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Problema axiológico del valor y la vida cotidiana


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2014  •  1.758 Palabras (8 Páginas)  •  293 Visitas

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Problema axiológico del valor y la vida cotidiana

Si el obrar humano consiste, muy genéricamente en la asunción concreta y activa de unos valores, es necesario aclarar lo que significa el término valor y toda su problematicidad. Hay que tener en cuenta que los valores para ser reales, tienen necesidad del mundo concreto, material y humano, en el que se realizan. Los valores no existen si no son encarnados de algún modo en el mundo visible.

CARACTERÍSTICAS DEL VALOR: Todo valor posee las siguientes características:

EL VALOR: La característica del valor es el ser valente, a diferencia del ser ente y del ser válido lo que tiene validez),la realidad del valor es el valer, valen por ellos mismos. Eje: El amor vale por ser amor.

LA OBJETIVIDAD (Esencia): No dependen de la preferencia individual, sino que mantienen su forma de realidad más allá de toda apreciación y valorización. Su ser siempre es el mismo. Permanecen inmutables en las cosas. Son esencias irracionales porque no pertenecen a la inteligencia ni a la razón.

CUALIDAD: Son totalmente independientes de la cantidad y por eso no pueden establecerse relaciones cuantitativas entre las cosas valiosas. La característica es la cualidad pura del valor.

Valor de circunstancias actuales

El valor de las circunstancias.

Las circunstancias que afectan al objeto moral y al sujeto, lo que pueden cambiar y lo que no, los errores de la "etica de la situacion" y el cumplimiento de la ley moral

En los artículos precedentes ( nº 22 y 23) llegábamos a la conclusión lógica, racional, de que a pesar de su "relatividad", el bien es algo ''objetivo", que está ahí, con independencia de mi opinión o voluntad particular. De otra parte, los actos humanos, para ser moralmente buenos: 1) habían de tener como objeto cosas buenas, ordenadas u ordenables al fin último de la persona; y 2) habían de ser realizados no con simple "buena intención", sino con "intención buena'', esto es, con intención real y rectamente ordenada, en último extremo, al último fin, que es Dios.

El acto externo (u objeto), y el interno (o intención), son como dos caras de la misma moneda, dos aspectos de un mismo acto. Para que una moneda sea buena, de modo que valga lo que anuncia, es preciso que sus dos caras --no una sola-- sean buenas y no falsas. Bastaría que una cara fuese falsa, para que toda la moneda lo fuera. Así también, para que un acto humano sea moralmente bueno, es necesario que tanto el objeto como la intención sean buenos. Intención y objeto son, por eso, dos principios fundamentales de moralidad.

Ahora bien, ¿basta la consideración conjunta del objeto y de la intención para calificar con exactitud la moralidad de un acto humano?

La ética católica ha advertido siempre que se debe contar con otro principio o fuente de moralidad, que si no es "fundamental" es, sin embargo, importante, y a veces mucho.

Todo acto humano se realiza entreverado con una serie de circunstancias que aumentan o disminuyen su propia bondad o maldad. Lo sustancial es el complejo ''objeto + intención '' del acto; pero toda sustancia existe sustentando unos "accidentes".. Así, por ejemplo, las manzanas pueden ser más o menos grandes, más o menos sabrosas, coloradas o blandas: el tamaño, el color, el sabor, son los "accidentes" de la sustancia "manzana". Y para que una manzana sea sabrosa y digestiva no basta que sea un simple fruto del manzano. Ha de haber madurado entre determinadas condiciones de temperatura, humedad, etc. Una manzana puede resultar una buena manzana o una mala manzana.

Las circunstancias son, pues, como los accidentes, importantes para la sustancia tanto de las cosas como de los actos humanos en su aspecto moral, y le afectan más o menos profundamente. Suelen señalarse las siguientes:

I. Las que afectan al objeto moral:

a) tiempo: es diversa la maldad de un pensamiento, por ejemplo, según dure pocos minutos, o muchas horas

b) lugar: no es lo mismo blasfemar en una iglesia, que en otro sitio; u ofender a una persona en público o en privado;

c) cantidad: es diversa la bondad de una limosna pequeña o magnánima; así como la maldad de un robo de unas pocas monedas, o de una suma considerable;

d) efectos: el robo de una misma cantidad de dinero no tiene la misma gravedad moral, si se hace a un pobre o a un rico, porque sus consecuencias son muy diversas. Es muy distinto dar mala o buena doctrina en una revista de ámbito limitado, que en una publicación muy difundida en televisión, etc. Esta es la más importante de las circunstancias que afectan al objeto moral.

II. Las que afectan al sujeto:

e) la condición de quién obra: no reviste la misma gravedad la exposición de un error doctrinal por un sacerdote o un seglar; o el escándalo que causa un simple ciudadano o una autoridad pública;

f) modo de obrar: la modalidad de la acción denota una mayor o menor bondad o malicia. Por ejemplo, la delicadeza con que se hace una corrección, o la brutalidad con que se comete un asesinato;

g) medios empleados: el uso de determinados medios matiza la moralidad de la acción. Así, el robo a mano armada es más grave que el simple robo o el hurto;

h) motivos circunstanciales: se trata de intenciones concomitantes al fin principal,

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