Un nuevo Ensayo de quimica
Enviado por jesusmoraa • 31 de Mayo de 2017 • Ensayo • 1.767 Palabras (8 Páginas) • 236 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
U.E. Colegio Mario Lezama Esquivel
4to año Sección “C”
Materia: Química
Theophrastus Bombast von Hohenheim
Profesor: Alumno:
Francisco Palma Jesús Mora
Puerto Ordaz, Enero de 2017
Theophrastus Bombast von Hohenheim nació el 10 de noviembre de 1493 en Zúrich (Suiza) y murió el 24 de septiembre de 1541 Salzburgo (Austria). Fue un alquimista, médico y astrólogo. Fue muy conocido porque se creía que había logrado la transmutación de plomo en oro mediante procesos alquímicos, y por haberle dado al cinc su nombre, llamándolo “zincum”.
Se puso a si mismo el apodo de “Paracelso” el cual significa “igual o mejor que Celso” un médico romano del siglo I. Éste es una de las figuras más contradictorias e interesantes de la historia de la medicina, se centraba en la búsqueda de lo nuevo y su oposición a la tradición y los remedios heredados de tiempos antiguos le postulan como un médico moderno.
Nació y fue criado en Einsiedeln (Suiza) fue hijo del médico y alquimista Wilhelm Bombast von Hohenheim y de madre suiza. Empezó sus estudios a los 16 años en la universidad de Basilea, después en Viena y obtuvo su título en la universidad de Ferrara, trabajó como cirujano militar al servicio de Venecia en 1522, a pesar de ser un cirujano para ese entonces, tenía la idea de que la cirugía era una actividad marginal relegada a los barberos. Estuvo muchas investigaciones, pero la mayoría se dirigía al campo de la mineralogía, viajó bastante, en busca del conocimiento de la alquimia, hizo remedios o medicamentos con la ayuda de los minerales para ayudar al cuerpo con la lucha de una enfermedad. Otro aporte que hizo a la medicina moderna fue la introducción del término “sinovial”, de allí proviene el nombre del líquido sinovial, que es un lubricante para las articulaciones, estudió y descubrió las características de muchas enfermedades, entre ellas el sífilis y el bocio, e intentó combatirlas con el azufre y el mercurio, además fue el primero en identificar una enfermedad para el trabajo. Hecho todo esto, Paracelso ya era muy conocido en el mundo, y muchas personas lo buscaban para que curara las enfermedades de conocidos o un familiar, y el accedía a curar a tal persona, una de sus primeras impresiones, fue la de curar a Johann Frobenius, que padecía una grave infección en una pierna, que podría haber sido amputada.
El orden cósmico era lo que le interesaba a Paracelso en primera instancia y lo halló en la tradición astrológica, la doctrina del “astrum in corpore” es su idea principal y más querida, fiel a la concepción del hombre como microcosmos, puso el firmamento en el cuerpo de un hombre y lo denominó como Astrum o Sydus, fue para él un cielo endosomático, cuyo curso estelar no coincide con el curso astronómico, si no con la constelación individual que comienza con el “Ascendente” u horóscopo.
Uno de los principios de Parecelso fue: “Únicamente un hombre virtuoso puede ser un buen médico” para él, la medicina tenía cuatro ramas: Astronomía, Ciencias naturales, química y el amor. Él pensaba que el amor debía ser considerado una de las principales ramas para la medicina, ya qué, si no se hace un trabajo con amor, todo queda mal, que si se va a estudiar medicina debe ser con amor y dedicación a la profesión, ya que en algunos casos, (dependiendo en que se te va a especializar la persona en la medicina), la vida de las personas queda en tus manos, y en algunos casos o la mayoría no solo la vida, si no su autoestima o su aceptación a si mismo si llega a perder una pierna, un brazo, cualquier parte del cuerpo que la haga sentir inferior a los demás, por eso Paracelso pensaba que una de las cosas que se debe de tener para el estudio de la medicina es el amor.
A pesar de que se ganó bastantes enemigos y obtuvo fama de mago, contribuyó en gran manera a que la medicina siguiera un camino más científico y se alejase de las teorías de los escolásticos. También aportó datos alquímicos. A Paracelso se le atribuye la idea de que los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua) pertenecían a criaturas fantásticas que existían antes del mundo. Así pues, la tierra pertenecería a los gnomos, el agua a las nereidas (ninfas acuáticas), el aire a los silfos (espíritus del viento) y el fuego a las salamandras(hadas de fuego). Igualmente, Paracelso aceptó los temperamentos galénicos y los asoció a los cuatro sabores fundamentales. Esta asociación tuvo tal difusión en su época que aún hoy en día, en lenguaje coloquial, nos referimos a un carácter dulce (tranquilo, flemático), amargo (colérico), salado (sanguíneo, dicharachero) y el carácter ácido pertenecería al temperamento melancólico.
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