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Magia y mito

Hace 200 siglos nuestros antepasados en el sur de Francia hicieron magia en grandes cuevas, los lugares secretos están llenos de magníficos murales policromos de hombres y animales, estas imágenes son los restos de los ritos mágicos de casa de la edad de piedra.

Cuando el brujo de Cro-magnon arrojado su lanza sobre la misma sin pintadas en la pared, sabía que el animal conjurado sería casado con toda seguridad. Es una "magia simpática"; impone que las cosas actúan unas sobre otras a distancia. Parece que existe también otra clase de magia simpática, relacionada con la ley del contacto; las cosas que han estado alguna vez en contacto continúan actuando entre sí.

El deseo de influir en la naturaleza caprichosa parece bastante humano: buena suerte, cruza los dedos. La magia envolvió el mundo precivilizado, marco todas las culturas históricas y se mantiene aún libros y afrodisíacos en polvo. Difícilmente podemos fingir una sonrisa, aunque la humanidad del siglo 20 tiene sus varias magias y sus adivinos, qué les den sus pociones, Magos, profetas, brujas, exorcistas, lectores de mentes, etc.

A los místicos de este mundo, no se los puede convencer con una demostración lógica o clara de su error. Cualquier cosa que pueda ocurrir en una demostración o juicio puede interpretarse siempre en un contexto místico y servir tan solo para reforzar la creencia. Cuando un mago zulú no puede proteger una aldea del rayo significa que la magia falla por razones mágicas (qué algún aldeano violó algún tabú, que el rayo lo lanzó un brujo, etc.). Cuando en un bonito atardecer y luz brillosa por la mañana, para luego hacerse pedazos solo pocas horas más tarde, no fue más que un descuido técnico (la ciencia falla por razones científicas). Los fantasmas se entremezclan con nociones científicas, pero esto no quiere decir que no puede existir un universo místico más allá de lo tangible. Un fantasma inteligente y decidido a evadir el escrutinio científico podría pasarse una feliz y eternidad tan solo con la compañía de sus creyentes. Nada le gustaría más un científico que obtener alguna evidencia física o comprobable sobre la existencia de los fantasmas o espíritus.

En cualquier bolera rural puedo observarse a ciertos hechiceros que intentan desviar las bolas de canal con su magia personal, si llegara a lograr alguna corrección en mitad de la trayectoria es una serie sobrenatural, todo es natural y la magia que funciona es realidad; el dominio de la ciencia.

Ninguna manera la ciencia y la magia son espíritus de la misma familia, después de todo las raíces de la ciencia se remontan a la numerología, la astrología, y la alquimia; hace solo unos cientos de años eran una sola y la misma cosa.

Vive la diferencia

Tanto la ciencia como la magia tienen sus campos de fuerza invisibles, sus leyes, y no obstante son diferentes y proceden de distintos puntos de vista. La ciencia del universo como algo natural que se desarrolla de acuerdo con relaciones internas que prevalecen entre sus partes constituyentes, sin tener en cuenta los deseos de la humanidad. La perspectiva alternativa de un universo que opera bajo la interacción deliberada de las fuerzas del espíritu que pueden optar por responder directamente a los deseos humanos y alterar luego los acontecimientos. La ciencia funciona cuando la voluntad de la humanidad actúa sobre el universo y la magia funciona cuando la voluntad del universo actúa sobre la humanidad. El brujo busca la intervención y el científico busca la comprensión.

La comunidad científica moderna tiene como ojos y oídos las revistas y reuniones de sus diversas sociedades; confirmaciones, rechazos, ideas, teorías, datos, descubrimientos, dispositivos, todo lo que tiene interés se vierte en la literatura y cómo es casi tan divertido desprestigiar una teoría como desarrollarla, los errores no pasan inadvertidos (nada se pasa por alto por compasión hacia el novicio o respecto al maestro). Por lo contrario, la magia que pasa del brujo al aprendiz, es normalmente reservada y por lo común individualista.

La ciencia se fundamenta en la reproducibilidad de los resultados experimentales. Muy al contrario, el practicante de lo oculto ve con bastante realismo cada suceso que es en sí mismo diferente; cada hecho es una convergencia de influencias espirituales.

Cómo la reproducibilidad sistemática no es esencial en la magia, sus leyes no son susceptibles al rechazo. La teoría científica debe construirse de manera que pueda probarse su error o al menos si son falsas. En si la diferencia crucial entre ciencia y religión es que una sabe que puede ser falsa y la otra sabe que no puede serlo.

Una teoría en que todo sea inteligible y no corre el riesgo de ser refutada no proporcionará ninguna comparación.

La metopoética

Los mitos ayudan a suavizar el caos diario de la vida, nos ofrecen comodidad y eso es más atractivo que la duda mortificante. Hace unos 35000 años el hombre neandertal enterraba alimentos y utensilios con el muerto ya que pensaba que podría darle comodidad en su viaje, quizá fuera este el Mythos uno.

La misma naturaleza de la magia sugiere los poderes del espíritu que ejercen el extraordinario control del hechicero. La idea de las fuerzas cósmicas combinada con los rituales del mito, provee las bases de la magia incluso imita la estructura de la ciencia.

La ciencia y la religión, han sido estrechamente cogidas de la mano. En la actualidad las dos funcionan en forma muy parecida a un matrimonio que lleva casado demasiado tiempo, ambos se entienden e intentan no interferir se en el camino del otro.

La ciencia no está libre de sus propios mitos, Jack y los científicos no son ajenos a construirlos: las leyes del universo son constantes y las mismas en toda la amplitud del universo. La naturaleza favorece la simplicidad, se prefiere las teorías hermosas y el mundo físico siente afecto por la simetría. Cuando creemos estas cosas sin cuestionarlas, dejan de ser hipotéticas y quedamos desarmados.

Lista de los conceptos

Magia: es una palabra griega: naYeÍQ- Este substantivo viene del adjetivo [Jáyoc;, ou, que, en griego, reproducía un vocablo persa cuya consonancia era casi idéntica. El latín lo tradujo por magus y Cicerón la emplea para designar a los sabios persas. La raíz de esta palabra es MAG, en hebreo. De una manera general, significa «formar» o «modelar», evocando también el sentido de «maceración». Esto hace pensar que tal vez los antiguos magos se dedicaban a amasar polvos o productos análogos a la harina de trigo, y también, sin duda, a la fabricación de drogas con productos macerados en los líquidos. En su empleo más restringido, en el mundo clásico, magia es la ciencia, la industria y la religión de los Magos, los sacerdotes de la secta de Zoroastro importados a Grecia.

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