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Tema de El hombre que cambio la ciencia.


Enviado por   •  30 de Octubre de 2016  •  Informe  •  1.436 Palabras (6 Páginas)  •  224 Visitas

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El hombre que cambio el rumbo de la física

Luis de la Peña Auerbach es un físico mexicano, nacido en la Ciudad de México en 1931. Es investigador del Instituto de Física y profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y es miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República. Egresó de la ESIME del Instituto Politécnico Nacional con el título de Ingeniero Mecánico-Eléctrico e inició su actividad profesional como diseñador de sistemas de audio. A partir de 1954 fue profesor de la ESIME y desde 1958 se incorporó definitivamente a la UNAM. Realizó sus estudios doctorales, con honores, bajo la dirección de A.A. Sokolov en la Universidad Estatal de Moscú en la Unión Soviética. Su campo de especialidad es la física teórica y los fundamentos de la Mecánica cuántica. Luis de la Peña se ha destacado como un gran divulgador de la ciencia. Ha formado estudiantes y publicado libros y artículos de investigación de reconocida calidad. Además de lo anterior, de la Peña es un reconocido humanista, preocupado por el impacto social de la ciencia y sus usos como herramienta para la construcción de una sociedad justa y libre. Él escribió este libro “Navegante solitario” que explica la vida del uno de los más grandes científicos del siglo XX, el físico Albert Einstein, en el libro se narra desde lo que fue su infancia y hasta el momento de su muerte, así como también narra lo que vivió durante la segunda guerra mundial. Luis de la Peña escribe de la manera más explícita de lo que trató cada trabajo y descubrimiento de Einstein, lo que causa que éste libro sea leído por cualquier persona sin importar que no entienda la relatividad o la mecánica cuántica, el objetivo de Luis de la Peña es mostrar que tan importante e increíble fue el físico Albert Einstein. En ésta reseña se hablará del capítulo III titulado “La gran proeza” donde el autor relata los logros que tuvo Albert Einstein, científicos reconocidos que había trabajado con é entre otras.  

Capítulo III. LA GRAN PROEZA.

En 1901 Einstein recibe la ciudadanía suiza, la cual lo acompañaría toda su vida, para luego también conseguir la ciudadanía estadounidense. Einstein permaneció en Berna hasta el año de 1909, ya había escrito el trabajo que le valdría el premio Nobel de física, en el que decía que la naturaleza de la luz es cuántica y también ahí es donde él había descubierto la formula que revoluciono la física: E=mc2. Durante su estancia en Berna trabajo en una oficina de patentes, donde se maravillaba sobre la creatividad de todos aquellos que llegaban a patentar algo. Einstein se dedicó más de dos décadas al desarrollo de su teoría, pero fundamentalmente lo hizo en 5 semanas, ya que el tiempo anterior sólo se dedicaba a sus preguntas, sobre la mecánica y la electromagnética, y así es como él se da cuenta que en alguna de las dos hay algo mal, a lo que se da cuenta que, según el autor nos menciona en el libro, las leyes de la física deben ser las mismas para todos los observadores, independientemente de que unos se muevan uniformemente respecto a los otros. Cuando Einstein publicó su trabajo Fundamentos de la teoría general de la relatividad en 1916, el gran físico alemán Max Born, lo calificó como una gran proeza de la reflexión del hombre sobre su entorno natural así como la más sorprendente combinación de filosofía, intuición física y capacidad matemática. Hacia 1911 el extraordinario físico experimental británico de origen neozelandés Ernest Rutherford había llegado a la conclusión de que los átomos tienen una estructura similar a la de un sistema planetario en miniatura. Einstein y Bohr, ambos iniciadores de la física cuántica junto con otros científicos, se encontraron por vez primera durante una visita de éste a Berlín en junio de 1920; se vieron por última vez en abril de 1954, en Princeton, EUA. La relación entre ellos fue estrecha y de gran afecto y aprecio mutuo. Sin proponérselo, entablaron una polémica sobre la mecánica cuántica, que se prolongó hasta la muerte de Einstein en 1955. Tiempo después en el 6o. Congreso Solvay, realizado en 1930, Einstein discute un experimento pensado con el que intenta demostrar que es posible en principio violar las relaciones de Heisenberg; pero al día siguiente Bohr hacer ver que si se toman en cuenta efectos característicos de la teoría general de la relatividad, desaparece la violación y se recupera la descripción cuántica. A partir de este momento, Einstein acepta expresamente la consistencia lógica de la mecánica cuántica, pero no su necesidad lógica: su fino instinto le impide aceptar esta teoría como final, por lo que repetidamente señala que indudablemente ella recoge un pedazo de la verdad, pero que no es una teoría ni completa ni definitiva. A lo que él pensaba que la física cuántica aun no estaba completa, y su amigo y colega Bohr, se dedica a decir que si, Einstein continuo con esa idea y dos años antes de su muerte.

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