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Reporte de lectura_teorias de ecologia-mundo y fronteras socio-ecologicas


Enviado por   •  22 de Mayo de 2021  •  Tarea  •  2.531 Palabras (11 Páginas)  •  123 Visitas

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Reporte de lectura

En la introducción del libro “Rethinking Environmental History: World-System History and Global Environmental Change” Hornborg, McNeill y Martinez-Alier presentan las posibilidades y desafíos de la historia ambiental (HA) para incorporar apuestas teóricas, metodológicas y empíricas desde las perspectiva de sistema-mundo (SM) y la ecología política(EP). A continuación se repasan los principales aportes analíticos que identifican los autores. De modo que permita proponer dos ejemplos empíricos que sirvan a la comprensión de la articulación de dichos enfoques. Por último, será posible reflexionar críticamente sobre los alcances y límites que ofrecen dichas investigaciones empíricas de HA desde los marcos del SM y la EP.

Resumen

Los autores inician diferenciando su comprensión de la HA de otras ramas disciplinares por su aproximación “materialista” a los objetos de investigación. Esta aproximación se distancia de dicotomías deterministas o centralidades explicativas de “lo ecológico” sobre “lo social”. En realidad, aquel materialismo se refiere a entender al mundo biofísico como “filtro” de lo posible para los sistemas y procesos socio-culturales. Más importante aún, dicha condición de posibilidad define también las consecuencias de los procesos socio-culturales sobre el mundo biofísico. En pocas palabras, la HA centra su atención en los cambios socioecológicos que emergen de mecanismos causales asociados a los procesos socio-culturales en el marco de condiciones de posibilidad ecológicas.

Bajo aquel entendimiento, Hornborg, McNeill y Martinez-Alier observan la fertilidad de los enfoques de SM y EP. Por un lado, el primero le otorga herramientas analíticas para observar la distribución espacial de las acciones humanas a una escala lo suficientemente grande como para relacionar patrones de consumo y producción más allá de su localización geográfica inmediata. En vista que abarca los flujos de comercio capitalista en su dinámica global, de modo que sea inteligible la relación entre poblaciones geográficamente distantes aunque económica y políticamente interdependientes. Ciertamente, dichos intercambios de mercancía genera resultados óptimos para alguna de las partes mientras que subóptimos para otras. Por otro lado, la EP permite clarificar que aquellas inequidades en los intercambios entre sociedades ricas y pobres no sólo se limita a las mercancías sino también incluye distribuciones desiguales de cargas ambientales. Así, es posible observar los procesos globalizadores desde una interpretación alternativa a la que narra su progreso como la historia de un “nosotros” homogéneo e indiferenciado. Dado que visibiliza las relaciones de poder entre sociedades tanto a nivel de extracción, producción, comercio y consumo de recursos como de los impactos ambientales diferenciales que estos tienen sobre grupos humanos en posiciones relativas en el SM.

En suma, el marco combinado de SM y EP habilita a la investigación en HA a tomar ventaja analítica del hecho de que las economías humanas se ven limitadas en última instancia por condiciones ecológicas de tal manera que los recursos e impactos socio ecológicos son distribuidos desigualmente. En efecto, la HA a la que apuesta Hornborg, McNeill y Martinez-Alier rompen con otras versiones de la misma al trascender la dicotomía  sociedad-naturaleza, mediante la iluminación de las estructuras internas (y consecuencias ambientales) de los sistemas sociales.

Ahora bien, los autores identifican tres discusiones clave en torno a los aportes de los capítulos del libro que versan sobre la HA propuesta. Primero, describen uno de los supuestos teóricos previos al uso del marco de SM y EP en la HA:  “sociometabolismo” global. A partir de la pregunta sobre el grado de determinación estructural que explica la distribución espacial del deterioro ambiental, Martínez-Alier retoma el argumento de Wallerstein sobre la desigualdad en el intercambio entre sociedades en el SM. Así menciona que existe una tendencia a pensar que la extracción de recursos de países pobres por parte de países ricos tenía consecuencias ecológicas para la periferia pero de escasa importancia para el “metabolismo” de los centros productivos por tratarse por “preciosidades” para las élites. Sin embargo, sugiere abandonar esa idea ya que al menos desde el S. XIX la extracción de productos a granel desde los países periféricos exportadores serían cruciales para la alimentación y producción de valor agregado de los países centrales importadores.

En otro capítulo del libro Bunker complementa esta defensa de la interdependencia sociometabólica global desde la observación de la separación espacial de los procesos de extracción en países periféricos y de producción en países centrales. Ya que se percata de las desventajas que genera la dinámica de “comercio a escala” para los sectores extractivos respecto a los beneficios relativos para los sectores productivos. Mientras los recursos en economías extractivas tienden al agotamiento de tal manera que no pueden sostener una expansión continua y acumulativa de mano de obra e infraestructura. En las sociedades centrales o “productivas” dicha expansión es la regla. Puesto que, en palabras de Jason Moore(2010) pueden movilizar sus fronteras de mercantilización incesantemente sólo limitados por las condiciones ecológicas de un país periférico, pero llamado a continuar por la posibilidad de mudarse a otro cuando los recursos se agoten en el anterior.

Una discusión que presenta el libro analiza las innovaciones y desafíos metodológicos que aparecen cuando se intenta medir empíricamente los postulados sociometabólicos de la SM y EP en la HA. Al respecto, Martínez-Alier usa un análisis de insumo de productos de tierra y trabajo en las exportaciones de un país. Así, visibiliza la huella ecológica asociada a la plusvalía y niveles de tecnología en el contexto de relaciones de producción y comercio específicas. Otra aproximación la presentan Jorgenson y Rice al medir el patrón de externalización de los requisitos ambientales para los niveles de consumo deseados mediante la explotación de la periferia. Al respecto, procesan datos aplicando una técnica de flujos de exportación ponderada que consiste en cuantificar las medidas relativas de exportaciones de un país que se mandan a países con mayores niveles de consumo. Con ello se busca demostrar que los países con más exportaciones exhibirán menores niveles domésticos de consumo y viceversa. Una tercera opción metodológica desarrollada fue el enfoque de balanza comercial física. Esta es aplicada por  Hela Weiz de modo que mide las exportaciones e importaciones de un país en peso y no en dinero.

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