Reseña Discurso del Método, René Descartes, por María Paula Mariño Nieves

Reseña Discurso del Método, René Descartes, por María Paula Mariño Nieves.

El autor, René Descartes, es considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, y el fondo de su ética es principalmente estoico. Así, el género del texto es filosófico.

El título “Discurso del método” es conciso y adecuado ya que el texto narra el método que él utilizó para dirigir bien su razón y buscar la verdad en las ciencias; y como él mismo aclara, es discurso y no tratado, porque se propone hablar del método, no enseñarlo.

Es muy claro en cuanto a las cuatro reglas (no admitir nada como verdadero sin tener evidencia; dividir cada dificultad en cuantas partes sea posible; conducir ordenadamente sus pensamientos empezando por los más simples hasta los más compuestos; y hacer una revisión general del método para asegurarse de no omitir nada), así como en la moral provisional (seguir las leyes y costumbres de su país, conservar la religión y regirse por las opiniones más moderadas; ser muy firme en sus acciones y seguir las opiniones más dudosas como si fueran verdaderas; y vencerse a sí mismo antes que a la fortuna, alterar sus deseos antes que el orden del mundo y acostumbrarse a que nada excepto los pensamientos están enteramente en nuestro poder) con las que decidió regirse a sí mismo. Además complementa con ejemplos que ayudan a su entendimiento.

Es una invitación para entender que el buen sentido permite juicios propios. Habla de las cuatro reglas

No es difícil de entender, todo depende de la utilidad del buen sentido, como él llama a la capacidad de distinguir lo verdadero de lo falso, que cada uno le da a la lectura, y ejecuta en su propia vida.

Para una persona que cree en Dios, le da más fundamentos en los cuales apoyar esa creencia, y para una persona que, por el contrario, niega su existencia, por lo menos la hace reflexionar puesto que “hay más perfección en conocer que en dudar”, y ya que dudamos no somos perfectos, pero todo lo que está en nosotros proviene de un ser que sí es perfecto, que es Dios.

No tengo cómo contradecirlo en cuanto a la existencia de Dios ya que al analizar lo que expone, me deja sin forma de refutarle. Dios existe porque él es perfecto, y de él provengo yo, que no soy perfecta porque dudo de las cosas. Pero a la vez, no tiene sentido alguno decir que no lo puedo contradecir ya que si no quiere enseñarme el método, no debería yo tomar lo que en él dice, como si eso quisiera. Ni siquiera usar el “debemos” o “no debemos” porque nada dice que es obligación.

Para el que lo vaya a leer, tenga una mente abierta para realizar análisis de todo lo que se expone. Es su decisión tomar los hechos y aplicarlos en su vida. Arriesgarse o no a probar cosas nuevas es de cada uno, pero éste discurso puede proporcionarle a alguien una nueva forma, algo complicada, sí, de

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