Reseña del libro “Biodiversidad”
Tania Georgina Velarca GarciaEnsayo1 de Abril de 2016
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Tania Georgina Velarca García
Reseña del libro “Biodiversidad”
En la década de los ochenta se creó el término biodiversidad para contraer a la expresión “diversidad biológica”. Muchas veces, de manera errónea, tendemos a entender que la biodiversidad solo es un conjunto de plantas y animales, tenemos que mirar todo desde la complejidad, biodiversidad es todo el espectro de formas a todo nivel de organización (molecular, genética celular, individual, poblacional y ecosistémica), que la vida sobre la Tierra manifiesta o posee en un lugar y momento dados y precisos; incluye también la riqueza y variedad de hábitats, nichos ecológicos y ecosistemas. La geodiversidad expresa la variedad de factores ambientales abióticos, es decir, factores ambientales físicos y químicos (factores no vivos), como la humedad, la composición química de la atmosfera, la temperatura, la física del comportamiento de los mares y océanos, el suelo,…. Debido a éstos parámetros ecológicos existen una variedad y cantidad determinadas de hábitats por cada unidad de superficie de referencia, por lo que podemos decir, que entre biodiversidad y geodiversidad, hay una gran interdependencia.
La biodiversidad es el resultado del proceso evolutivo, es decir, del proceso de selección natural y de las adaptaciones de la vida a condiciones ambientales cambiantes, una de éstas puede ser la mutación biológica, otra puede ser la simbiosis, esta última es una asociación cooperativa entre individuos de distintas especies y aun, reinos. Por lo que podemos decir, que la evolución de la vida y la evolución del ambiente no vivo están verdaderamente ligadas, la vida y el ambiente co-evolucionan. Entonces, el entorno es una de las partes esenciales para que un ser vivo viva.
El ambiente de nuestro planeta cambia debido a eventos astronómicos, a la tectónica de placas y a sus fenómenos asociados, los efectos de la vida sobre la composición de la hidrósfera, suelo y atmósfera, y esto incluye también al impacto humano. De cómo la vida se adapte a estos cambios depende si ciertos tipos de vida sobreviven y otros se pierden. Las especies biológicas son irrepetibles, esto significa que su desaparición es irreversible; la pérdida de una de ellas es para siempre. Se estima que el 99% de las especies animales y vegetales se han extinguido. De las especies que aun viven, se han registrado científicamente 1.75 millones aproximadamente, de un total que va de entre 10 y 80 millones de especies que aún existen, es decir, desconocemos entre el 83% y el 98% de la biodiversidad actual.
Entonces, los elementos bióticos y abióticos interactúan y se condicionan mutuamente, por lo que la materia está en constante movimiento de manera cíclica. Por ejemplo, los átomos de dióxido de carbono presentes en la atmósfera por medio de la fotosíntesis pasan a los tejidos vegetales, luego los animales se comen estos, y los animales liberan estos átomos al medio, cuando respiran o mueren. Este ciclo se repite con el agua, el oxígeno, el fósforo, nitrógeno, etc. Estos son los ciclos biogeoquímicos, y los procesos fisiológicos del planeta, pues de acuerdo con la Teoría de Gaia, la Tierra es un organismo vivo, que se autoorganiza y autorregula, Gaia es capaz de regular su temperatura, la composición química de su superficie y sus factores abióticos (todo esto por medio de sus seres vivos), manteniéndola apta para la vida. Por medio de la biodiversidad se mantienen las condiciones adecuadas para la vida, por ejemplo, Emiliana huxleyii es un organismo que constituye al plancton oceánico, tienen poblaciones de millones de individuos, en ciertas condiciones liberan a la atmósfera sulfuro de di-metilo, esta sufre transformaciones y da origen a unas partículas llamadas núcleos de condensación de nubes, y alrededor de éstas se concentran infinidad de moléculas de agua, dando así, origen a campos extensos de nubes, lo cual al final, nos da la lluvia, y el agua es necesaria para la vida. Los humanos también somos parte de esta biodiversidad y de éste organismo vivo, por lo tanto, nosotros sentimos esta conexión con la naturaleza, una fuerte atracción espiritual y emocional, y esta se hace manifiesta en la jardinería, el acuarismo, la presencia de un ramo de flores sobre una mesa, una mascota, la observación de las aves, el turismo ecológico, recostarse entre el pasto y arboles,…., entre todo esto también, podemos incluir las conductas de respeto y armonía hacia la naturaleza que, aunque muchas veces el hombre ha violado y aún viola, sigue sosteniendo.
