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TRABAJO SOCIAL Y DOGMAS: REFLEXIONES PARA LA INVESTIGACIÓN SOCIA


Enviado por   •  9 de Mayo de 2017  •  Ensayo  •  2.193 Palabras (9 Páginas)  •  384 Visitas

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TRABAJO SOCIAL Y DOGMAS: REFLEXIONES  PARA LA

INVESTIGACIÓN SOCIAL

FECHA

18-04-2017

La racionalidad no es un atributo o condición de mentes excepcionales ni patrimonio exclusivo de ningún grupo o cultura, se empieza a ser racional cuando se reconocen los límites de la propia razón y se mantiene viva la autorreflexión” (Vélez,2003,p.22)

INTRODUCCIÓN

        El Trabajo Social centra su eje en el hacer, es decir en la práctica de la profesión, lo que evidencia una escasa incursión en el área de la investigación (Casá, 2016). Esto puede relacionarse con el contexto donde nace, ya que debido a los procesos de industrialización como una manera de dar respuesta a los más desfavorecidos, instituciones benéficas centraron y guiaron sus intervenciones desde marcos que promovieron principalmente valores de carácter moral- religioso, lo que refleja  prácticas de asistencia, ayudas y de consejo, lo que en la actualidad se puede concebir como una herencia de origen histórico (Falla, Gómez y Rodríguez, 2011). Al considerar lo expuesto, se percibe que existe una tendencia que comprende al Trabajo Social como una profesión que se vincula al quehacer en sí mismo, desde una lógica asistencialista, lo cual se convierte en un obstáculo epistemológico que no permite  generar  espacios de investigación, por lo tanto no se produce conocimiento (Vélez, 2003). Por consiguiente, al no generar dicho conocimiento el Trabajo Social se ha visto obligado a adoptar y utilizar de manera acrítica y parcelada nociones básicas desde teorías sociales, con el fin de dar cuenta y respuesta de manera explicativa a la realidad  donde se trabaja, lo que de alguna u otra forma influye a que las problemáticas sociales se miren desde una lógica determinista que responde a estructuras funcionalistas (Vélez,2003).  Por tanto, el presente ensayo reflexiona y centra su análisis en la necesidad imperiosa de realizar investigaciones sociales desde el Trabajo Social, con el fin de aportar y resignificar la mirada crítica vinculada a la producción de conocimiento, rompiendo con dogmas poco reflexionados que se mantienen en el tiempo y que no dan cuenta de la realidad social (Vélez,2003).

 

SOBRELLEVAR LA HERENCIA HISTÓRICA

El Trabajo Social ha debido sobrellevar la mirada crítica de otras áreas de las ciencias sociales al no considerarla como una disciplina, ya que  el  “Trabajo Social se explica por la larga predominancia de una concepción pragmática-tecnológica que fue notoriamente negligente en lo referente a una reflexión rigurosa sobre los fundamentos de la práctica” (Toledo,2004,201). Esto expresa y responde a un origen histórico, el cual se sostuvo por no considerar la reflexión entorno a marcos lógicos que guiarán y sustentaran la práctica, lo que provocó un débil sustento teórico que fue adoptado principalmente desde otras disciplinas. Es relevante comprender que además de no ser considerada como una disciplina dentro de las ciencias sociales, se afirma  también que “Carece de una especificidad, tanto de un cuerpo teórico como de estrategias metodológicas, que le diferencien de las otras disciplinas del campo de lo social” (Farias, 2012,p.56). Por lo mismo, se resalta su enfoque en el hacer  pragmático, lo que ha influenciado en asumir un rol práctico que adolece de un carácter disciplinar al no contar con  un cuerpo teórico que sustente su quehacer en el mundo social. Por lo tanto, se desprende un énfasis mayor en el hacer práctico con una distante separación de la teoría, lo que resalta miradas poco reflexionadas, las cuales apuestan simplemente por la práctica como una forma rápida de dar respuesta a problemáticas que se presentan en las sociedades actuales. Es decir,  habría una relación tensionada que denuncia y acusa a “La teoría de no aportar los conocimientos que se requieren en la práctica, a los cuales "echar mano" de manera inmediata para aplicarlos en la solución de cada problema puntual que va emergiendo en el día a día” (Toledo,2004,201). Dicho lo anterior, se infiere que la teoría se  ha considerado  como un instrumento aplicable que se modela según las necesidades de la contingencia que va surgiendo día a día en el ámbito práctico.

A propósito de lo expuesto y ligandolo desde el Trabajo Social, la sistematización apuesta como una instancia en donde surgen elementos desde los procesos de práctica, que podrían aportar al conocimiento desde el encuentro con el análisis reflexivo que requiere pertinentemente conllevar  un proceso de  sistematización, de esta manera la autora señala

La sistematización es una tarea de construcción de conocimientos que puede realizar el profesional práctico sin alejarse de su cotidiana labor, siempre que cumpla algunos requisitos: representa el rito de detenerse en la marcha de los proyectos sociales, de suspender la condición funcionalista de las relaciones sociales que nos permitirá la toma de distancia necesaria para identificar, interpretar, analizar, develar, respetar, comprender la realidad en la que trabajamos.(Aguayo,1998 en Toledo,2004)

En palabras simples, la práctica y la sistematización aportan a la producción de conocimiento del Trabajo Social, lo que refleja un compromiso desde los mismos involucrados a detenerse y reflexionar sobre lo que se está haciendo, desplegando pertinentemente la capacidad de auto-cuestionar la realidad social en donde se trabaja. Pero en cualquiera de los casos, la sistematización no es suficiente si se quiere lograr el reconocimiento de Trabajo Social como disciplina, debido  a que el conocimiento debe ser validado a través de rigurosas metodologías, criterios lógicos y epistemológicos que apunten a la producción de conocimiento. En consecuencia, se sostiene que desde finales de los años ochenta los intentos de sistematizaciones que se realizan son poco significativos, ya que la mayoría se queda en la recuperación anecdótica y archivados o compartidos en las áreas académicas (Toledo, 2004: Vélez,2003), lo que significativamente no da cuenta de una revisión metodológica y reflexiva sobre los procesos, que apunte a la producción de conocimiento coherente y pertinente con la realidad.

APORTE DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL  EN TRABAJO SOCIAL

De la constante discusión sobre el tema, se puede expresar que entre los años setenta y noventa no se registraron o evidenciaron  textos o artículos que incitaran la mediación entre la investigación y la intervención, sin embargo fue en los últimos años de los noventa en donde surgió un interés de parte de universidades por abrir espacios de investigación y sistemas de categorización principalmente (Gibbons et al., 1997 en Casá, 2016). En el contexto de América Latina autores que resignifican el análisis crítico entorno a la investigación en Trabajo Social son: Netto (2003), Iamamoto (2005) y Montaño (1997), los cuales recuperaron la categoría de cuestión social, lo que permitió una reflexión analitica teórica y metodológica desde el Trabajo Social (Casá, 2016). En Chile específicamente, Teresa Matus apela a la producción del conocimiento, ya que contribuye a la renovación de prácticas, considerando la necesidad de construir un arsenal teórico  que logre  interpretar las nuevas complejidades y escenarios actuales del mundo social, con el fin de aportar a la comprensión profesional (Casá, 2016). Dicho de otro modo, la investigación social influye en la manera de ver y concebir las problemáticas, lo que infiere directamente en la forma de realizar las intervenciones sociales, lo cual se relaciona con la instancia de conocer  desde la profundidad contextual histórica de dicha problemática , por lo mismo señala la autora que

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