Psicología Y Sus Espacios
Enviado por anligaos • 31 de Julio de 2012 • 712 Palabras (3 Páginas) • 305 Visitas
Formación de Impresiones
Cuando empezamos a conocer a las personas, quisiéramos descubrir su interior y con ese conocimiento poder ajustar nuestras expectativas y conductas frente a ellos. Sin embargo, obtener dicha información suele ser difícil, no logramos descifrar plenamente al otro y suele sorprendernos su comportamiento o contrariarnos profundamente. No es de extrañar que, ante la imposibilidad de conocer a fondo de una forma u otra, recurramos a formar nuestras propias impresiones con poca evidencia; fijamos nuestra atención en la ropa, los gestos, la manera de hablar, el tono de la voz etc., y según lo que observamos vamos instalando a las personas en unas categorías ya establecidas por nosotros gracias a nuestra experiencia pasada en el trato con las personas. No importa que el tiempo de contacto sea aún muy limitado o que anteriormente nos hayamos equivocado con nuestras primeras impresiones. Seguiremos clasificando y categorizando a los individuos en nuestro primer encuentro. De nuestro primer contacto con las personas y según las impresiones que nos formamos durante el mismo, podríamos pensar que una persona es amable, amigable, honesta, sincera, seria, pudorosa, extrovertida etc., lo cual ocurre porque hemos tomado algunos de sus aspectos superficiales para creer que realmente esta persona responde al esquema con el cual relacionamos dicha categoría.
Los esquemas son un conjunto de creencias o expectativas sobre algo o alguien. Estas creencias son construidas también con respecto a situaciones pasadas. Dichos esquemas tienen varias funciones, entre ellas nos permiten inferir cosas acerca de las personas; es decir, asumimos que una persona amigable nos aceptará una invitación o nos hará un favor, esto sucede por el esquema que hemos creado de “persona amigable”. Los esquemas también juegan un papel importante en la manera en que recordamos e interpretamos la información. Es más, a las personas se les dificulta la información que nos se ajusta con algunos de sus esquemas establecidos. Los esquemas nos engañan haciéndonos “recordar” cosas que no observamos nunca sobre ciertas personas; es decir, asociamos que una persona tímida, reservada y ocupada en sus pensamientos es introvertida. Si notamos que una persona X es tímida, tal vez la categorizaremos como introvertida, creyendo que además se encontrará constantemente ocupada en sus pensamientos; por lo tanto podríamos categorizar a X como introvertida sin ver los matices de su personalidad y esta clase de pensamientos puede llevarnos a errores.
Las categorías y esquemas responden a un esfuerzo constante del hombre por entender a sus semejantes y a sí mismo. Las particularidades son múltiples y complejas lo cual lleva al ser humano a incluir tanta diversidad en grupos específicos.
Al recurrir a nuestros esquemas generales nos formamos una primera impresión (relacionamos una persona
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