TRABAJO SOCIAL
Enviado por cabco • 23 de Abril de 2014 • 2.153 Palabras (9 Páginas) • 215 Visitas
Introducción
La globalización es el desarrollo o, más precisamente, la aceleración del desarrollo de la actividad económica que atraviesa las fronteras política nacionales y regionales; es un proceso centrífugo, un fenómeno económico impulsado por la difusión de los métodos flexibles de la actividad económica se concreta en la mundialización de los mercados financieros y en la regionalización; políticamente, se traduce en el debilitamiento del Estado de Bienestar con la privatización y la desregulación; productivamente, se manifiesta con el reemplazo de la rigidez fordista por la producción flexible; en el campo cultural su masificación, los intentos de homogeneización mediática y la consolidación de la “aldea global”.
Por todo lo anterior, la economía de los países se basa se el capitalismo; lo cual se da con la apertura de las fronteras económicas y políticas de los países tercermundistas. Con esto se da la inversión económica de los países de primer mundo en las economías emergentes o en vías de desarrollo como es el caso de nuestro país.
A lo largo de este escrito se podrá conocer y entender la transición que hubo de ser una economía cerrada a las importaciones al camino que se recorrió para que en la actualidad la economía del país se base en las inversiones externas directas, así como las consecuencias que esto ha tenido dentro de nuestra sociedad. Dentro de esta se inicia desde una corriente política conocida como el neoliberalismo.
El clima político que propició la apertura de nuestras fronteras económicas, así como el beneficio que vio nuestro gran ¨socio¨ económico y tomó esto como una oportunidad para crearnos una dependencia económica-política, que cada vez se ve más reflejada en nuestra sociedad.
Esto se realiza con el fin obtener conocimientos históricos que nos ayuden a comprender, el porqué de nuestra economía actual.
En 1976 hubieron severos problemas económicos: desequilibrio en la balanza de pagos; disminución en la producción agrícola y de manufacturas; contracción del gasto público; gigantesca fuga de capitales; campaña de rumores, etcétera. Por ello, el Banco de México acordó devaluar al peso, después de más de 22 años de estabilidad cambiaria. El proceso se conoció como “la crisis de confianza”.
Con la nacionalización de la banca (septiembre de 1982) el Estado interventor alcanzó su clímax y, al mismo tiempo su quiebra, en un contexto de total desprestigio por la corrupción. Y a partir de este momento se comenzó a aplicar el proyecto neoliberal donde se le dio prioridad al capital financiero o inversión de cartera por el capital productivo; de la aspirada soberanía en el diseño de la política económica, se aceptaron las directrices del FMI y del BM.
El primero de diciembre de 1982 asumió la presidencia de la República Miguel de la Madrid Hurtado, en un severo contexto de crisis económica en todos los rubros; además de buscar resolver problemas coyunturales como la nacionalización de la Banca.
Este escenario se agravó por las adversas condiciones internacionales, como el alza en las tasas de interés, reducción de nuevos créditos de las instituciones financieras internacionales, la caída de los precios mundiales del petróleo y la política proteccionista diseñada por los países centrales, gobierno de la republica acató el Programa Inmediato de Reordenación Económica (PIRE), elaborado por el FMI, que le permitió a México tanto la posibilidad de renegociar su enorme deuda externa, como ser sujeto de crédito internacional al contar con el respaldo de dicha institución.
En 1987 ocurrió el desplome de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). El crac bursátil se acompañó con la fuga de capitales, la espiral inflacionaria y la caída de la actividad económica. Ante situación tan crítica, el gobierno respondió con el Pacto de Solidaridad Económica (PASE), cuyo principal objetivo fue disminuir la espiral inflacionaria a través de los acuerdos entre gobierno, empresarios y sectores asalariados, este programa rompería la ortodoxia de la política económica de corte neoliberal aplicada hasta entonces.
La recuperación económica se confirmo en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en tres aspectos: la contención de la inflación, el crecimiento de la producción y la renegociación de la deuda externa. El gobierno mexicano decidió ingresar al Acuerdo General sobre Aranceles Y Comercio (GATT) en 1986, los indicadores económicos mostraban el cambio del modelo de industrialización, al registrar índices negativos la producción de bienes intermedios y de bienes de capital, que probaban como la manufactura de cuatro décadas se estaba desvaneciendo. El entorno esclareció el apremio del gobierno de Salinas por concretar el Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1993, donde México, aprovechando su ubicación geográfica y su numerosa, disciplinada y barata fuerza de trabajo, estuvo en condiciones de convertirse en un país exportador. Con el TLCAN el gobierno ofrecía a los mexicanos un crecimiento económico estable y sostenido desproporcionado así como más y mejores empleos y la promesa de bienestar. Sin embargo, la intensificación de la liberación comercial no era el principal objetivo; la desregulación extensiva ya se había realizado y se trataba de atraer inversión extranjera directa (IED) para estimular el crecimiento económico.
“Una vez concluidas las negociaciones, los textos fueron revisados por parte de los Ministros de Comercio, Jaime Serra Punche, Michael Wilson y por la Embajadora Carla Hills. El momento de la firma marca el inicio de un complejo proceso que va desde la autorización del Ejecutivo estadounidense para firmar el Tratado, hasta el sometimiento a la aprobación del Senado Mexicano, del Congreso de Estados Unidos y de la Cámara de los comunes de Canadá”1.
La estrategia de liberación comercial, ajustada al TLCAN, ha incrementado el comercio internacional pero no el crecimiento económico sostenido, la tasa de crecimiento de las importaciones ha rebasado a la de las exportaciones con efectos adversos en la balanza de pagos y por ende en el crecimiento económico del país. El TLC puso a México como nunca en la mira de la sociedad norteamericana. Y al contrario de verlo con mejores ojos ahora las capas más amplias de ella, particularmente entre la población llamada anglosajona, lo ven peor. La propaganda derechista, particularmente la que brota de las filas del partido Republicano y personas afines, ha resuelto convertir a México en
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