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Reconocimiento Del Fruto


Enviado por   •  10 de Febrero de 2014  •  2.782 Palabras (12 Páginas)  •  406 Visitas

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RECONOCIMIENTO DEL FRUTO

Un árbol frutal es cualquier árbol productor de frutas; la forma más sencilla de identificarlo, es por la fruta que produce. Un árbol de pepita, por ejemplo, se identifica por un hipanto comestible y "carnoso". El hipanto es la capa externa alrededor del núcleo de una fruta, como una manzana o pera. Un árbol frutal hesperidio tiene frutos que poseen secciones, como las naranjas, los limones y los pomelos. Árboles frutales de drupas producen frutas con una capa externa dura, como los mangos, las nueces o el coco o con una capa dura interior como un melocotón o ciruela. Si un árbol crece sin fertilización o polinización, es un vegetal y puede producir un fruto sin semillas y con una piel gruesa, como el aguacate o plátano.

• Estructura del fruto

El fruto es en lo que se convierte el ovario una vez fecundados los primordios seminales y tras un periodo de madurez. En él se encuentran, por tanto, las semillas y su principal función es proteger y dispersar a tales semillas.

En cuanto a su estructura, las paredes del fruto, que son el resultado del desarrollo del o de los carpelos es el denominado pericarpo. Se divide en tres capas:

Epicarpio (Exocarpo). Es la parte externa del fruto y corresponde a la cara abaxial del carpelo (epidermis y estratos subyacentes). En los frutos con dispersión zoocora se pueden desarrollar pelos ganchudos o una cubierta pegajosa. Habitualmente es uniestrato.

Además, suele ser una simple película epidérmica lisa como el caso de la uva; con pelo como en el durazno, o recubierto de cera, como en la ciruela. Proviene de la capa externa del ovario, originada por la epidermis inferior de la hoja carpelar.

Esquemas de la estructura del fruto mostrando las tres capas que componen el epicarpio:

Mesocarpio. Es la parte media y corresponde al parénquima del mesófilo del carpelo. En los frutos carnosos constituye frecuentemente la pulpa o carne del fruto. El gran desarrollo que alcanza el mesocarpio se debe a la multiplicación de las células parenquimáticas del mesófilo del carpelo. La clorofila, los ácidos orgánicos (ácido málico, oxálico, cítrico) y otras sustancias como los taninos que son abundantes al inicio del desarrollo del fruto, van siendo paulatinamente reemplazadas por azúcares (glucosa, levulosa), antocianinas, vitaminas, esencias y, en ciertos casos, almidón. Tales cambios originan frutos de colores vistosos y de sabores generalmente gratos

Endocarpio. Es la capa interna y corresponde a la superficie adaxial del carpelo. Rodea directamente a las semillas, sirve a menudo para la protección de éstas, y en algunos casos puede ser muy dura y de consistencia pétrea formando el llamado hueso (pireno) en los frutos de tipo drupa. Habitualmente es uniestrato.

El grosor de la capa media o mesocarpio y de la interna o endocarpio es muy variable, pero dentro de un mismo tipo de fruto, una de las capas puede ser gruesa y las otras delgadas. En los frutos carnosos, la pulpa suele corresponder al mesocarpio, como ocurre en el durazno y la uva o seco y esponjoso como la naranja.

Cada una de ellas puede desarrollarse de manera diferente, generando texturas (leñosas, papiráceas, membranosas, carnosas, jugosas.) y estructuras (pelos, ganchos, alas, etc.) diversas que dan como resultado diversos tipos de frutos.

En ocasiones, el endocarpio se engruesa y lignifica, como en las drupas (esclerocarpo), o bien todo el pericarpo se hace carnoso y se conserva jugoso hasta la madurez, como en las vallas (sarcocarpio).

A veces el propio pericarpo es muy tenue y está íntimamente unido a la semilla, como en el grano de los cereales (cariópside), de modo que se podría confundir con ella, cuando en realidad se trata de un fruto.

Cuando el fruto está constituido únicamente por el pericarpo se dice que el fruto es simple. En muchas ocasiones, sin embargo, aparecen formando parte del fruto otras estructuras, a las que llamamos accesorias, que dan lugar a los llamados frutos complejos.

Ejemplos de estas estructuras son: la envoltura axial el receptáculo floral el tálamo invaginado el cáliz, que se hace acrescente el perigonio, que se torna carnoso y envuelve al fruto el pedúnculo floral las brácteas florales que se adosan a modo de alas o que forman una cúpula o brácteas foliares sobre las que se insertan los frutos.

También son comunes el desarrollo de inflorescencias completas formando las llamadas infrutescencias o frutos compuestos, los cuales no hay que confundir con los frutos agregados o múltiples que proceden de flores individuales con gineceos apocárpicos en los que cada carpelo produce un frutillo individual. En algunas especies, tales como los algarrobos (Prosopis), las células del endocarpio producen una pulpa suculenta que rodea las semillas.

La consistencia de la pared del fruto permite categorizar a los frutos en dos grupos básicos: los frutos secos y los carnosos. Los frutos secos son aquellos cuyo pericarpo está formado a la madurez por células muertas y tiene un aspecto más o menos seco. Pueden ser indehiscentes o dehiscentes, con una sola semilla (unispermados) o con varias semillas. En el caso de los frutos indehiscentes los tegumentos del óvulo en su mayor parte desaparecen o se funden con el pericarpo. Los frutos carnosos, en cambio, se conservan suculentos hasta la madurez debido al desarrollo de una o más capas del pericarpo o de estructuras extracarpelares, y presentan células que se mantienen vivas. Son filogenéticamente más nuevos. Pueden tener una cáscara (histológicamente diferenciada) como es el caso de la naranja, o no tenerla, como en el tomate.

• Clasificación del fruto

Para la adecuada clasificación de los frutos hay que tener en cuenta muchas características. No obstante, es posible tener una buena aproximación a los distintos tipos de frutos observando: el número de carpelos, la consistencia y la dehiscencia. Durante el trabajo práctico utilizaremos una clave dicotómica simple que nos permitirá clasificar los frutos en base a estas tres características.

o Número de carpelos que forman el fruto:

Los frutos que derivan de una flor con un sólo carpelo, monocarpelar se denominan monocárpicos (ej. ciruela, durazno, chaucha).

Si por el contrario derivan de una flor con ovario pluricarpelar, tenemos dos posibilidades:

Que los carpelos estén unidos (formando un único ovario -que proviene de un gineceo gamocarpelar-): frutos policárpicos (ej. uva, tomate, naranja, kiwi)

Que los carpelos están separados entre sí, (por lo tanto la flor tiene varios ovarios independientes

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