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SEGURIDAD DEL PACIENTE EN EL QUIRÓFANO


Enviado por   •  11 de Marzo de 2022  •  Apuntes  •  2.053 Palabras (9 Páginas)  •  59 Visitas

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El concepto de “seguridad al paciente” involucra esencialmente el desarrollo de estrategias tendientes a minimizar o evitar el daño innecesario al paciente, asociado a la asistencia sanitaria. De hecho, así la ha definido la OMS como “reducción del riesgo de daño asociado a la asistencia sanitaria a un mínimo aceptable” (Marco Conceptual de la Clasificación Internacional para la Seguridad del Paciente. Informe técnico definitivo. WHO 2009, todo ello disponible en el link: http://www.who.int/patientsafety/implementation/icps/icps_full_report_es.pdf)

Desde una perspectiva general, debe ser concebido como un problema de salud pública; en tanto que la visión institucional se orienta fundamentalmente a tutelar la integridad psicofísica del paciente de la Clínica, resguardando la responsabilidad de ésta, su personal y profesionales médicos involucrados.

Más allá de la competencia profesional, diligencia y ética del personal involucrado en la atención del paciente, cabe destacar en primer lugar que el componente humano individual interactúa con factores tales como aquellos personales o inherentes al paciente, tareas o procedimientos operativos médico-asistenciales y de medio físico-ambiental en que se prestan los servicios de salud. Cada uno de ellos pueden, en mayor o menor medida, provocar o ser coadyuvantes a eventos adversos indeseados y con frecuencia mucho mayor a la deseada.

El primer gran objetivo debe ser la reducción del daño; en segundo lugar, la disminución del error inherente a la condición humana.  

Nos centraremos en el paciente quirúrgico, atento las inquietudes planteadas y por tratarse de aquél que mayor susceptibilidad presenta frente a los riesgos y potenciales daños en el proceso asistencial que va desde la consulta médica, hasta el alta y el seguimiento posquirúrgico, cuya extensión podría variar según el tipo de patología o especialidad.

Este paciente presenta tres rasgos distintivos:

1. El estado de indefensión o de escasos mecanismos de defensas derivados de la anestesia;

2. El impacto traumático que representa la intervención o procedimiento quirúrgico;

3. La diversidad de instancias por las que atraviesa tales como la consulta médica previa, unidad de guardia, servicios de diagnóstico por imágenes, sala de internación, quirófano, sala de recuperación, unidad coronaria, unidad de cuidados intensivos, entre muchos otros. En cada uno de las anteriores, parece muchas veces tratarse de un nuevo paciente y el sector respectivo normalmente no suele contar con la información detallada del cuadro clínico y los antecedentes que viabilizan el adecuado abordaje de las circunstancias.

En torno al 16% de los procedimientos quirúrgicos traen aparejados una complicación vinculada a la morbilidad de los pacientes o de eventos adversos, con consecuencias graves en cerca del 1%. De estos eventos adversos, el 36% se valoraron como evitables, en lo que radica la importancia crucial de mecanismos preventivos en las prácticas clínicas y quirúrgicas que involucran al paciente en o con motivo del quirófano.

Los efectos adversos quirúrgicos están relacionados con accidentes intraoperatorios quirúrgicos o anestésicos, con complicaciones postoperatorias inmediatas o tardías y con el fracaso de la intervención quirúrgica. Por la gravedad de sus consecuencias pueden ser leves, moderados, con riesgo vital e incluso el fallecimiento del paciente.

Se han clasificado en:

1. Complicaciones de la herida quirúrgica;

2. Complicaciones de la técnica quirúrgica;

3. Complicaciones sistémicas (infección respiratoria, infección urinaria, infección de la vía central, infarto de miocardio, trombosis venosa profunda, tromboembolia pulmonar y fracasos orgánicos);

4. Fracaso quirúrgico por persistencia o recidiva de la enfermedad o de sus síntomas;

5. Accidentes anestésicos.

Para ayudar a los equipos quirúrgicos a reducir el número de acontecimientos adversos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el asesoramiento de cirujanos, anestesistas, enfermeros, expertos en seguridad para el paciente y pacientes de todo el mundo, publicó en 2008 “Safe surgery saves lives” (La cirugía segura salva vidas), un conjunto de recomendaciones para mejorar la seguridad de los pacientes quirúrgicos y para prevenir muertes innecesarias.

Fundamentalmente de allí surgieron en muchos países las tan nombradas “listas de verificación” o “check lists” de la seguridad de la cirugía para reforzar las prácticas de seguridad, fomentar la comunicación y el trabajo en equipo. Estas listas son herramientas útiles para todo profesional interviniente en el proceso quirúrgico (enfermeros, anestesistas, cirujanos, personal no médico), cuya implementación ha permitido mejorar la calidad del servicio médico-asistencial y reducir tasas de mortalidad y complicaciones de los pacientes, costos e incluso los reclamos por mala praxis.

Esto impone la necesidad ineludible de instaurar un proceso asistencial preventivo e integrado que reúna pasos clave con listados de verificación, desde la consulta externa o por guardia, hasta el alta hospitalaria y el necesario seguimiento posquirúrgico. Cada paso de seguridad en la lista de verificación debe ser sencillo, cuantificable y de aplicación generalizada. Se involucra no sólo a la institución clínica, sino también su personal médico, no médico, al mismo paciente y su familia.

Las listas se basan en 6 puntos fundamentales:

1. Identificar y confirmar el paciente correcto, desde la recepción del paciente en la sala de cirugía;

2. Confirmar la patología y el procedimiento correcto;

3. En caso de lateralidad, confirmar cuál es el lado correcto;

4. Cerciorarse de la existencia de todo aquello que sea técnicamente adecuado y necesario para la cirugía tanto por parte de enfermería, cirugía y anestesia;

5. Confirmar que no hay problema al finalizar la intervención quirúrgica;

6. Concretar estrategias de alta quirúrgica y seguimiento posquirúrgico, también en función de la especialidad.

Otro dato para tener en cuenta en el proceso quirúrgico es comprobar el cumplimiento de las prescripciones prequirúrgicas durante el recorrido del paciente por el proceso a atención y tratamiento de su patología quirúrgica. Este debe participar activamente de su propia seguridad. La existencia de un listado que permita al paciente saber cuáles son las indicaciones que debe de seguir en función de la intervención programada o posible, al igual que la posibilidad de ir comprobando que las va realizando correctamente (siendo fundamental que éste pueda contactarse con el centro médico y viceversa, incluso antes de la internación)

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