Un crimen ambiental: La mano Sucia de Chevron

Un crimen ambiental: La mano Sucia de Chevron

Edwin Castillo

El transferencia de los recursos recnológicos, espaciales y sociales del proceso de beneficio del capital, es un escenario que ha crecido en los últimos tiempos. El sistema capitalista ha implicado una redefinición del mercado mundial, de la segmentación del trabajo, de las formas de producción y la ambición económica que no escatima fronteras para su intervención, donde empresas transnacionales del mundo invierten, en diferentes áreas, enriquecerse es el objetivo supremo y los instrumentos para cumplir el propósito, parecen no tener límites. Fue el caso de los directivos de la multinacional Texaco (Texpet), la cual operó en Ecuador desde 1964; y, que en el 2001 pasó a formar parte de Chevron,  quienes, en su ambición de ampliar sus ingresos, han degenerado y devastado 2 millones de hectáreas de la Amazonía ecuatoriana, perforó 356 pozos y 1000 fosas sin recubrimiento, ahí lanzó bascosidades de todo tipo, especialmente petróleo, sedimentos de perforación y líquidos tóxicos, que causaron daños ambientales incalculables y malograron la calidad de la vida de estos pueblos y nacionalidades, también son responsables por la pérdida de cientos de vidas humanas, fallecidas por cáncer, por cuestiones extrativas y la desaparición de poblaciones ancestrales: Tetetes y Sansahuari, para este grupo transnacional, probablemente, no tiene ningún valor el daño causado. La petrolera estadounidense Chevron-Texaco, es responsable de derramar cerca de 71 millones de litros de residuos de petróleo y 64 millones de petróleo bruto.

La directiva de Chevron parece estar contaminada por el mismo germen de miseria y desprecio por la vida humana, al igual que los miembros de la empresa anterior, se negaron a honrar sus responsabilidades legales con el Ecuador, y no cumplir el Plan de Acción de Remediación a la que se comprometieron, es decir reparar 162 piscinas, sino que a toda costa, trataron de desprestigiar a las instituciones de justicia de este país, para lacerar la imagen del gobierno a nivel del mundo.  Rafael Correa,  señaló  que el fallo de un juez norteamericano intenta: "acabar con la soberanía de un país, eso es lo que está haciendo este juez (de Nueva York, Lewis) Kaplan, que desde el principio mostró un gran sesgo por el capital", en este pleito, se pudo equiparar la naturaleza devastadora que induce la dinámica del capital, a través de promover la  desigual de  mercados,  donde la acción finalmente se convierte en canal de salida de: divisas, recursos, además del  atentado a la libertad y soberanía de los pueblos.  

La única que extrajo petróleo fue Texaco, hoy Chevron, los gobiernos que firmaron el acuerdo no midieron consecuencias, pues creyeron que la multinacional cumpliría el contrato, donde se señala que utilizaría tecnología de punta para la extracción, sin embargo aquello no ocurrió, por ello comunidades y organizaciones  de la Amazonía instauraron un juicio de reparación de daños al ambiente, que en instancias judiciales ecuatorianas fueron positivas, dando como sentencia de pago de 9 mil millones de dólares, que quedó invalidado por una sentencia del Tribunal Arbitral de La Haya, después, porque Ecuador violó el Tratado Bilateral de Inversión, celebrado en 1993, actualmente deberán volver a iniciar los procesos por reparación.

Todo inició en 1964, cuando la empresa que aquel entonces era únicamente Texaco (pues en 2001, esta última fue adquirida por Chevron, formando la actual Chevron Corporation), empezó a explotar los campos petroleros en la selva amazónica ecuatoriana. Esta concesión duró desde ese año hasta 1992, cuando la empresa estadounidense cede la exploración y extracción del campo petrolero únicamente a la empresa ecuatoriana Petroecuador. Texaco produjo cerca de 1,7 billones de barriles de petróleo durante el tiempo que duró su concesión (Feige, 2008).

El problema aparece porque la multinacional no trató el agua que provino del interior de la cantera petrolífera, la cual es sumamente tóxica y debe ser desechada mediante el sistema de reinyección, osea devolverla al pozo, sin embargo eso no ocurrió pues se desechó al aire libre, lo cual ha provocado daños fatales al ecosistema ecuatoriano. El alegato de la empresa estadounidense, es que el responsable es Petroecuador, lo cual es insólito pese a todas las pruebas empíricas que se han realizado en el sector afectado, como muy bien lo relata el Informe Yana Curi (2004.

Las consecuencias son producto la mala práctica de la empresa. Las pavorosas e sorprendentes cifras ya mencionadas, son solo la parte del problema ambiental en la Amazonía ecuatoriana, hay que considerar que se trata de la forma de contaminación que afecta a uno de los pulmones ecológicos megadiversos más grande del mundo.

El análisis del agua utilizada para beber, lavar o bañarse, mostró una severa exposición de la población a los hidrocarburos del petróleo. Estos datos se ven además reforzados por otros estudios realizados en la zona que indican una elevada y persistente contaminación a lo largo de estos años de explotación petrolera. La relación entre la exposición a la contaminación y el peor estado de salud es sólida. Los resultados encontrados, especialmente en el caso de los abortos espontáneos, son estadísticamente significativos, incluso después de ajustar para los factores de confusión lo que muestran que no son debidos a la casualidad. Tanto los estudios realizados en animales como en poblaciones humanas alertan del riesgo que para la salud supone estar expuesto a los diferentes tóxicos del petróleo y confirman la plausibilidad y consistencia de los resultados obtenidos, informe Yana Curi (2004).

El poder monetario e influencia internacional de una empresa, tiene mayor peso que los reclamos que se puedan generarse. El presidente de ese entonces, Rafael Correa, manifestó: “En este orden mundial tan injusto el capital tiene más derechos que los seres humanos” (El Comercio, 2013). El caso de la empresa multinacional Chevron-Texaco es uno de los casos más evidentes en el mundo, a esto hay que añadir que el 3.5 % de la contaminación a nivel del planeta la provoca Chevron, por su intervención en diferentes jurisdicciones. Texaco conocía la forma adecuada de deshacerse del agua proveniente del yacimiento, pero no lo hizo, pues se ahorró alrededor de $3 por barril producido mediante dicha práctica (Defensora de DD.HH.: problema de fondo en el caso Chevron son los ecuatorianos afectados, 2013).

...