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LAS TRIBUS URBANAS

La adolescencia, como es sabido, es una etapa de constantes cambios tanto físicos como emocionales que empujan y confrontan a la persona a tomar un nuevo rol dentro de la familia y sociedad.

El adolescente ya no pertenece al mundo infantil y tampoco llega aún a formar parte del adulto, generándose así una sensación de aislamiento, no integración e inestabilidad, que lo llevan en dicha transición a encontrase con su igual o par, con quien se identifica y congrega con el fin de encontrar un entorno que lo contenga y acompañe en el importante camino para la construcción de la identidad.

La conformación de grandes grupos en esta etapa es común y existen diversas formas de nombrarlos: grupos de pertenencia, contraculturas (grupos en contra de la cultura dominante y/o instalada), subculturas (culturas alternas a la dominante que no precisamente va en contra de la misma), neotribalismos, tribus urbanas, etc., y es para el presente artículo que hemos de emplear la última expresión, por ser una de las más utilizadas en la actualidad.

Este tipo de agrupaciones surgen en los años cincuenta y cada una de ellas atiende al contexto en el que se desenvolvieron. Las juventudes se definen siempre en función de su época; no es lo mismo un adolescente ahora que uno cincuenta años atrás, a pesar de que los cambios físicos y psicológicos conserven similitudes en su lógica. Hay aspectos en el desarrollo que se conservan en las generaciones y están más relacionados con los procesos de crecimiento, sin embargo, es importante entender el proceso adolescente ubicándolo siempre en la época histórico-social en que se transita, sumándole a ésta las características de personalidad de cada individuo. Es importante no generalizar ni encasillar a ningún grupo o persona.

El grupo de los hippies, por ejemplo, una de las primeras tribus urbanas, surge en Estados Unidos de América como un movimiento en contra del consumismo y capitalismo. Apegados a la naturaleza, se muestran a favor de la libertad sexual, la paz y el amor. Así como los hippies, otras tribus, como los rockers, emos, skatos, skin heads, darks, punks, entre otros, cada uno con sus sellos peculiares, han surgido en distintas épocas y contextos sociales, políticos, históricos y económicos como una manera de subjetivizar y entender la realidad, como un medio o espacio para la expresión y como un pasaje a la consolidación de la identidad.

Para entender el fenómeno de las tribus urbanas, es importante entender nuestra actualidad y su conexión con el pasado. La era actual (posmoderna) surge tras la modernidad, que fue caracterizada por el gran surgimiento de teorías y del empleo de la ciencia como la única forma para entender y explicar al mundo, es decir considerada la principal fuente para acceder a la verdad. Lo moderno apuntaba siempre al progreso y a lo nuevo, negando su relación con el pasado; estaba en una constante producción de utopías que prometían siempre un mejor mañana, generando así esperanza y motivación en los integrantes de la sociedad. Tras el fracaso de la modernidad surge la era actual, que denominamos posmodernidad, caracterizada por contrastes y paradojas donde los individuos se encuentran desencantados por la realidad. Pareciera que las soluciones escasean al verse las promesas de la modernidad rotas ante su incumplimiento, generándose así una sensación de imposibilidad

Para el crecimiento, donde impera el individualismo en la sociedad que se siente insegura y desesperanzada.

Ante dicha realidad, el adolescente encuentra cierta clase de refugio dentro del grupo, con quien se identifica y comparte gustos musicales, códigos en el lenguaje, estética, ideología y espacios (ahora también virtuales) que lo definen y contribuyen a la vez en la construcción de la identidad. El cuerpo, cambiante, se convierte en el lienzo para expresar por medio de él su mundo interno, siendo, en su mayoría, las calles el principal escenario.

Michel Maffesoli, quien afirma que éstas son una respuesta de la juventud a la época posmoderna. Las describe como “comunidades emocionales”, al ser grupos en los que se comparten afectos y emociones, representando así un apoyo para el sujeto donde se generan lazos de solidaridad.

El adolescente, al encontrarse en una etapa en la que el mayor conflicto reside en la identidad, necesita de un sustento a partir de la identificación y la búsqueda de la homogeneidad dentro del grupo, que a la vez lo diferencie del resto de la sociedad. El adolescente tiene como meta salir del entorno familiar para extender sus relaciones y así integrarse socialmente. Por tal razón, los amigos, su primer grupo social fuera de la familia, se convierten en los vínculos con mayor prioridad durante esta etapa.

La relación con los pares funciona a manera de espejo, es decir, la identificación se construye a partir del reflejo con el otro y con el grupo dentro del cual habitualmente se elige a un líder (en algunos casos famoso). El líder es en quien se ha de depositar el ideal a seguir, la aceptación en tal grupo dependerá entonces del cumplimiento de los “requisitos” para la integración; ser igual es el pasaporte para formar parte de la tribu, y pertenecer a ella es el logro de la aceptación de sus iguales para así vincularse con algo que lo defina y dé seguridad.

La pertenencia a la tribu urbana, entonces, puede funcionar a manera de puente en la edad adolescente para más tarde integrarse al mundo adulto en el que el individuo, en función de sus habilidades y gustos, se inserte en el campo laboral, además de establecer relaciones individuales y actividades que lo definan como un sujeto con una propia identidad.

Para finalizar, queda destacar la importancia de entender las funciones que las tribus urbanas tienen en la sociedad, específicamente en el mundo adolescente. Pueden ser entendidas como formas de expresión o chivos expiatorios de una realidad social, por lo que es interesante leer nuestra actualidad a partir de este tipo de fenómenos, por ser análogos con la era en que transitamos.

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Porque se crean las tribus urbanas

Las tribus urbanas son grupos de personas que deciden formar una hermandad para poder satisfacer algunas necesidades específicas que tienen en común.

Estas tribus suelen formarse por individuos que comparten gustos o intereses, puede ser una forma de expresión o una forma de vida y en esos mismos gustos suelen encontrarse y frecuentarse hasta formar una tribu ala que se tiene fidelidad y exclusividad. Es muy complicado entrar a una

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