Reseña Tiempos Modernos

En Colombia son muchas las razones y/o acontecimientos que hacen parte de la historia de este país. Pero quizá uno de los más importantes es la violencia.

El desarrollo del libro (Los Años del Tropel de Alfredo Molano) transcurre entre los años de 1946 y 1966 en donde uno de los principales focos desatores de la violencia colombiana fue el enfrentamiento entre partidos políticos (Liberal y Conservador), debido a sus diferencias ideológicas.

La principal lucha de ambos era la obtención de la presidencia de la república para cada uno de sus partidos, generando desde luego enfrentamientos por sus diferencias, pero lo que quizá ninguno se alcanzó a imaginar fue la magnitud que ese enfrentamiento traería para los habitantes del país. Debido a que se pasó de ser unos “simples” opositores políticos a ser enemigos de muerte, ya que se luchaba por acabar con el otro sin importar si era niño, mujer, hombre, pobre, rico, joven o viejo; llegando a cometer actos barbáricos (masacres, violaciones, robos, amenazas, desplazamientos).

El partido Conservador, principal actor de estos hechos ocurridos en diferentes regiones del territorio colombiano, por sus ansias de poder poco a poco se fue apoderando de las instituciones que se encontraban a su “alcance” (ejercito, policía y hasta la misma iglesia), para que todos ellos en conjunto unieron las fuerzas necesarias con tal de acabar por todos los medios con los Liberales. Además de ello convencieron a conservadores que acabar con los “rivales” era lo correcto para defender el partido y a varios de los liberales les dieron la opción de cambiar de ideologías a cambio de respetarles la vida (que en muchos casos esto no se cumplía).

Al momento que los godos logran subir al poder con Rojas Pinilla, se incrementan las matanzas debido a que el mismo gobierno era el que proveía a los combatientes con armamento para cometer dichos actos (Betania y Ceilán). De la mano del dirigente estaba un señor llamado León María (El Cóndor), quien era el que ordenaba los asesinatos dejando éste una huella imborrable de la mente de los habitantes de la región debido a los ríos de sangre que “bañaban” a estas personas y por las “montañas” de cadáveres por doquier.

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