes que superen los conflictos y tensiones, han sido de muy escasa posibilidad. No solo en la estructura latinoamericana, sino que en los propios países "padres" de estos métodos, están confrontando crisis de incompetencia ante las múltiples formas en que se expresan las injusticias y conflictos que genera la irracionalidad capitalista.
Un capítulo aparte sería necesario desarrollar si realizáramos una evaluación refiriéndonos a la hipótesis de transformar la realidad social con el uso de estos mismos métodos, como algunos de nosotros quizás hayamos creído. Muchos de los colegas de nuestra generación, al darse cuenta de la génesis estructural de los problemas que agobian a la sociedad, han pretendido dar una profundización mayor a sus acciones, mediante.: la introducción de algunos cambios técnicos, pero obstante fracasan al tratar de superar los círculos del individuo o el grupo, pues no ponderan el peso de las formas de dominación social que corresponden al modo capitalista de producción.
Pero, sin embargo, la crisis de la profesión es tan dinámica que muy pronto se dilucida que los métodos tradicionales ni transforman ni integran como quisieran los voceros de las clases dominantes, ni posibilitan que el Trabajo Social deje de ser una praxis ingenua y desdoble en una acción racional transformadora.
1: El proceso de Desarrollo de los Métodos Tradicionales:
Hemos sostenido que el desarrollo del Trabajo Social ha estado ligado a determinadas fases críticas de la sociedad, según momentos históricos cargados de conflictos que reflejan la agudización de las contradicciones alcanzadas en el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, las relaciones de producción y las formas de dominación social prevalecientes en una situación dada.
Dentro de este conjunto de concepciones es creado el Trabajo Social. Es lógico que el sistema genere teorías y múltiples disciplinas vengan a justificar su vigencia histórica y que contribuyan a sortear las crisis que en el plano económico, social o político aparecen, amenazando el equilibrio del orden social. Al mismo tiempo, el sistema concibe el desarrollo de "instrumentos técnicos" que faciliten la orientación y conducción de los fenómenos sociales.
Ante los agudos problemas sociales, se requiere acción inmediata. Al rápido desarrollo de las contradicciones hay que dar soluciones prontas. Los iniciadores de la profesión se aferraron obligadamente a las menguadas implicaciones teóricas del momento. Estas se orientaban hacia el plano subjetivo del individuo y hacia allí se encamino el Trabajo Social. Bajo los patrones del pragmatismo se tiende a la búsqueda de la verdad y de las soluciones en la acción misma, degenerando en el circunstancialismo y el subjetivismo.
Con este marco de conducción y nivel teórico, muy pocas posibilidades tendrá para fomentar y desarrollar el conocimiento práctico, único vehículo para construir teoría. Desde sus comienzos, el trabajo social fue una práctica sin teoría propia.
En conclusión, ante la situación social demandante, la actitud asumida fue la de valerse de las teorías emergentes en el campo de las Ciencias Sociales. Así, ante una `visión metafísica e inversa de la sociedad, quitaron en préstamo para nunca devolver a la medicina, la psicología, la psiquiatría, etcétera, una serie de elementos metodológicos y conceptuales que se referían a la formación de la personalidad, a la clasificación de anormalidades y patologías y con ello se estructura el primer método de acción, el Trabajo Social de casos:
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