Terremoto en la Cd. De México 19 de septiembre de 1985

La experiencia vivida en el terremoto del 19 de septiembre de 1985 fue una de las grandes tragedias en su especie registrada en nuestro país, donde la naturaleza nos mostró su furia en su máxima expresión, dejándonos totalmente vulnerables y mostrándonos lo frágiles que somos ante estos acontecimientos; pero también a su vez nos dejó una enseñanza social, sacando lo mejor de cada uno de nosotros como sociedad, porque una de las grandes virtudes que descubrimos con esta tragedia fue la capacidad de solidaridad con nuestros semejantes, el sentido de altruismo que hasta ese momento no conocíamos, salieron manos de todos lados para buscar entre los escombros algún destello de vida, hubo miles de personas caminando entre los muertos preparándolos para poder ser reclamados por familiares, miles de manos llevando alimentos a los damnificados y a los voluntarios.

Yo creo que esta tragedia derrumbo no solo grandes edificios, también cimbro en la sociedad ese sentimiento de humanidad que tal vez estaba escondido en nosotros. Por el lado político, se le demostró al gobierno que somos un país que sabe salir adelante, aprendimos a solidarizarnos pero no solo con nuestros compatriotas también lo hemos hecho con otros países en iguales o similares circunstancias, no importando ensuciarnos las manos o los pies, enseñamos a nuestros gobernantes que nosotros no nos quedamos esperando que nos digan que hacer o con que hacerlo, utilizamos nuestras manos, la fuerza y el corazón para unirnos en la desgracia.

Por el lado civil también aprendimos que debíamos implementar una buena educación cívica, la cual nos permitiera saber qué hacer en estos casos, si bien es cierto que no podemos predecir cómo y cuándo llegara un desastre natural, si podemos prepararnos para prevenir alguna desgracia o como actuar ante los hechos consumados, es decir, se apertura el conocimiento y la aplicación de la metodología en protección civil; en cuestión de simulacros, evacuaciones de grandes edificios, en escuelas, hospitales, donde y como resguardarnos en caso de un derrumbe, de incendio o inundación, la identificación de puntos de reunión,  la implementación de la alerta sísmica, reconocer un simulacro de una evacuación real, la difusión de los números de emergencia, implementar los simulacros no solo en fechas conmemorativas, que sean ya parte de la cultura cívica cotidiana de la sociedad tanto en escuelas como en sitios públicos y en los hogares, esperando que de volver a vivir un desastre natural de esas magnitudes, estemos mejor preparados para prevenir, enfrentar y disminuir en medida de lo posible las pérdidas humanas y que los daños colaterales de estas tragedias sean los menores.

BIBLIOGRAFIA

http://www.tembloresenmexico.com/index.php/informacion-general

http://www.t13.cl/noticia/mundo/como-funciona-sistema-alerta-sismica-mexico

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