Trabajo de cosntrucion del comocimiento

Construcción del conocimiento  

Pág. 153

1. “Dicha narrativa guarda estrecho paralelo con la historia semiótica trazada por Brian Rotman (1987), también ella es la historia de una elisión, de la descorporizacion y el disloque progresivos del observador y autor científico, que finamente deviene tan completa como para permitir la representación del mundo compresiva y aparentemente carente de sujeto, libre de subjetividad que emerge hoy al final del siglo XX. Quisiera sugerir que esta historia solo toca a su fin en esta época, y es precisamente ese fin lo que constituye el foco central de este trabajo. Pero antes deseo señalar brevemente como podrían situarse, dentro de una narración lineal como esa, algunos de los hitos habituales de la historia de la ciencia”.

En este párrafo podemos interpretar como la ciencia fue tomando la subjetividad de ser libre, de  estar ligada a un observador y autor científico, que en vez de creer en las palabras de este, que con sus instrumentos y múltiples estudios  presentaban teorías, que la gente no dudaba porque eran importantes y tenían lo necesario para estudiarlas.  Comprobarla.  La gente del común se sale de este contexto para empezar a retar esta objetividad y empezar a ser subjetivo. Ósea, empezar a ver la ciencia desde lo individual.

1. “Descartes provee el punto de partida canónico. Su cogito promete, al menos convencionalmente, una solución casi instantánea al problema de la representación. Liberado de su localización corporal, el sujeto cognoscente ya no necesita de ningún punto de vista trascendente, simultáneamente en todo lugar y en ninguno, parecía posible ver el universo entero, incluyendo no solo las lunas de júpiter que galileo había percibido a través de su telescopio sino también

…la digestión de los alimentos, los latidos del corazón y de las arterias, la nutrición y el crecimiento, la respiración, el sueño y la vigilia, la captación de la luz, los sonidos, los olores, los gustos, el calor {…} la impresión de las ideas correspondientes sobre el sentido común y la imaginación; la retención o huella que dejan estas ideas en la memoria; los movimientos internos de los apetitos y de las pasiones; y por último, los movimientos externos de todos los miembros del cuerpo. (Descartes, (Euvres, 1953, pág. 873)”

El cogito de Descartes, esa frase “pienso, por lo tanto existo” que ayuda a desglosar que el sujeto pensante con capacidad de entender y comprender, crear y dar función para sí mismo de lo que piensa, pero que el solo da una definición de cada cosa,  sin que intervengan los conocimientos ajenos, por así decirlo,  que el sujeto a escuchado y imitado durante su vida.

1. “Descartes había postulado un telescopio más extendido y poderoso a través del cual uno podría ver, en principio, incluso el ojo de galileo. Al separar la visión mental de la ocular, de hecho escindió al sujeto que observa. El sujeto sensible y experienciante, ese que toca, ve, camina, siente y aún recuerda, siendo material y existiendo en el espacio, podría ahora, en un principio, incluirse en la representación; lo que no podía aparecer en la representación era el sujeto cognoscente, pensante, que por definición carecía de extensión. El  cogito no es únicamente el espíritu incorporado a la máquina, sino un espíritu santo vuelto invisible por su ausencia en el espacio, pero omnipotente por su unión con Dios. Elude toda descripción, toda autoconciencia y, por supuesto, toda constricción. El yo/ojo de la mente no puede ser en sí mismo conocido, pensado ni gobernado. Al igual que la representación del mundo a la que apunta, y postulado en un estado de ser absoluto, simplemente es, ontológicamente anterior a la mirada que inquiere y más allá de su alcance. El medio material mediante el cual el yo-personal o el yo-pensante pudo ser separado de yo-pensante físico fue el desarrollo de los artefactos de detección y medida a los que prigogine describe tan correctamente como los interfaces entre mente y materia.”

Los sujetos saben que el mundo se compone de materia, o la frase de “todo lo que ocupa un lugar en el espacio” es materia, pero como no atreverse a cerrar los ojos y por un momento estar ausente, del  espacio, sin estarlo completamente, pues somos cuerpo, pero también somos mente.  El cuerpo en donde están los sentidos, pero también el pensar y crear que están en el espíritu, por así decirlo adentro del ser mismo.

1. “Sin embargo, para hombres como Robert Boyle,  la localización duradera y la fiscalidad de ese sujeto sensible y experienciante implicaban un problema critico de autoridad personal y subjetiva residual. Si bien ciertas verdades podrían ser establecidas o determinadas  por la razón, por demostración matemática o lógica, no ocurría lo mismo con las proposiciones particulares sobre el físico, y el funcionamiento de la razón en la filosofía natural dependía de dichos enunciados. Las proposiciones acerca del mundo físico, siendo contingentes en lugar de necesarias,  debían inferirse de la observación, debían provenir de los hechos empíricos de la materia. O sea, ser fruto del examen directo del funcionamiento efectivo del  “gran autómata fecundo”, como llamaba Boyle a la Naturaleza.  En otras palabras, si bien Boyle coincidía con Descartes en su representación del mundo como una máquina, En lo tocante al comportamiento concreto de esta, a “la índole del resorte que mantiene a las partes en movimiento”, entendía que solo era discernible mediante las experiencias de observación. Y si los datos suministrados por dicha observación debían distinguirse claramente de la manera opinión, si tenían que resultar indiscutibles, no podía permitirse que dependiesen de la visión privada de ningún individuo particular que, por el azar de las circunstancias, estuviera en ese momento haciendo la observación.”

En este punto, el mundo aporta al sujeto por medio de sus sentidos una realidad, que se formaba sobre todo por la observación,  en donde las diferencias indiscutibles,  observables no dependen de un solo sujeto, sino de varios que hacen la diferencia general. Boyle al igual que Descartes ven el mundo como una máquina, es decir que es el mundo lo que mantiene en movimiento la percepción del sujeto con su realidad.

1. “Boyle consideraba que la contingencia de los evento físicos requería basar el conocimiento científico no en el punto de vista privilegiado  puro, sino en la posición más humilde de la observación; la universalidad requería un lugar de  observación disperso. Shapin (1984) y Shaffer (1987) han argumentado que la esencia del programa experimental de Boyle radico precisamente en el manejo que hizo de este desplazamiento, autoridad personal de un “Yo” que ve y conoce podía convertirse en una autoridad “publica” despersonalizada.”

El conocimiento científico se da gracias a la observación, en donde el sujeto que simplemente ve y conoce puede ser una autoridad, sin sentirse más que nadie, y teniendo en cuenta a todos los sujetos que lo rodean, como personas cognoscentes.

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