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Propiedades Curativas De La Miel


Enviado por   •  18 de Agosto de 2013  •  1.345 Palabras (6 Páginas)  •  513 Visitas

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PROPIEDADES CURATIVAS DE LA MIEL

Y Otras Usos

Por: Orlando Valega, Apicultor de “Apícola Don Guillermo”

Correo: apicoladonguillermo@yhaoo.com.ar

INTRODUCCIÓN

La miel como remedio fue descubierta por nuestros antepasados de forma empírica y desde hace mucho tiempo se conocen, entre otras, sus propiedades antisépticas, dietéticas, edulcorantes, tonificantes, calmantes, laxantes y diuréticas.

Aunque para muchos países occidentales la miel es un simple edulcorante sustitutivo del azúcar, para otros es considerada como un auténtico medicamento utilizado en múltiples afecciones.

Concretamente, en la antigua URSS los campesinos llamaban a las abejas "las farmacéuticas aladas". No obstante, también se le han atribuido a este alimento medicamento unas acciones farmacológicas que no posee, ensalzando propiedades que no manifiesta.

Existen autores que defienden la teoría de que la miel tiene las propiedades medicinales de las plantas de las cuales procede, atribuyendo a las diferentes mieles mono-florales procedentes de plantas melíferas medicinales sus propiedades curativas (Nahmias, 1980).

Si bien es cierto que la mayoría de las plantas medicinales también son melíferas, no se puede generalizar y caer en el error de que tengan sus mismas propiedades, ya que las sustancias activas, a causa de los diferentes metabolismos de la planta, difícilmente llegan al néctar y cuando lo hacen no es en la cantidad suficiente para que sean eficaces.

En este trabajo se pretende pasar revista a las acciones y usos farmacéuticos de la miel, comprobados por experiencias clínicas, científicas o de uso popular, y que pueden llegar a explicar los verdaderos valores terapéuticos de este producto apícola.

TRATAMIENTO DE HERIDAS

La miel posee un gran poder antibiótico y emoliente, por lo que ha sido utilizada desde siempre en el tratamiento de heridas, quemaduras, úlceras, etc., debido a su contenido en una sustancia de efecto antimicrobiano denominada inhibina (Dolci, Du & Dziao,l937).

En los papiros de Eberts y Smith, que datan de antes del año 1500 a. C. ya se aconsejaba tratar con miel las heridas.

Hipócrates, en su obra "Consideraciones sobre el tratamiento de las heridas", recomienda curarlas con miel.

Avicena, en su libro "Cánones de la medicina", escribe sobre la eficacia de la miel en el tratamiento de las úlceras profundas infectadas.

Plinio el Viejo (28-70, d. C) considera que la mezcla de miel con aceite de hígado de bacalao es el mejor remedio para tratar las heridas.

Según loirish (1985), el Dr. Lücke en 1933 propone tratar las heridas infectadas con un ungüento a base de miel y aceite de hígado de bacalao. El autor parte del hecho de que la miel actúa favorablemente sobre la desinfección y cicatrización de heridas infectadas, mientras que el aceite de hígado de bacalao contribuye a la regeneración del epitelio. También cita las experiencias del cirujano ruso Krinitski, que obtuvo buenos resultados al tratar 52 casos con este mismo ungüento de miel y aceite de hígado de bacalao. Doce enfermos presentaban osteomielitis, 7 estaban afectados de hidradermitis, 3 sufrían paranefritis y 30 mostraban quemaduras. Según sus observaciones clínicas, la presencia de miel en la herida condujo a una elevación brusca del glutatión en el humor de la herida, jugando un papel importante en los procesos redox del organismo. Por tanto, se estimula la división y el crecimiento de las células y, en consecuencia, favorece la cristalización.

Ioirish (1985) también cita el caso de un médico ucraniano que utilizaba la miel en el tratamiento de heridas y úlceras rebeldes que cicatrizaban con dificultad. Relata el caso de un paciente mutilado de 25 años que tenía en el reverso de la planta del pie derecho una gran cicatriz. En el centro de ésta tenía una úlcera de 3 x 5 cm con un fondo profundo, de color gris brillante y con bordes necrosados. Este estado persistía desde hacía meses, y después de aplicarle un ungüento a partir de miel la herida cicatrizó al cabo de 22 días.

Heinerman (1988) recomienda la aplicación de miel en el tratamiento de úlceras, lesiones herpéticas, grietas y llagas.

Para las úlceras varicosas crónicas, quemaduras y lupus eritematoso,

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