Redacción jurídica
Enviado por martinlo • 22 de Mayo de 2012 • Informe • 378 Palabras (2 Páginas) • 846 Visitas
1.2.2. Defi nición
Se llama redacción jurídica al conjunto de escritos que presentan los abogados
utilizando terminología adecuada. Estos escritos deben redactarse de manera
correcta, lo cual signifi ca que no basta que se presenten con buena ortografía sino
que además tienen que estar bien argumentados tomando como base las leyes
vigentes.
Los abogados que ejercen profesionalmente la dirección y defensa de las partes en
toda clase de procesos, se dediquen al asesoramiento y consejo jurídico o ejerzan
funciones de magistrados o juristas, están obligados a emplear y respetar las reglas
gramaticales puesto que ellas dan a los demás la seguridad de que la palabra empleada
corresponde exactamente a un concepto bien defi nido. Nada más deplorable que
un profesional del Derecho empleando cierto carácter “artístico” y “musical” en
sus escritos, de tal manera que estos aparezcan incomprensibles para los demás
como consecuencia de su “afi ción fi losófi ca-literaria”, causa frecuente de una mala
redacción.
Podemos demostrar lo que acabamos de decir mediante un sencillo ejemplo
ilustrativo. Lea seguidamente, y con suma atención, el siguiente fragmento:
“El empirismo predictivo inherente al rechazo neotomista de la metafísica qua
metafísica suele caracterizar la epistemología substantiva, tan claramente
demostrado por la aceptación implícita de Weberstrom de las aseveraciones
semánticamente normativas hechas por Haranmere en todo su trabajo tardío sobre
la teleología voluntarista.
Pero la cuestión llega hasta la razón por la cual la conceptualización de la ontología
platónica de Haranmere lo situó tan fi rmemente entre las fi las de aquellos que creían
que el cognotivismo en su forma contractualista no apoya el análisis que Weberstrom
hizo de la Grundnorm kelseniana. Éste es problema que se debe plantear”.
Ahora díganos con suma franqueza: ¿Entendió algo de lo que acaba de leer?... ¡Por
su puesto que no, nadie podría! (¡Ni siquiera el autor de estas humildes líneas!).
Esto es lo que se conoce en el argot literario como un “galimatías”, es decir, un
escrito embrollado debido al uso de un lenguaje oscuro como consecuencia de la
impropiedad de las palabras empleadas. Es sufi ciente desconocer el signifi cado de
algunos vocablos como “cognotivismo”, “epistemología”, “neotomismo”, “ontología”
o “teleología” para que no tengamos ningún motivo para entender lo que leemos
(¡Por lo visto, el autor disfrutó la elaboración de estos elegantes “malabarismos”
lingüísticos que luego, estamos seguros, ni siquiera él pudo comprender!).
Entiéndase bien que no es nuestra
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