Vacunas
Enviado por leiidys • 14 de Abril de 2012 • Tesis • 1.331 Palabras (6 Páginas) • 760 Visitas
INTRODUCCIÓN
Muchas enfermedades infecciosas continúan siendo un problema importante de salud pública. Para la mayoría de ellas se dispone, en la actualidad, de excelentes medidas de prevención primaria: las vacunas, que cumplen satisfactoriamente criterios de eficacia, efectividad y eficiencia, no existiendo en medicina otra actuación que tenga una relación beneficio/coste y beneficio/riesgo tan inclinada al numerador.
Desde la introducción de las vacunas, la prevención de estas enfermedades infecciosas ha representado y representa uno de los avances más importantes en el campo de la salud, desempeñando un papel decisivo en la eliminación o disminución de algunas enfermedades de elevada mortalidad.
En los dos últimos siglos se han producido avances impresionantes en el desarrollo de las vacunas: en el siglo XVIII se inventó la primera vacuna contra la viruela tras observar una enfermedad que padecían las vacas; en el siglo XXI, los ordenadores pueden fabricar vacunas. Entre la vaca y el ordenador encontramos un largo camino recorrido por investigadores geniales que han sentado las bases de la Vacunología actual.
Las vacunas.
Las vacunas son sustancias hechas con los mismos microbios, muertos o debilitados que causan la enfermedad. Cuando una vacuna se le pone a una persona el cuerpo produce unas sustancias que acumulan como defensas contra esta enfermedad.
A estas sustancias se les llama anticuerpo, Cada virus y bacteria debilitada hace que el cuerpo produzca su propio anticuerpo; Estos anticuerpos le permiten a la persona defenderse de esa enfermedad.
Los anticuerpos perduran dentro del cuerpo de las personas por mucho tiempo impidiendo que se enferme. Con el tiempo la cantidad de algunos de estos anticuerpos disminuye, por lo que se debe volver a vacunar a la persona, o sea, se le aplica un refuerzo, aunque algunas vacunas solo necesitan una sola dosis. Las vacunas se dividen en dos grandes grupos: vacunas vivas (atenuadas), vacunas muertas (inactivadas) y vacunas recombinantes.
Clasificación de las vacunas.
• Vacunas vivas atenuadas:
Se derivan de virus o bacterias “silvestres” o patógenas. Estos microorganismos se atenúan o debilitan en un laboratorio, generalmente por cultivos repetitivos. Por ejemplo, la vacuna de sarampión que se usa en la actualidad se aisló de un niño con sarampión en 1954. Se requirió casi de diez años de pasos repetitivos en cultivo de tejidos para transformar al virus silvestre en un virus atenuado, utilizable en la elaboración de la vacuna del sarampión.
Para generar una respuesta inmune en el hospedero, por medio de vacunas hechas con microorganismos vivos atenuados, éstos deben crecer y multiplicarse en el hospedero. Se administra una dosis relativamente pequeña de virus o de bacterias, los cuales se replican en el hospedero, de tal manera que se incrementa el número de microorganismos a una cantidad suficiente como para estimular el sistema inmunológico, e inducir una respuesta inmune protectora.
Las vacunas atenuadas pueden causar reacciones graves o fatales como resultado de su replicación incontrolada. Esto sólo sucede en las personas con algún tipo de inmunodeficiencia, como son pacientes con leucemia, tratamiento con fármacos inmunosupresores, o en infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Los anticuerpos de cualquier origen (transplacentarios, por transfusión, de leche materna), pueden interferir con el crecimiento del microorganismo de la vacuna e impedir que se genere una respuesta inmune adecuada. El virus de la vacuna del sarampión parece ser el más sensible al anticuerpo circulante. El rotavirus y el virus de la polio parecen ser los más resistentes a este efecto.
Las vacunas hechas con microorganismos atenuados disponibles en la actualidad incluyen a las de virus (sarampión, parotiditis, rubéola, polio, fiebre amarilla, vaccinia y varicela), y a las de bacterias (BCG y tifoidea oral).
• Vacunas inactivadas
Se producen haciendo crecer a las bacterias o a los virus en los medios de cultivo adecuados, y posteriormente se inactivan con calor y/o sustancias químicas (por lo general formalina). En el caso de vacunas fraccionarias, el organismo se somete a un tratamiento adicional para purificar únicamente aquellos componentes que se incluirán en la vacuna (como, polisacárido de cápsula de neumococo).
Los microorganismos que constituyen estas vacunas no están vivos, no pueden replicarse, por lo tanto no pueden producir la enfermedad en el hospedero, ni siquiera en personas inmunodeficientes. En este caso se administra la dosis completa del organismo, o sea la dosis suficiente para inducir una respuesta inmune protectora.
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