Una profunda contrición del corazón
Enviado por fatimckenzie • 10 de Noviembre de 2020 • Apuntes • 579 Palabras (3 Páginas) • 221 Visitas
Una profunda contrición del corazón.
Vamos a comenzar con la oración
Dios mío, te doy gracias por salir a mi encuentro cada día de mi iniciación cristiana.
Espíritu Santo, sígueme guiando en mi camino a la santidad y querido Jesús te pido que sigas a mi lado y no te apartes de mi.
Amen.
Hablemos de los pecados
El pecado es algo que nos aleja de Dios… Dios no nos aleja, son nuestras acciones.
Todos hemos pecado y todos los pecados son malos, pero algunos son más graves que otros.
los pecados mortales y los pecados veniales:
Pecados mortales son considerados realmente graves, estos son cuando la persona que lo comete lo sabe y aún así lo comete
Algunos ejemplos son:
El asesinato, el adulterio; o hasta negar la fe católica.
Pecados veniales no son tan graves, pero siguen siendo pecados y también tienen consecuencias. Si ese pecado se convierte en un hábito o sea que lo realizamos continuamente se puede hacer cada vez mas grande.
Podríamos llegar a pensar que ofender o fallarle a Dios es algo normal y aunque sean pequeños o no tan graves con el tiempo se podría convertir en pecado mortal.
Afortunadamente Dios no quiere que vivamos en el pecado y la miseria por eso el nos da el perdón.
Cuando pecamos sentimos un sufrimiento en el corazón, a este intenso dolor es la Contrición
Contrición.
La contrición es cuando sentimos tristeza, dolor, o pesar en nuestra alma, pero al mismo tiempo sentimos un detestar del pecado que cometimos y esas ganas de no volverlo a cometer.
Existe la contrición perfecta. Es cuando sentimos tristeza de todo corazón por haber ofendido a Dios y tenemos el propósito de confesarnos y evitar el pecado. Todo esto porque sabemos Dios es un Padre amoroso que nos perdonará.
Y también existe la Contrición imperfecta. Esta es cuando sentimos pesar o tristeza por haber ofendido a Dios pero sólo por el miedo de qué nos castigue o por la fealdad del pecado no tanto porque de verdad esté arrepentido y o porque quiera dejarlo de hacer.
Si no tenemos la intención de ser absuelto por un sacerdote o no tenemos el propósito de enmienda, entonces no se puede obtener el perdón de los pecados hasta que de verdad estemos listos.
En cambio, al sentir este dolor o contrición tenemos que acudir con un sacerdote a confesar nuestro pecado.
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