UNIDAD 2: FASE 3. ANÁLISIS DE LA POLÍTICA PÚBLICA Y LAS PERSPECTIVAS DE DESARROLLO

UNIDAD 2: FASE 3. ANÁLISIS DE LA POLÍTICA PÚBLICA Y LAS PERSPECTIVAS DE DESARROLLO

APORTE INDIVIDUAL

SAUDY NOREÑA OSPINA - 29974531

PRESENTADO A:

DIRECTOR

NELSON RICARDO AVILA

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA

UNAD CEAD SANTANDER DE QUILICHAO

TECNOLOGIA EN IMÁGENES DIAGNOSTICAS

ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD ECISALUD

ABRIL  2017

AROMATERAPIA Y MARIHUANA COMO INTEGRACIÓN POLÍTICA AL SISTEMA DE SALUD COLOMBIANO EN EL MARCO INTERNACIONAL DE LA OMS.

Introducción

La aromaterapia es catalogada con perteneciente al grupo de terapias complementarias que utiliza los aceites esenciales contenidos en órganos de las plantas. El efecto ansiolítico es atribuible a ciertas esencias como la de la lavanda, una de las más estudiadas a nivel mundial (Avello et al., 2005).  La aromaterapia moderna comienza a estudiar los efectos de concentrados volátiles, loa aceites esenciales. Dichas mezclas complejas de números constituyentes orgánicos que producen una amplia gama de efectos sobre el organismo, los cuales pueden obtenerse a partir de distintas partes de las plantas que los contengan como flores, semillas, raíces y frutos, ya sea por procesos de destilación en agua o hidrodestilación en donde la propiedad de ser llevadas por el vapor de agua les da importantes acciones sobre el cuerpo (Brunentos, 2000 y Albonoz, 1980 en Avello Ibid., p. 85).

Uno de los principales problemas de la aromaterapia, es su difícil control, en especial en regiones como las latinoamericanas que todavía tienen esa influencia indígena del tratamiento casero con sustancias herbales y flores para tratar afecciones. En Colombia es visible, por ejemplo, que el “mata ratón” sirve para tratar la piel cuando se sufre de varicela, o que la caléndula ayuda a cicatrizar y que agua de tilo ayuda a controlar los nervios, son términos y usos muy caseros,  lejos de una regulación, un reto de la legislación colombiana en su inserción en la política pública con el fin de integrarse al Sistema de Salud Social; esto con el propósito generar una regulación y capacitación de profesionales, de investigadores, acerca del uso y “medicación” con la denominada aromaterapia en el país, como un apoyo naturista de esas personas que por ejemplo, deben consumir mucha medicación sintética y someter a su cuerpo a filtrado y a veces a problemas estomacales por tanta medicación.

Aromaterapia, un camino a la sistematización.

En la historia, los pueblos han desarrollado multiplicidad de prácticas orientadas al mantenimiento de la salud, no en cuento a la prevención y diagnostico o el tratamiento de afecciones, del orden físico o psíquico, lo que constituye un conjunto de conocimientos basados en teorías, creencias y experiencias propias de las diferentes culturas, que pueden ser explicadas o no, los cuales se fundamenta la medicina tradicional (Sarmiento et al., 2010). Aunque muchos de los autores citados, hablan de que la Medicina tradicional y terapia complementaria se ha extendido en los últimos años, la verdad es que el caso de la aromaterapia en Colombia se ha reducido, perdido por la pérdida también, del paso generacional de las acciones de sustancias herbáceas. Sin embargo, el movimiento naturista que ha venido influenciando más a occidente desde, por ejemplo, la medicina china o la medicina de la India, provocó un boicot y aceptación de muchas terapias usando simplemente sustancias naturales, lo que ha dado un impulso importante a casos por ejemplo, de la aromaterapia, de hecho en Colombia las tiendas naturistas han crecido de forma exponencial, sin embargo, este crecimiento estrepitoso no ha permitido una regulación y la capacitación de las persona que distribuyen y “recetan”, además, sin una clara inserción de políticas públicas con el fin del control de trabajador naturista en su integración con las demás ciencias de la salud en el país, además, de por ejemplo, un control por parte del Invima, quien es el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos , y debe ejercer  en todo el territorio nacional una adaptación de seguridad y prestación de sustancias naturales, en donde hay leyes que determinan el control, mediante medidas sanitarias, pero de manera leve y sin casi acción de la autoridad.

Según la revista Semana, la aromaterapia es una de las técnicas de la medicina alternativa que trata más afecciones en el cuerpo humano. Según entrevista de Semana a Mario Chávez, “hay un listado de más de 75 enfermedades que se pueden curar por medio de los aceites aromáticos”.  Una de las formas de tratamiento, es el aplicar un extracto floran debajo de la lengua de cada paciente, con el fin de eliminar la enfermedad. Por ejemplo, la bergamota y el eucalipto sirven para combatir la bronquitis, el ciprés para el asma, el pino para el reumatismo y el limón para la otitis (1993). Además, el muy utilizada para tratar problemas psíquicos como la depresión, la ansiedad y la histeria. Por eso no es extraño ver que en la actualidad hay mucha gente aplicándose un líquido debajo de la lengua con un gotero para mejorar su mal genio.

Según datos de la OMS citados por Calvo et al. (2014) se estima que el 40% de la población utiliza medicina alternativa y complementaria para satisfacer necesidades sanitarias, es decir, que una de cada tres personas recurrió alguna vez en su vida a estos tratamientos para dolencias comunes, entre ellas síntomas que corresponden a enfermedades de la psiquis, que se han ayudado con terapias hierbas que son de modalidad terapéutica.

En Colombia, en cuanto a marco legal, la8 resolución 2927 de 1988 reglamenta la práctica de las siguientes terapias alternativas: bioenergética, homeopatía y sus modalidades, acupuntura y procedimientos asociados, terapia neural, terapia con filtros, terapias manuales. “Estas terapias solo pueden ser ejercidas por médicos titulados en universidades reconocidas por el Estado, de acuerdo con la Ley 14 de 1962, con formación específica en la o las terapias alternativas que practique y que acrediten el registro profesional (20). Sin embargo, en Colombia no existen estudios que permitan establecer qué cantidad de practicantes de este tipo de terapias cuenta con la formación que recomienda la legislación” (Calvo et al., ibid., p. 48).

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