TERMORREGULACIÓN: TEMA BASE EN LA MANIFESTACIÓN DEL EQUILIBRIO HUMANO

TERMORREGULACIÓN: TEMA BASE EN LA MANIFESTACIÓN DEL EQUILIBRIO HUMANO

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Cuando un organismo posee la capacidad de regular y mantener su temperatura, y por concerniente posee la capacidad de contrarrestar los cambios en la temperatura corporal, se sabe que este, consta de un sistema termorregulatorio, que es autónomo y hace parte del sistema endocrino (IJzerman, 2015). Este sistema tiene la capacidad de generar funciones en los organismos con el fin de evitar alteraciones dentro de la naturaleza anatómica. El mecanismo termorregulatorio de un cuerpo (en mamíferos, por ejemplo) varía según la temperatura ambiental, puesto que esta es controlada por un sistema de retroalimentación negativa, cuando la temperatura ambiental sube, el organismo tiene mecanismos para regular su temperatura como es la transpiración; para el caso en que baje la temperatura ambiental comienza a provocar temblores para aumentar la temperatura de los músculos. Los termorreguladores cutáneos y centrales son los encargados de la detección de los cambios de temperatura (Coppo, 2015). Pero del mismo modo es un sistema lento de adaptación muy lento a los cambios de temperatura, el cual, además, presenta un deterioro progresivo ante la disminución de las exigencias ambientales, ya que, cuando las condiciones son desfavorables (altas y bajas temperaturas, humedad relativa, radiación, etc)   se ven limitado así los mecanismos fisiológicos de adaptación en contraste con los animales ectotermos poiquilotermos (reptiles, peces) cuyas reacciones enzimáticas son más independientes de la temperatura.

Para Coppo (2015), físicamente las manifestaciones son importantes porque ayuda a que actuemos bajo condiciones de desequilibrio. Por consiguiente, algunas características de la termorregulación a nivel físico se dan cuando se  nos eriza la piel y/o sudamos. Se lleva un proceso donde la sangre se dirige a el interior del cuerpo en donde se necesite calor para un óptimo funcionamiento, por eso instintivamente optamos por cubrirnos o descubrirnos, movernos y/o tocarnos cuando hay algún exceso de temperatura. Además de las características antes mencionadas, a nivel fisiológico este sistema genera impacto o importancia en la ovogénesis de los parámetros rigurosamente controlados del cuerpo, debido a que la mayoría de las funciones que se producen externas al organismo son controladas por el sistema termorregulador con la intención de mantener las funciones y totalidades metabólicas de la anatomía (Biazzotto, 2006).

Por otro lado, hablando del lugar de principal acción de regulación, nos referimos al hipotálamo una de las partes más pequeñas del cerebro que lleva a cabo diversas tareas asociadas a su relación con el sistema endocrino, el hipotálamo, es quien ayuda a que la temperatura se regule generando nexos con la superficie cutánea y los impulsos profundos. La funcionalidad o la falla de algunos aspectos que estén relacionados con la actividad generada dentro de este sistema, pueden estar encaminadas a esta parte del cerebro (Biazzotto, 2006). El área preóptica del hipotálamo contiene neuronas sensibles al calor y neuronas sensibles al frío. La mayoría de los sensores y receptores se encuentran en la piel, existiendo receptores de la fiebre en la lengua, tracto respiratorio y vísceras. Los receptores de la piel son tanto de frío como de calor, por ello fisiológicamente cuando se ‘’calienta’’ el área preóptica producto de las señales recibidas por medio de estos, la piel rompe a sudar profusamente y se dilatan los vasos sanguíneos, se produce una reacción para provocar la pérdida de calor, es decir, se inhibe la producción de calor.

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