Reporte huella ecológica
Enviado por steph_resendez • 4 de Diciembre de 2019 • Trabajo • 671 Palabras (3 Páginas) • 165 Visitas
Tecnológico de Monterrey
Imaginarios Culturales de México
Stephanie Reséndez Fragoso (A01570105)
Manuel Tapia Becerra
Avance preliminar 2
18 de noviembre del 2019
La Santa Muerte
1. Descripción de la Santa Muerte
La Santa Muerte es una figura que tiene un origen mexicano desde la época prehispánica, Sánchez (2011) señala que su primera representación fue de forma dual “Mictlantecuhtli y Mictlancíhuatl (o Mictecacíhuatl), respectivamente “el señor y la señora del Mictlán”, mundo de los muertos de los Aztecas” (p.110). Sin embargo, durante los últimos 10 años es cuando este personaje ha tenido su mayor auge en la sociedad. Se le ha vinculado con actos delictivos de algunos de sus seguidores, pero la mayoría de ellos le hacen peticiones de amor, protección, suerte, salud y dinero por medio de oraciones y ritos. En la actualidad, un ejemplo de como se visualiza la “Niña Blanca”, otra forma con la que la nombran, es en estuatillas. La iconografía de este personaje es un esqueleto, el cual, como señala Reyes (2011), “fue a partir del siglo xiv cuando el esqueleto se estableció firmemente como la forma de la muerte personificada” (p.52). La “Flaquita”, como también la nombran, suele estar representada con vestimenta en colores rojo, blanco y negro para representar el amor, la suerte y la protección. Los elementos característicos son: una balanza, que representa la justicia; una guadaña, que es lo que cosecha las almas; un pequeño mundo, representando su impacto en el mundo mismo; y un reloj, que señala el paso del tiempo.
2. Relación de la Santa Muerte con la identidad nacional y el imaginario cultural de México
Desde la Revolución Mexicana, la “Comadre”, uno de los nombres que adquiere de manera popular, ha sido un símbolo de identidad nacional y Olmos (2012) a través de su libro La Santa Muerte: La virgen de los olvidados lo confirma al decir que juega “un papel findamental para la formación de la identidad nacional, convirtiéndose en el tercer tótem tras la Virgen de Guadalupe y Benito Juárez” (p. 34). Tanto es parte de la cultura mexicana, que simplemente en el Distrito Federal hay más de 1,500 altares dedicados a la “Santísima” (otra manera de nombrarla). Ahí las personas suelen ofrendar con flores, tequila, comida y a veces incluso con tabaco y marihuana. Y en las capillas tienden a adornarlas de rosas y botellas de tequila, junto a velas encendidas. Por otro lado, dejando a un lado lo que los devotos hacen y piensan hacia esta figura, la Santa Muerte vive tradicionalmente en el imaginario cultural mexicano como un personaje relacionado con las prácticas paganas y la delincuencia. Ante los ojos de muchos mexicanos, en particular los seguidores de la religión católica (la religión más practicada en México), la muerte es vista como una consecuencia del pecado y, por lo tanto no puede ser vista como algo santo.
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