Ética Profesional Y Derecho

La unión social no se funda ya en una concepción del bien, tal como se da en una fe religiosa común o en una doctrina filosófica, sino en una concepción pública compartida de la justicia que se compadece bien con la concepción de los ciudadanos como personas libres e iguales en un Estado democrático (Rawls 1979). Esto; sin embargo, es básicamente el principal problema, no sólo porque nos jactamos de ser ciudadanos libres, sino que en realidad estamos sujetos a los preceptos y perspectivas puramente subjetivas de unos cuantos, sí, de aquellos a los que supuestamente se han elegido de manera pública y democrática, pero a otro con esos cuentos, llevo ya lo suficiente en esta Tierra como para quererme engañar con tales falacias.

El sentimiento de moralidad, el carácter ético de las personas está en decadencia, quizá siempre lo ha estado, pero es mi momento y realidad y por ello expreso preocupadamente que justo ahora cuando todo está pero que nunca, quizá sólo subjetivamente pero no deja de ser una realidad para muchos de nosotros.

La ética pública se nos presentará como una ética procedimental, porque no señala criterios ni establece conductas obligatorias para alcanzar el bien (Ollero 1998). Pero, qué tiene que ver la moral, la ética en todo esto, desde mi punto de vista y a través de mis experiencias puedo asegurar que todo tiene que ver, porque son esos valores y esa sensibilidad de las que no hablan esos conceptos y pensamientos filosóficos los que nos hacen falta para verdaderamente evolucionar, no sólo como cultura, ni como nación sino como especie.

Al paso de los años todo organismo vivo se encarga de modificar sus características, de adaptarse al ambiente que lo rodea, no sólo para sobrevivir sino para hacerlo cada vez mejor, pero quizá debería de decir casi todos, pues creo que en nuestro caso ya no es tan clara esa evolución, en muchas ocasiones y en algunos muy particulares no sólo no evolucionan sino que van en un retroceso intelectual que denotan la perdición de no sólo de las buenas costumbres sino que además generan formas autodestructivas que impactan eventualmente a toda la sociedad.

Difícilmente podría apelarse al mismo principio de las mayorías a la hora de dilucidar su propia tensión con los derechos de las minorías (Ollero 1998). La moral en nuestros días es quizá sólo una utopía más, un sueño para aquellos que nos gusta imaginar lo que podría ser, pero que lamentablemente no depende de unos cuantos, sino más bien de la gran mayoría, quienes tal vez no tengan la voluntad necesaria y el compromiso aunado a ésta para lograr un verdadera evolución que considero en nuestro caso ya no sería del todo fisiológica sino más bien intelectual y espiritual, no sólo con el objetivo de sobrevivir al cada vez más agresivo mundo sino que además desarrolláramos la capacidad y creatividad necesarias de generar cambios radicales que lleven a nuestra sociedad a un futuro sustentable.

REFLEXIONES FUNDAMENTADAS EN LAS RELACIONES DERECHO Y MORAL

Ante la creciente multiculturalidad de las sociedades occidentales, se hace preciso contar hoy con similares contenidos éticos de reconocimiento compartido (Cortina 1994). Esto no sólo con el objetivo de compartir ideas y preceptos de carácter dogmático, sino de establecer un nivel de entendimiento con respecto a la interpretación de lo que ética y moral significan.

La importancia de querer lograr una estandarización de los contenidos éticos

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