La flora y otros organismos fotosintetizadores representan el nivel inicial de las cadenas alimenticias (productores). Las formaciones vegetales y la fauna asociada a ellas en una determinada zona climática, constituyen grandes ecosistemas denominados biomas. Dentro de estos la vida se estructura en sistemas de menor jerarquía y restringidos en el espacio, llamados ecosistemas locales, por ejemplo, un lago, una playa, un pequeño bosque, una ciudad y así. Dentro de los biomas y ecosistemas, fluye la energía y la materia a través de la cadena alimenticia; en todos hay poblaciones interdependientes formadas por organismos fotosintetizadores (productores), animales (consumidores) y microorganismos (descomponedores). Los biomas y los ecosistemas locales son sistemas abiertos, pero están interrelacionados entre sí y mutuamente condicionados, esta relación se puede mirar, como cuando en un ecosistema lago está dentro de un ecosistema bosque, luego las águilas, los halcones, …, anidan en el bosque pero parte de su alimento lo obtienen en el lago. Los ecosistemas tienen límites difusos; la transición entre ellos tiene elementos de ambos, pero también elementos propios, y su ambiente tiene cosas en particular, estas zonas de transición se llaman ecotonos.
Tenemos que en los ecosistemas, la vida se organiza en comunidades, comunidad vegetal, algal, fúngica, animal y microbiana y a su vez, estas en poblaciones de especies. El conjuntos de todos los biomas y por tanto, de todos los ecosistemas locales, es lo que llamamos biosfera.
Una especie biológica es el conjunto de seres vivos que comparten un mismo genoma (un patrimonio genético), hábitos de apareamiento y descendencia fértil. Luego, estas especies se distribuyen en poblaciones en espacios físicos determinados (dentro del ecosistema), es decir, en hábitats, ejemplos de éstos son, una pradera, una laguna o parte de ésta, un árbol, un bosque, una caverna,….
Los ecosistemas poseen equilibrio dinámico, cambian y se transforman, también son capaces de absorber o compensar fluctuaciones dentro de un rango propio, es decir que existe un umbral de absorción y de compensación. La aparición y la actividad del ser humano no habían afectado los ecosistemas, pero cuando hace 1.5 millones de años el hombre aprendió el uso y dominio de las técnicas de encendido de fuego, y cuando comenzó a desarrollar tecnología y cultura, entonces, comenzó un fuerte impacto ambiental sobre los ecosistemas, había y hay perturbaciones persistentes, que exceden el umbral, llegando a fuertes desequilibrios irreversibles. Ante estos desequilibrios, se buscaría un nuevo equilibrio, el cual puede terminar en una nueva reconfiguración de la vida en el planeta y del ambiente global que podría traer de la mano, la extinción masiva de especies, donde habría un nuevo equilibrio ambiental, con condiciones no necesariamente aptas para la vida humana.
La biodiversidad se distribuye a nivel global, tiene máximos en la zona ecuatorial y va decreciendo a medida que nos acercamos a los polos, también se observan mínimos desde áreas geológicamente inestables, hacia el máximo que son las áreas estables.
Los biomas son los bosques, los pastizales o praderas, los desiertos, la sabana, el chaparral, la tundra, zonas altas de montaña, las aguas dulces y los océanos. Los factores ambientales (bióticos y abióticos) en cada uno de ellos condicional el tipo, cantidad y dinámica de los seres vivos que los habitan. Por ejemplo, en el desierto de Sahara meridional de Túnez (bioma del desierto) se ha encontrado 300 especies vegetales y animales en una superficie de 150 000 km cuadrados, mientras que en la selva tropical de Malasia (bioma del Bosque Tropical siempre verde) existen 5000 especies sólo de orquídeas.
La superficie terrestre tiene dos grandes dominios, uno es el Continental y el otro es el Oceánico. El dominio continental representa el 30% de la superficie del planeta, en él existen las grandes regiones ecológicas, dentro de éstas, el bioma del Bosque Tropical siempre verde es la zona de mayor biodiversidad, ocupa el 9% de la superficie continental y tiene un papel muy importante en los ciclos globales del agua y del dióxido de carbono, incluso el 90% de las especies habitan en éstas selvas. Este ambiente es de alta productividad, de temperatura uniforme (entre 25 y 30 grados centígrados) y ausencia de variaciones estacionales. La selva más extensa de éste tipo está en la cuenca del río Amazonas, Brasil, y junto con las otras regiones que son parte de este bioma está siendo deforestada severamente, a un ritmo de 10 a 14 millones de hectáreas por año, todo esto debido a que se necesitan tierras para la agricultura, el pastoreo y para la industria de la madera. Lo siguiente nos demuestra la riqueza biológica de este bioma: en un solo árbol de la selva Amazónica se hallaron 72 especies de hormigas. En 2 hectáreas de la selva tropical de Iquitos (Perú) se identificaron 300 especies de árboles. En una superficie de 5 km cuadrados de la selva peruana se detectaron 1300 especies de mariposas y 600 especies de aves. En la selva húmeda de Panamá, en la bóveda superior de estos bosques tropicales que se encuentran a 30 m de altura, se encontraron 1200 especies de escarabajos y entre 40 000 y 60 000 especies de insectos por hectárea. En 600 hectáreas de la selva lluviosa de Ecuador se identificaron 3000 especies de plantas, 530 especies de aves, 80 especies de murciélagos y 11 especies de primates, sin considerar peces, anfibios, reptiles,…
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