¿Son correctas las políticas de apoyo a la emprendimiento en España?

¿Son correctas las políticas de apoyo a la emprendimiento en España?

La dificultad para el acceso a la financiación, la falta de apoyo de las Administraciones Públicas o las altas cargas fiscales, son los principales impedimentos para emprender en España. Para los emprendedores que han puesto en marcha su negocio recientemente, consideran que en España no se fomenta la creación de empresas. De hecho el 89% de los nuevos emprendedores apunta que no se promueven las iniciativas empresariales (Díaz, 2014). Esto contrasta con el estudio GUESS realizado, en el que se puede apreciar que en las universidades españolas, y también en la ULL, hay una no menospreciable intención de emprendimiento. Esto puede deberse a la falta de conocimiento que hay sobre el proceso de emprender en  sí, como se demuestra en que por ejemplo, en la ULL, un 76,1% de sus estudiantes, no han asistido a un curso de emprendimiento, y por tanto, no conocen los retos que este proceso podría suponer. Por ello, es de cuestionar si las políticas de apoyo al emprendimiento que se han aplicado van a ser suficientes para convertir a España en un país más importante en este tema respecto a otros miembros de la UE, como Reino Unido.

Aparte de los problemas mencionados anteriormente, hay otros que también son importantes como por ejemplo, la falta de financiación para sacar adelante un negocio. Por la falta de acceso al capital se produce que “el 42% de los autónomos y el 45% de las pymes ven a su familia como el principal punto de apoyo financiero.” (Díaz, 2014). La falta de confianza de los proveedores de crédito en los emprendedores se debe, en esencia, a que consideran que la dirección de la empresa no va administrar el dinero correctamente, y por ello, no recuperarían el préstamo “la inversión es otro de los puntos críticos en el proceso de creación de empresas. El problema, en este sentido, no es tanto la falta de capital como la manera equivocada de aplicar ese dinero en la dirección correcta” (Díaz, 2014).

Otro de los principales inconvenientes a la hora de comenzar con una andadura empresarial que se encuentran los emprendedores son la burocracia y los impuestos. Nueve de cada diez españoles que ponen en funcionamiento un negocio se quejan del papeleo y de los trámites a afrontar. Resultan sorprendentes algunas diferencias de España con otros países a la hora de emprender, por ejemplo, en el plazo que se tarda en abrir un negocio, siendo en España de 23 días en la actualidad frente a Singapur, en los que se tarda poco más de dos días en estrenar la empresa, o Reino Unido donde se tarda un día y no cuesta más de 100 euros.

Como se ha visto, existen numerosas trabas para el emprendimiento en España, pero también es cierto que estas trabas se han reducido de manera significativa en los últimos años, y se reducirán aún más en el futuro. El triunfo de las políticas de tendencia cortoplacista como la reducción de la burocracia o la eliminación de tasas debería reflejarse no en un período máximo de un lustro, ya que esas reformas habrán calado ya en la población, y que se reflejarán en un incremento del emprendimiento, aunque no de manera significativa. La reforma estructural del fomento del emprendimiento a largo plazo, la más importante, tardará más tiempo en reflejarse en los datos y estadísticas, “España se encuentra entre los países de la UE que tienen en marcha estrategias nacionales para fomentar la cultura emprendedora, según un informe publicado por la Comisión Europea (CE). Actualmente, ocho estados miembros aplican planes específicos destinados a promover el emprendimiento. “(ITCL, 2013)         

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