Reserva

a resolución del comité del Patrimonio Mundial de este año significa el reconocimiento a un entorno ya antes celebrado por quienes lo han recorrido, explorado y estudiado: desde los turistas aficionados a la aventura y el contacto con la naturaleza hasta los científicos sorprendidos por su biodiversidad. Estos espacios forman parte del desierto sonorense, que se extiende por varias entidades de México y Estados Unidos: Baja California Sur, Arizona y California, donde el patrón de lluvias y el clima tropical-sub-tropical, la más amplia de los cuatro desiertos de Norteamérica explican en parte la riqueza biológica, la más amplia de estos. (Los otros tres son el desierto de Chihuahua, el de Mejave y el de Greast Basin).

HOGAR DE MURCIELAGOS

El elemento más llamativo del Gran Desierto de Altares es la presencia, en la zona este, de un gran escudo volcánico (resultado de la acumulación de capas sucesivas de erupciones fluidas) correspondiente del volcán el Pinacate con sus conos cinegéticos, es decir los conos más pequeños con pendientes inclinadas por el cúmulo de ceniza, escoria y rocas. Destacan también los cráteres tipo mar, bajas y altos, producidos por las explosiones debidas al agua subterránea que entra en contacto con el magma ardiente. En el paisaje contrastan las formaciones de Dunas lineales, parabólicas y estrelladas, con los macizos de granito de hasta 650 metros de altura que sobresalen como islas con el agua que los rodea. En ese entorno peculiar y hostil para el hombre se filmó la cinta mexicana Viento Negro (1964), el drama dirigido por Servado González.

El los lechos de rocas formados por la lava solidificada se abren tinajas,

acumulaciones naturales de agua, que hacen disponible el desarrollo de la vida silvestre con su amplia diversidad. Datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Verdes Protegidas revelan que habitan 540 especies de plantas vasculares (se denominan así a las que poseen raíz, tallo y hojas), 40 especies de mamíferos, 200 especies de aves y 40 de reptiles. Hay asimismo, anfibios y peces de agua dulce. Entre ellas se encuentran especies endémicas, amenizadas a bajo peligro de extinción –una de las más peculiares es el barriendo mexicano- En algunas de las cavernas se asientan temporalmente los murciélagos de la especie migratoria Lephonipteris yerbabuenae, los cuales cumplen una importante función como polinizadores y dispersores de semillas en este ámbito natural.

MORADA DIVINA

La diversidad de recursos disponibles en este desierto deshabilitada los asentamientos humanos desde épocas muy remotas. Los primeros habitantes según los arqueólogos se instalaron ahí desde hace unos 40 000 años, en etapas posteriores hubo en la zona cazadores y recolectores que transitaban en su recorrido desde las montañas hasta el mar en busca de recursos para mantenerse cuando la sequía los obligaba a abandonar

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